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Sección: Estado de Veracruz

“En el pueblo no tengo trabajo, en Xalapa tengo esperanzas de conseguir algo”: Agremiado de UNTA

- Don José acampa por tercera ocasión en la cochera de la SEDESOL, aventurándose en búsqueda de asistencia social

- Si tiene suerte, en la sierra labora chapeando hectáreas de algún ejidatario, con un salario de 100 pesos por 10 horas de trabajo pesado

Miguel ?ngel Le?n Carmona Xalapa, Ver. 09/01/2017

alcalorpolitico.com


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Para don José, este lunes es la tercera vez que acampa en la cochera de la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL); él como otro centenar de campesinos dicen padecer la sequía de cosechas en sus comunidades, pero por el secuestro de recursos federales en las delegaciones de Veracruz.

El hombre es uno más de los agremiados a la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA), otro que se aventuró en viajar desde su comunidad hasta la capital del Estado en busca deasistencia social.



“No tuve de otra que venir a Xalapa. A qué me quedaba en el pueblo si de todas formas no tengo trabajo; acá por lo menos tengo esperanzas de conseguir algo”, comparte José mientras hojea un libro de Raquel Levinstein, titulado “Señor, ¡quítame lo pobre!”.



Don José, este lunes se congregó en el centro de Tlacolulan, a unos 20 kilómetros de la capital; la cita para 35 campesinos fue en punto de las 7:00 horas, allí los recogió un autobús y todos fueron advertidos que entre más fuerte hondearan sus banderas verdes, más pronto serían atendidas sus consignas.

Y así el padre de familia se decidió

en venirpor tercera ocasión consecutiva a la capital jarocha. Se despidió de sus cuatro hijos, bebió café negro y prometió a su esposa que haría todo lo posible por recibir un dinero, que según le tradujeron sus líderes, con ello le alcanzaría para comprar una vaca de 12 mil pesos.



“Los campesinos estamos tirados; hace tiempo que el maíz y el frijol que siembro lo uso nomás para mi familia; por eso vine, ahorita mi prioridad es comprar una vaca y ya después buscaré cómo la alimento”, explicaJosé y luego aplaza su lectura con un boleto de camión como separador.



La primera estación para los afiliados a la UNTA fue en la Secretaría de Agricultura Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), allí se congregaron pequeños productores de Tuxpan, Playa Vicente, Huatusco, Ixhuacán, Teocelo, Jalacingo, Alto Lucero, entre otros municipios.

Entre las exigencias a la dependencia federal, los afectados

demandaron que 20 agricultores, entre ellos José, no han visto reflejado el pago correspondiente al Programa Fomento Ganadero, pendiente desde el año 2016.

Al igual que en las dos veces anteriores, José espera desde afuera de la instalación, nuevamente la dirigente, Martha Macedo y una comitiva de cuatro personas son quienes

entran al diálogo con funcionarios trajinados.

“Nosotros nos ponemos en manos de la licenciada Macedo

y de Dios, ella dice que es necesario venir varias veces y esperar”, asegura el lector de Raquel Levinstein.

Y las horas pasan: dos, tres, cuatro y la repuesta de la líder sindical es: “nos fue bien compañeros, dijeron que en la semana van a llegar los pagos. Vámonos para SEDESOL. ¡Zapata Vive!”, y los agremiados

responden las vivas cabizbajos…

En el campo se vive desempleado siempre”


Luego de la parada en SAGARPA, el contingente avanza un kilómetro hasta la delegación de laSEDESOL, donde hay mayores molestias, aseguran; y del lugar que no se irán hasta conseguir la destitución de la exdiputada local, Anilú Ingram.



De acuerdo con panfletos que leen los campesinos, en 2016 la UNTA generó algunas propuestas de empleo temporal y de impulso productivo, mismas que fueron rechazadas por Ingram Vallines.

Si bien, don José reconoce que a la funcionaria tachada en boletines de “pseudo servidora pública” no la conoce, responde que sí sabe lo que es vivir como desempleado, pero más aún, como migrante, ya sea en ciudades veracruzanas o de otras entidades.



“En el campo cada quien hace lo que puede y con su propio esfuerzo; uno vive desempleado siempre, de vez en cuando te invitan a ganarte una lana fueras, pero luego regresas a lo mismo”, abunda.

El entrevistado, relata que de su padre, heredó lo que éste de su abuelo: el trabajo al campo, aunque en su caso,

José ya no trabaja tierras propias, ahora las renta para cosechar frijol y maíz cada mes de noviembre.

Cuando

la sierra es gélida y en consecuencia infertil, el hombrese emplea ordeñando vacas o chapeando hectáreas, que tampoco son suyas. Dice, si la suerte le acompaña es requerido por algún ejidatario tres veces a la semana, con una paga de 100 pesos por 10 horas de trabajo pesado.



En promedio, José percibe unos 42 pesos diarios, es decir, tres de sus hijos sobreviven con lo que hoy promedia el dólar americano: conunos 21 pesos.



Por lo anterior, Joséhaofrecido sus servicios como ayudante de albañil, de eléctrico o de fontanero en Xalapa, en Hidalgo y hasta en San Luis Potosí.

Por ello la solicitud de su gremio en crear empleos temporales y su decisión de acampar en las banquetas de SEDESOL, en espera de oportunidades.

Así la suerte para el hombre de 45 años,campesino y veracruzano, luego de ofrecer su testimonio retoma su lectura “Señor, ¡quítame lo pobre!”, leyendo esperará un apoyo federal y así quizá,

comprar una vaca para su esposa y parasu familia, “ya luego verá cómo alimentarla”.