Agradecimiento, llanto y rezos a la Virgen de la Candelaria por sus milagros

“Yo lloro mucho porque tengo mucho sentimiento hacia ella. Le vengo a dar las gracias que mi esposo vive”, expresó la señora Aurelia Nieto Jiménez de los Santos, de casi 80 años de edad, quien al llegar a Tlacotalpan visitó en primera instancia la iglesia de la Virgen de la Candelaria.

Ella y su esposo, Alberto Cayetano, salieron desde muy temprano del municipio de Río Blanco para llegar a la celebración de la Virgen de la Candelaría. “Mi fe nace pensando en ella”, agregó.

Con lágrimas en los ojos, ambos se postraron con ramos de rosas en color rosa y rojo ante la Virgen, a quien agradecían haberles permitido llegar ante ella para dar gracias por todo lo vivido.

Tras más de 13 años de estar casados y con cinco hijos cada uno, de su primer matrimonio, ambos piden a la Virgen los siga cuidando como lo ha hecho hasta ahora.

Aurelia Nieto relata que durante el transcurso del año van juntado lo del pasaje para viajar en este día a Tlacotalpan, pues la comida y la posada donde dormirán “Ya Dios dirá”.

“Venimos de visita hoy. Mañana nos vamos. Nos dormimos donde Dios nos da permiso, a lo mejor en alguna posada. Para comer aunque sea un atolito y un tamal”, expresó.

“Le pido a la Virgen, le doy gracias a Dios que esté yo bien, pos como ya la venimos a ver, doy gracias que mi esposo vive, pero que cure a mi esposo porque le duelen muchos sus pies, ya no puede caminar bien”, finalizó.

Su hijo, ciego, pudo ver a la Virgen

"Virgen de la Candelaria, santa madre milagrosa, tus hijos desde su choza te rezan una plegaria, por su situación precaria, te ruegan de viva voz le pidas al niño Dios su situación mejorar y al momento de implorar nos bendigas a los dos", rezaba Francisca Gutiérrez Delfín, devota.

Estas son las plegarias de doña Francisca hacia la Virgen de la Candelaria, le pide por la salud de su hijo y al parecer la ha escuchado.

Y es que hace algunos años su hijo perdió la vista por un problema genético, pero un día pudo ver y fue precisamente a la Virgen en su santuario.

"Un día vino y dijo: mamá, por qué la Virgen está tan bonita, y le pregunto: hijo cómo la viste. Sí la vi mamá, la tenían en el altar de este lado y ya le revisaron y del lado derecho y descubrieron que tiene un hilito de luz, y con eso probablemente con el tiempo puedan hacerle una operación (...) me hizo el milagro, le rezo porque ella que es la reina de las candelas, le dé un rayito de luz en sus ojos", relató Francisca Gutiérrez Delfin, devota de la Virgen de la Candelaria.

Hincada frente a la Virgen le reza y le canta una décima que le ha escrito dedicada a ella en agradecimiento por haberle devuelto un poco de vista a su hijo.

Dijo que su caso no es el único, pues la Virgen de la Candelaria ha sido muy bondadosa con sus hijos de Tlacotalpan, quienes han podido estar nuevamente de pie después de la inundación de 2010.

Francisca Gutiérrez viene cada año al santuario de La Candelaria y le reza con fervor y mucha fe, pues asegura que sólo así la ha escuchado.