16 de noviembre de 2015
alcalorpolitico.com
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Al sistema lo venció La Constitución. Al Estado al servicio del imperio lo derrotó la ley de leyes. A los gobiernos que por tres décadas le declararon la guerra al narcotráfico hoy perdieron la batalla final, carta magna en mano, por conducto de cuatro mexicanos que lograron que los amparara para sembrar mariguana y fumarla con fines recreativos. A partir de hoy el >placer verde< es legal dado que La Suprema Corte de Justicia de la Nación por cuatro votos a favor y uno en contra resolvió, que el consumo de la yerba representa para la salud un menor riesgo o similar al del tabaco y por tanto resulta desproporcionada su prohibición, puesto que vulneraría el derecho constitucional a la autonomía individual. En consecuencia, la prohibición absoluta es inconstitucional.
Así la historia se repite. Lo peor de todo esto es que los gobiernos no aprenden de ella. Tal y como aconteció el siglo pasado con el Estado Estadounidense que combatió el tráfico y consumo del alcohol, generando una violencia que se tradujo en decenas de miles de muertos, muchos de ellos inocentes, que llevó a las autoridades a declarar a Alphonse Capone como el enemigo público número uno, acá ha sucedido lo mismo con 80 mil muertos y 20 mil desaparecidos en los últimos 8 años, derivado por la pugna de los diferentes cárteles por controlar la siembra, producción y comercialización del estupefaciente, mediante la coptación de altos miembros de la estructura gubernamental que los han protegido y amparado en sus actividades ilícitas.
La ilegalidad de la mariguana y otras drogas han provocado en México no sólo la guerra sino la pérdida de soberanía frente al gobierno norteamericano, que dicta desde Washington las políticas públicas que le convienen en su lucha contra los capos, a grado tal que hoy agentes de la DEA y de la CIA pueden portar armas y detener, torturar y expatriar a quien se le haga sospechoso, violando nuestro marco constitucional. Son un Estado dentro de otro Estado.
De allí la grandeza de Lázaro Cárdenas también en este aspecto, porque tuvo la visión de legalizar las drogas en este país y desactivar la guerra fratricida que hoy padecemos. El previó y vislumbró el fortalecimiento económico y político del nárco y lo derrotó con aquel decreto del 17 de febrero de 1940 cuando su gobierno publicó un nuevo reglamento federal de toxicomanías del departamento de salubridad pública en el Diario oficial, acción que generó malestar y enojo de los traficantes porque lo inhabilitó. En lugar de perseguirlo lo sacó a la calle a competir con los precios de la droga legal; en lugar de gastar millones de pesos en buscar los sembradíos de mariguana y amapola y desmantelarlos con los riesgos que ello conlleva, le permitió a los consumidores producirla en su casa desalentando el mercado negro. En lugar de enriquecer a los capos con los precios prohibitivos de los estupefacientes los empobreció porque ya nadie les compraba. Ya no había disputa por la rutas de los cárteles, ya no había guerra entre ellos por los consumidores, pero sobre todo ya no había corrupción en los entes policíacos, militares y gubernamentales como lo hay hoy. A eso le llamo actuar con talento, con inteligencia, con una visión de estadista porque de esa forma el general Cárdenas fortaleció al Estado, lo hizo soberano, independiente y autónomo del imperialismo norteamericano.
Con esta sentencia la Suprema Corte de Justicia equipara a los consumidores de la yerba con los alcohólicos y fumadores, porque todos son toxicómanos y merecen respeto tanto a sus derechos fundamentales constitucionales de consumo, como a los procesos de prevención y rehabilitación para superar esos vicios, en lugar de privarlos de su libertad, dado que con ello el Estado abdica de una obligación y los conduce, por el terrible sistema penitenciario que tenemos, a convertirlos en delincuentes temibles cuando recobran su libertad.
La Suprema Corte de Justicia ha dado un gran salto con esta resolución y se inserta en los debates de foros internacionales y parlamentos en el mundo sobre la legalización de la mariguana, puesto que su consumo está ligado a la cultura, la religión y el arte en sus diferentes manifestaciones a escala mundial. En América latina ya son varios los países donde el consumo de la hierba es legal. José Mujica, expresidente de Uruguay se basó para proponerla al Congreso, en una encuesta nacional que mayoritariamente fue apoyada por la sociedad; Colombia lo hizo basada en una ley que la Corte Suprema aprobó en 2012, que le permite a sus habitantes consumir 5 gramos de mariguana para uso personal. En Argentina es legal siempre que se realice en privado y de forma personal; y en el mundo apunto que en Holanda el consumo y compra están permitidos en pequeñas cantidades; en Corea del Norte la venta y consumo no es penalizado por la ley; Portugal, en 2001, se convirtió en uno de los países pioneros en la despenalización por consumo de la hierba; Canadá se convirtió en el primer país en regular el consumo de mariguana para uso medicinal; Barcelona es una ciudad española con clubes sociales para consumo de mariguana.
En Estados Unidos los estados de Colorado, Washington, Alaska , Oregon y el distrito de Columbia (federal) es legal el uso recreativo de la mariguana. Bélgica despenalizó el consumo pero impone multas a quien lo haga en la calle y espacios públicos. En Suiza todo mayor de 18 años puede tener hasta 10 gramos de “ese placer verde”. Jamaica es un país caribeño que aprobó una ley que despenaliza la posesión de pequeñas cantidades de Cannabis y ahora México se suma a todas estas naciones por la jurisprudencia que el tribunal supremo aprobó el miércoles 23 para legalizar el cultivo y consumo de la mariguana con fines personales y recreativos.
A partir de esta fecha cualquier ciudadano-consumidor puede acudir a la Suprema Corte de Justicia para que lo ampare y permita cultivar y consumir la >yerba mágica<. En automático lo hará el máximo tribunal a todo aquel que lo solicite con fines lúdicos y sin ánimo de lucro y quizás, con esta acción México pase de ser el segundo productor mundial de mariguana al primero, ya que es la droga mas consumida por los jóvenes y adultos estadounidenses y mexicanos con cerca de 21.8 millones allá y con 7 millones acá, lo que representa la industria más dinámica, con un valor en el mercado mundial de 36 mil 800 millones de dólares.
México inicia el camino de una agricultura de la mariguana fuera del mercado (como la concibe el capitalismo, regulado por la oferta y la demanda, que hoy, por la prohibición la hace carísima), a una agricultura fuera del mercado negro, que al volverse legal su cultivo por los propios consumidores la abaratará. Es allí quizás donde el estado neoliberal buscará la legalización total, porque se convertirá en una fuente de ingresos >vía impuestos< que sería un oasis frente a la caída de los precios petroleros. Ello explica la iniciativa que la semana pasada anunció el grupo legislativo del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara Baja del Congreso de la Unión para hacerlo con fines médicos. Nada es por casualidad.
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Al sistema lo venció La Constitución. Al Estado al servicio del imperio lo derrotó la ley de leyes. A los gobiernos que por tres décadas le declararon la guerra al narcotráfico hoy perdieron la batalla final, carta magna en mano, por conducto de cuatro mexicanos que lograron que los amparara para sembrar mariguana y fumarla con fines recreativos. A partir de hoy el >placer verde< es legal dado que La Suprema Corte de Justicia de la Nación por cuatro votos a favor y uno en contra resolvió, que el consumo de la yerba representa para la salud un menor riesgo o similar al del tabaco y por tanto resulta desproporcionada su prohibición, puesto que vulneraría el derecho constitucional a la autonomía individual. En consecuencia, la prohibición absoluta es inconstitucional.
Así la historia se repite. Lo peor de todo esto es que los gobiernos no aprenden de ella. Tal y como aconteció el siglo pasado con el Estado Estadounidense que combatió el tráfico y consumo del alcohol, generando una violencia que se tradujo en decenas de miles de muertos, muchos de ellos inocentes, que llevó a las autoridades a declarar a Alphonse Capone como el enemigo público número uno, acá ha sucedido lo mismo con 80 mil muertos y 20 mil desaparecidos en los últimos 8 años, derivado por la pugna de los diferentes cárteles por controlar la siembra, producción y comercialización del estupefaciente, mediante la coptación de altos miembros de la estructura gubernamental que los han protegido y amparado en sus actividades ilícitas.
La ilegalidad de la mariguana y otras drogas han provocado en México no sólo la guerra sino la pérdida de soberanía frente al gobierno norteamericano, que dicta desde Washington las políticas públicas que le convienen en su lucha contra los capos, a grado tal que hoy agentes de la DEA y de la CIA pueden portar armas y detener, torturar y expatriar a quien se le haga sospechoso, violando nuestro marco constitucional. Son un Estado dentro de otro Estado.
De allí la grandeza de Lázaro Cárdenas también en este aspecto, porque tuvo la visión de legalizar las drogas en este país y desactivar la guerra fratricida que hoy padecemos. El previó y vislumbró el fortalecimiento económico y político del nárco y lo derrotó con aquel decreto del 17 de febrero de 1940 cuando su gobierno publicó un nuevo reglamento federal de toxicomanías del departamento de salubridad pública en el Diario oficial, acción que generó malestar y enojo de los traficantes porque lo inhabilitó. En lugar de perseguirlo lo sacó a la calle a competir con los precios de la droga legal; en lugar de gastar millones de pesos en buscar los sembradíos de mariguana y amapola y desmantelarlos con los riesgos que ello conlleva, le permitió a los consumidores producirla en su casa desalentando el mercado negro. En lugar de enriquecer a los capos con los precios prohibitivos de los estupefacientes los empobreció porque ya nadie les compraba. Ya no había disputa por la rutas de los cárteles, ya no había guerra entre ellos por los consumidores, pero sobre todo ya no había corrupción en los entes policíacos, militares y gubernamentales como lo hay hoy. A eso le llamo actuar con talento, con inteligencia, con una visión de estadista porque de esa forma el general Cárdenas fortaleció al Estado, lo hizo soberano, independiente y autónomo del imperialismo norteamericano.
Con esta sentencia la Suprema Corte de Justicia equipara a los consumidores de la yerba con los alcohólicos y fumadores, porque todos son toxicómanos y merecen respeto tanto a sus derechos fundamentales constitucionales de consumo, como a los procesos de prevención y rehabilitación para superar esos vicios, en lugar de privarlos de su libertad, dado que con ello el Estado abdica de una obligación y los conduce, por el terrible sistema penitenciario que tenemos, a convertirlos en delincuentes temibles cuando recobran su libertad.
La Suprema Corte de Justicia ha dado un gran salto con esta resolución y se inserta en los debates de foros internacionales y parlamentos en el mundo sobre la legalización de la mariguana, puesto que su consumo está ligado a la cultura, la religión y el arte en sus diferentes manifestaciones a escala mundial. En América latina ya son varios los países donde el consumo de la hierba es legal. José Mujica, expresidente de Uruguay se basó para proponerla al Congreso, en una encuesta nacional que mayoritariamente fue apoyada por la sociedad; Colombia lo hizo basada en una ley que la Corte Suprema aprobó en 2012, que le permite a sus habitantes consumir 5 gramos de mariguana para uso personal. En Argentina es legal siempre que se realice en privado y de forma personal; y en el mundo apunto que en Holanda el consumo y compra están permitidos en pequeñas cantidades; en Corea del Norte la venta y consumo no es penalizado por la ley; Portugal, en 2001, se convirtió en uno de los países pioneros en la despenalización por consumo de la hierba; Canadá se convirtió en el primer país en regular el consumo de mariguana para uso medicinal; Barcelona es una ciudad española con clubes sociales para consumo de mariguana.
En Estados Unidos los estados de Colorado, Washington, Alaska , Oregon y el distrito de Columbia (federal) es legal el uso recreativo de la mariguana. Bélgica despenalizó el consumo pero impone multas a quien lo haga en la calle y espacios públicos. En Suiza todo mayor de 18 años puede tener hasta 10 gramos de “ese placer verde”. Jamaica es un país caribeño que aprobó una ley que despenaliza la posesión de pequeñas cantidades de Cannabis y ahora México se suma a todas estas naciones por la jurisprudencia que el tribunal supremo aprobó el miércoles 23 para legalizar el cultivo y consumo de la mariguana con fines personales y recreativos.
A partir de esta fecha cualquier ciudadano-consumidor puede acudir a la Suprema Corte de Justicia para que lo ampare y permita cultivar y consumir la >yerba mágica<. En automático lo hará el máximo tribunal a todo aquel que lo solicite con fines lúdicos y sin ánimo de lucro y quizás, con esta acción México pase de ser el segundo productor mundial de mariguana al primero, ya que es la droga mas consumida por los jóvenes y adultos estadounidenses y mexicanos con cerca de 21.8 millones allá y con 7 millones acá, lo que representa la industria más dinámica, con un valor en el mercado mundial de 36 mil 800 millones de dólares.
México inicia el camino de una agricultura de la mariguana fuera del mercado (como la concibe el capitalismo, regulado por la oferta y la demanda, que hoy, por la prohibición la hace carísima), a una agricultura fuera del mercado negro, que al volverse legal su cultivo por los propios consumidores la abaratará. Es allí quizás donde el estado neoliberal buscará la legalización total, porque se convertirá en una fuente de ingresos >vía impuestos< que sería un oasis frente a la caída de los precios petroleros. Ello explica la iniciativa que la semana pasada anunció el grupo legislativo del Partido Revolucionario Institucional en la Cámara Baja del Congreso de la Unión para hacerlo con fines médicos. Nada es por casualidad.