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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
Veracruz. Crónica de una represión anunciada para desaparecer al IPE
Hilario Barcelata Chávez
31 de diciembre de 2015
alcalorpolitico.com
El dinero siempre estuvo ahí. Desde antes del vergonzoso acto del cual, casi ufano, el Secretario Flavino Ríos se declaró responsable, como si no supiéramos que obedece órdenes del gobernador Javier Duarte.
 
Es de suponer que el gobierno ya tenía el dinero para pagar, porque inmediatamente después de la represión se hicieron los depósitos correspondiente en los bancos para que los pensionados pudiera cobrar sus pensiones. Es decir había una clara intención de agredir a los manifestantes, de otro modo hubiera sido muy simple disolver la manifestación anunciando que ya estaba depositado el dinero. Pero no, había que sentar precedente. “Si les vamos a pagar, pero primero les vamos a pegar” parece haber razonado el Secretario Flavino y el gobernador Duarte. Como la esposa de marido golpeador que ante el reclamo del dinero para el gasto doméstico, la aporrea nada más para demostrarle quien manda en la casa y a lo que ha de atenerse para la próxima, y luego, sobajada, le tira unas monedas al suelo.
 
Así que esto iba a ocurrir tarde o temprano. Porque esto es parte de una conspiración calculada, ventajosa, premeditada, intencional y alevosa. Una confabulación maquiavélicamente preparada para dejar dramática y sangrienta evidencia de que el IPE está quebrado y ya no puede ni pagar las pensiones actuales (que no decir de las futuras) y forzar una solución favorable al gobierno que busca eludir su responsabilidad de tantos millones de pesos que requiere salvar al sistema de pensiones estatal y desfavorable a los trabajadores afiliados al IPE sobre quienes quiere hacer caer ese costo financiero, lo cual ya quedó demostrado con su nueva ley de pensiones.
 

Dinero había para cumplir. No pagar ha sido una decisión fría y maliciosamente calculada para inducir la realidad que hoy vivimos. Un perverso y astuto plan que se puso en práctica desde el año pasado. Veamos:  
 
Paso uno, se incumple sistemáticamente con las pensiones desde el año pasado, se retrasan los pagos mensuales, no se pagan los retroactivos. Esto con el deliberado propósito de convencer a los afiliados al IPE de que no hay dinero y que el sistema de pensiones está quebrado. Recordemos que sistemáticamente los pensionados han venido haciendo manifestaciones callejeras porque no se les paga oportunamente. El gobierno del estado simplemente ahoga al IPE al no transferirle los recursos que le corresponden por las retenciones que Sefiplan hace a los trabajadores y los pagos que debe realizar el gobierno como patrón.  
 
Segundo paso, el deliberado incumplimiento de pago cumple su objetivo al inducir a la realización de manifestaciones callejeras. El 9 de diciembre integrantes de sindicatos magisteriales y jubilados independientes ingresaron a la fuerza a las oficinas del Instituto de Pensiones del Estado (IPE). El 10 de diciembre en Xalapa, Orizaba, Córdoba y Coatzacoalcos grupos de pensionados y jubilados toman oficinas de gobierno y bloquean avenidas para exigir el pago de las pensiones retrasadas.
 

Paso tres: Una vez en la calle, la autoridad finge resolver el problema mediante la firma de un compromiso de pago que ya sabía que no iba a cumplir, pues su incumplimiento es la pieza clave para la provocación que se requería propiciar, para generar más encono y más manifestaciones.  
 
Paso cuatro: Para profundizar el coraje, se expiden cheques posfechados y no se realiza el depósito para que no puedan ser cobrados.  
 
Paso cinco: Nuevamente en la calle el gobierno se burla sistemáticamente de los pensionados, mostrando desinterés en su problema y argumentando que no hay dinero, que mejor se vayan a sus casas porque esto no tienen solución por el momento.
 

Paso seis: Se dejan correr los días. Una, dos, tres manifestaciones consecutivas, 21, 22 y 23 de diciembre. Se crispa la situación, la tensión aumenta, crece también la desesperanza, la desesperación, la aflicción, el descontento. Los pensionados (sin saber que son parte de un perverso juego del gobierno) llegan al extremo a donde el gobierno quiere llevarlos: exigen el pago, se plantan en la calle nuevamente, cierran el tráfico en el centro de la ciudad, bloquean la carretera, suben el tono de las protestas.  
 
Paso siete: Los pensionados ya están donde el gobierno los quería tener para echarles encima a la fuerza pública lo cual sucede en la tercera manifestación consecutiva. Ese día ya tenía todo listo, la represión y el dinero. Por eso a mitad de la negociación con la comisión de pensionados que acordaban con el Secretario de gobierno la fuerza pública apareció en las calles. Por eso el Secretario de gobierno nunca regresó a la mesa de negociación. Por eso la comisión de pensionados se retiró. Todo estaba escrito. El gobierno no pagó hasta que no golpeó, porque la represión era el punto culminante del tejido fino que se hizo, era la muestra de lo que les puede pasar si en el futuro siguen protestando, porque los pagos seguirán retrasándose, porque se quiere hacer desaparecer el IPE y hay que mostrar el trato que recibirán los que se opongan.
 
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