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Columnas y artículos de opinión
La vía del centro democrático
Uriel Flores Aguayo
22 de enero de 2016
alcalorpolitico.com
La coalición entre el PAN y el PRD para buscar la alternancia en el ejecutivo y el legislativo tiene que buscar su identidad propia para hacer coherente una propuesta seria al electorado veracruzano; por supuesto que tiene sustancia que justifica en todos los sentidos su existencia. No es de derecha ni de izquierda, tampoco de centro derecha o izquierda, por lo tanto bien se puede asumir como de centro democrático: conserva identidad básica en lo particular pero hace confluir coincidencias de tipo democrático.
 
Esta coalición es impuesta por las condiciones locales de autoritarismo, tal como ha ocurrido en todo el mundo. Hay una tendencia mundial en los partidos, juntos o separados, a correrse al centro para recibir apoyo del electorado en cantidades suficientes para gobernar; aún así se accede al poder con mayorías relativas y precarias. Ir al centro político, no ideológico, es una estrategia normal y correcta.
 
En México ya no hay partidos ideológicos puros, si acaso algunos con ciertos rasgos y eso en autodefiniciones; desde luego que hay ciertas diferencias entre ellos, por historia y estilos, pero a la hora de ejercer el poder prácticamente se han uniformado. Los partidos mexicanos son referentes y espacios para la acción política independientemente de siglas; seguirán siendo centrales en tanto se desarrollan las opciones independientes que, en el caso de Veracruz, inician con evidentes deformaciones.
 

Las coaliciones electorales son la suma de posicionamiento, tendencias y expectativas; las impulsan desde el oficialismo sistemáticamente y, ahora, también es una ruta que va a probar la oposición. Se van a topar dos coaliciones, la continuista en lo general y la de la alternancia. Vivirán en el error quienes solo consideren la suma porcentual de los antecedentes de los coaligados desde la oposición; es más, mucho más lo que van a obtener por los factores anímicos y de mayoría en la población.
 
Ya es hora que la coalición de la alternancia presente sus propuestas programáticas, los puntos que la comprometen al llegar al Gobierno. Es fundamental dar certeza de los contenidos concretos de la alternancia: qué tipo de cambio se propone, cómo resolver la grave problemática de Veracruz y hasta dónde llegará el nuevo gobierno en su cruzada justiciera. De preferencia su convocatoria a participar y proponer debe ser amplia, transparente y medible; es indispensable, además de castigar la corrupción, también darle un claro sentido social para enfrentar la pobreza y hacer un gobierno incluyente y de respeto absoluto a las reglas democráticas.
 
Este híbrido será fundacional, es inédito, por tanto se requiere un esfuerzo intelectual, de conocedores, para darle personalidad, sello e identidad; hay mucho que hacer en convencimiento, los votantes son inteligentes, si no se convencen plenamente irán al abstencionismo, a la dispersión o darán su voto para la alternancia pero en cantidades insuficientes para ser mayoría. Lo peor que le pude pasar a la coalición opositora es el triunfalismo, creer que basta con el descontento para ganar; la elección es un estado de ánimo que sube y baja súbitamente, quedarse solo en uno es perder.
 

Están en un error de obviedad quienes apelen a figuras nacionales, cuentan poco, esta es una elección estatal donde son los factores locales los que definen las adhesiones y los rechazos ciudadanos; es una elección donde la figura de los candidatos a Gobernador es fundamental, si es fuerte jala para arriba a sus candidatos a diputados y, al contrario, si es débil los hunde. Cuenta mucho la percepción de la gente para orientar su voto, lo van a dar a quienes vean posibilidades de ser mayoría, es el voto útil; no deberían hacerse ilusiones aquellos que van de relleno. Reitero mi absoluto respeto a los candidatos que, aún sabiendo que su papel será testimonial, participan sin hacerle el juego al tricolor.
 
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Recadito: El 27 de este mes presento en el casino xalapeño un libro sobre temas políticos.