En plena Semana Santa, la PGR anunció que había iniciado una averiguación en contra de Emilio Álvarez Icaza por presunto fraude. Desde la Unidad Especializada en Investigación de Delitos Fiscales y Financieros de la PGR se abrió la averiguación previa UEIDFF/FINIM17/123.

La denuncia —que fue calificada por Roberto Campa, subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, como “no seria”— fue interpuesta por José Antonio Ortega Sánchez, a nombre del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C. ¿Quién es Ortega Sánchez y de qué acusa al aún hoy secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos?

Ortega, quien ha sido de los principales críticos de la experta del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes, GIEI, Ángela Buitrago, señala que Álvarez Icaza cometió fraude por más de 3 millones de dólares contra la Federación. El monto se refiere a lo que el gobierno mexicano ha pagado a una colaboración que buscaron y aceptaron: la del propio GIEI.

Suena ridículo. Más porque como ha dicho el mismo Campa, la CIDH no administra los recursos.
Pero bueno, ya en el fondo, ¿de plano así está el grado de desconfianza de este gobierno por una asistencia internacional que ellos mismos pidieron, aceptaron? ¿Cómo tomar una acción así? A mí me parece una grave señal contra defensores de derechos humanos.

El GIEI iniciará su último mes de trabajo aquí; una denuncia así —ojalá me equivoque— prepara el tono de su salida del país.

Su mandato era contribuir a la investigación en la tragedia de los 43 de Ayotzinapa; también a trazar políticas públicas y legislación sobre desaparición forzada en el país (esta última no se ha ni comenzado a discutir). Han dejado claro omisiones estructurales en el sistema de acceso a la justicia y también verdaderos hoyos a resanar en la naciente Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) .


Está pendiente el resultado del famoso tercer estudio sobre el basurero de Cocula, una investigación en la que seguimos sin saber quiénes son los expertos que participan en ella.

El GIEI se irá, sí, pero nosotros nos quedaremos con el problema. ¿Será tan difícil de entender eso? Nosotros, los mexicanos, somos los interpelados.

Y, ah, sí, también se da tras que Álvarez Icaza anunció que no buscará su reelección en el cargo y regresará a México. Bien raro.

 
Nací al periodismo hace más de 20 años como fruto de una escuela donde nos dijeron que los y las reporteras deberíamos evitar a toda costa ser noticia. Nuestro papel era ser mudos testigos, retratar, escribir, preguntar. Lo creí y viví.

Fui cambiando con los años, sobre todo hace nueve cuando nació Alan, mi hijo. Además de que a todos nos cambia la maternidad o paternidad, él tiene síndrome de Down. Y comencé a ser activista por la no discriminación y los derechos humanos, sobre todo de personas con discapacidad.
Reconozco la escuela en la que crecí, la respeto, pero creo ahora que los periodistas somos ciudadanos y sí podemos —más aún, creo que debemos— ser militantes de causas, sin partido, por un bien común. Los derechos humanos y la no discriminación lo son. Exigir su respeto es también nuestra responsabilidad
Esto para decirle querido lector, lectora, que acepté ser candidata a diputada constituyente de la Ciudad de México por el PRD en calidad de ciudadana. No milito en el PRD ni pretendo hacerlo en otro partido. Agradezco mi inclusión en su lista por la agenda, o las agendas, que represento y que defiendo; espero que los demás partidos también se sumen a estos temas. Es un cargo honorario, sin sueldo, que duraría cuatro meses. Se trata de contribuir, básicamente, con trabajo.


Lo más fácil era dejar pasar la oportunidad y no comprometerme. No poner en juego nada y menos en una elección de por sí cuestionada porque 40% de los integrantes de la Asamblea Constituyente serán designados y no electos.
Decidí hacer lo contrario, lo más difícil: aceptar y averiguar en carne propia qué se necesita para hacer algún cambio, aunque sea pequeño, por la ciudad en la que vivo y crece mi hijo y muchas otras personas con discapacidad y sus familias. Me comprometo a escuchar, a ser transparente, a dar lo que exijo de los que me representan. Sé que seré evaluada y vigilada por ello. Debe ser así. No esperaría menos.

Tengo la suerte de que aceptó ser mi suplente (y yo diría que más que eso, mi compañera de fórmula) Camerina Robles Cuéllar, presidenta del patronato del Organismo Mexicano Promotor del Desarrollo Integral de los Discapacitados Visuales, IAP, luchadora por la inclusión desde hace muchos años y además hija del primer diputado ciego —por el PRI, fíjese— que tuvo México: Ignacio León Robles Robles. 

 

Amaranta Gómez Regalado es un ícono de la diversidad. Nació en Juchitán, Oaxaca y en la adolescencia le quedó claro que el cuerpo de hombre con el que nació no correspondía con su identidad de género. Nació en un pueblo indígena, ahora es muxe, y luego tuvo un accidente que hizo que viva con una discapacidad motriz.

Candidata de México Posible a una diputación, Amaranta ha decidido luchar por la no discriminación por orientación sexual, por ser indígena, por tener una discapacidad. No es de ayer. Ahora, en lo que podría resultar, a primera vista, una decisión contradictoria, está más cerca de la candidatura de Alejandro Murat, del PRI, a gobernador de Oaxaca.
No hay contradicción alguna. Ella no se ha movido de la lucha por sus causas, que son las de muchos y muchas. Es tan sólo que ya vivió en carne propia lo que pasa cuando una alianza PAN-PRD gobierna: la agenda del respeto a la diversidad se encorcheta, se deja un lado porque no hay consenso. Eso pasó en el gobierno de Gabino Cué.

--Ahora el PRD que va en alianza con el PAN en Oaxaca y en otros Estados ha dicho que no van, así  palabras textuales, con la agenda ni de la despenalización del aborto, que afecta a las mujeres particularmente mujeres  pobres, y Oaxaca es un estado muy pobre,  y ley de matrimonio igualitario. Soy una mujer de izquierda ciudadana, que defiende estos dos temas. Pepe Toño (José Antonio Estefan Garfias)  es amigo mío desde hace muchos años. Pero él se colocó en un punto donde el chiste es hacer política, no importa la agenda, y la agenda importa.

 
Ella lo dice:
– (¿Le interesa ser candidata a la Presidencia de la República?) Por supuesto. No hay político, de cualquiera de los partidos, que esté en la política y que su máximo sueño no sea ser Presidente de la República, pero también tengo muy claros los momentos y los tiempos: Ivonne Ortega, diputada y ex gobernadora de Yucatán. Anticipa que si no es ella la candidata, apoyará a quien resulte electo como abanderado.
 

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