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Columnas y artículos de opinión
¿Ganó el PAN o perdió el PRI?
Helí Herrera Hernández
13 de junio de 2016
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
El 24 de enero de este año publique en este mismo espacio un artículo titulado fuego amigo donde asenté: “...tras bambalinas me informan que es cuestión de horas para que Duarte caiga; la decisión ya está tomada por quien la debe tomar, porque el recuento de los daños cometidos por el fidelato son tan adversos, que si no destituyen al gobernador inmediatamente, predije, no sólo van a perder la elección de gobernador, sino también la mayoría del Congreso”.
 
A ocho días de la jornada electoral pudo afirmar, con este documento en mano y sus publicaciones, que tuve razón, que no destituir Enrique Peña Nieto a Javier Duarte le iba a costar la victoria de Héctor Yunes Landa, como sucedió, porque el pueblo escuchó de Miguel Ángel Yunes Linares lo que querían escuchar: cárcel para él y sus cómplices por la quiebra de Veracruz, como los romanos del César cuando le exigían sangre en el coliseo. Escribí esto no por ser pitoniso sino dialéctico, producto de horas y horas de estudio, de formación académica, de analista objetivo de la ley del Desarrollo de la Sociedad y su máxima expresión para resolverlos: el Estado.

 
Más allá de la utopía comenté a 3 ó 4 personas, inclusive en el debate del Foro por la Defensa de la Universidad Veracruzana a una candidata de Acción Nacional, que tenían el triunfo en la bolsa. Que el PRI estaba perdido y que Movimiento Ciudadano se jugaba su vida electoral porque estaba consciente que Morena iba a canalizar el voto útil de la social-democracia y de la izquierda estatal, porque el efecto López Obrador les obsequiaba de entrada 15 puntos sin importar quién fuera su candidato a gobernador y quién a diputados, como sucedió.
 
A cuatro meses y medio de esa proyección usted conoce el mapa político producto de la voluntad popular expresada el 5 de junio: Miguel Ángel gana la gubernatura; el PAN y el PRD se quedan con la mayoría de las diputaciones locales uninominales seguido del Partido Revolucionario Institucional, y en tercer lugar Morena y, ninguno de estos partidos políticos tendrá por sí solo la mayoría simple, incluyendo las plurinominales que les correspondan, lo que
 
obligará al nuevo gobernador a negociar tanto con López-Obradoristas o con el PRI sus iniciativas al Poder Legislativo, así como los presupuestos de ingresos y egresos, en una cena de negros en la sede del Congreso que será una réplica de los pleitos y jaloneos que se viven en el recinto de San Lázaro, enturbiando las acciones gubernamentales de suyo problemáticas por tener sólo dos años para ejecutarlas el Poder Ejecutivo.

 
Si de suyo iba a ser difícil cumplir con la palabra empeñada por el hoy gobernador electo, dado que una cosa es prometer en campaña para ganar votos, y otra muy difícil cumplir lo ofertado, ahora será peor porque hay decisiones gubernamentales que requieren el visto bueno de Poder Legislativo (que ese puede ser un buen pretexto para Yunes Linares si no las honra). Por ejemplo, él propone en el presupuesto de egresos los dineros que se vayan a destinar para el cumplimiento de sus políticas públicas: cuánto al sector educativo, cuánto al social, cuánto a la infraestructura, cuánto a la salud, cuánto a la vivienda, pero es éste, el Poder Legislativo, el que está facultado por la Constitución para votar a favor la propuesta del Gobernador o modificárselo, de acuerdo a los intereses políticos de Morena o del PRI. Es decir, los legisladores López-Obradoristas van a querer llevar obras y recursos a los distritos donde ganaron, donde tienen una gran influencia para irse afianzando, primero para las elecciones locales de 2017 y luego para las presidenciales-gubernamentales de 2018. Lo mismo tratarán de hacer los legisladores del Partido Revolucionario Institucional y más hoy, como oposición, tratando de recuperar el poder perdido. ¿Le aprobarán así a Yunes Linares su presupuesto de egresos sin chistar? Por supuesto que no, dado que el buscará también con esas acciones agua a su molino.
 
Otro ejemplo: tanto el Fiscal del Estado (Luis Ángel Bravo Contreras), como el Contralor (Ricardo García Guzmán), fueron elegidos durante el gobierno Duartista por sus diputados y diputadas leales por 8 años para permanecer en ese encargo. Y si Miguel Ángel Yunes Linares se comprometió a meter a la cárcel a Javier Duarte, y ahora extendió la oferta para hacerlo hasta con Fidel Herrera Beltrán, él sabe que con Bravo no lo logrará; luego entonces ¿Cómo cumplir esa promesa, que en principio contará con el apoyo de los legisladores de Morena, para modificar La Constitución Local y poder removerlo, pero que recelosos como son no le firmarán un cheque en blanco para colocar allí a uno de sus abogados fieles, que podrían servirle hasta para protegerlo cuando terminen sus 730 días de mandato?
 
Nada fácil será cumplir también con el pago por lo menos de 2 mil 332 millones de pesos a la Universidad Veracruzana (Cifra dado por la rectora Sara Ladrón de Guevara en la mega-marcha del 11 de marzo en Xalapa), frente a la deuda de más de 50 mil millones de pesos que hereda, que si no logra reestructurarla con tino e inteligencia lo ahogarán abortando todas las promesas de campaña cargadas de buenas intenciones como pagar a tiempo las pensiones, a los proveedores del gobierno, a las constructoras, a los músicos, a los maestros, dotando de medicinas a los hospitales públicos, de médicos y material quirúrgico y, sobre todo, para impulsar el desarrollo de Veracruz y reactivar el mercado interno.

 
Yo quisiera que le fuera bien a Miguel Ángel Yunes Linares como gobernador, se los juro. Nada me daría más gusto (y lo aplaudiría públicamente), que de veras metiera a la cárcel a Fidel Herrera y todos sus niños fieles, que como lo he escrito aquí mismo, son dueños de casi todas las nuevas plazas comerciales y fraccionamientos de Xalapa; que hiciera lo mismo con Javier Duarte y su camarilla; que les quitara todo lo robado y lo reintegrara al erario público (y cuando digo todo es todo, no una casita o un yate, o una cuenta bancaria de 5 ó 10 millones de pesos que eso y nada, es lo mismo frente a la quiebra en que se encuentran las finanzas estatales. Que reintegre al IPE todo lo que este par de bribones le han quitado, que se ponga al corriente con las becas para los estudiantes de bachillerato y universitarios, y en fin, que cumpliera con todo lo que se comprometió y que están registradas todas esas promesas. Eso me alegraría más.
 
Si ese escenario ocurriera le iría bien a Veracruz y bien merecería el choleño un justo reconocimiento de hombres y mujeres de bien que dudamos que ello vaya a suceder. Quisiera que en esos dos años se acabara la pesadilla de la inseguridad, a la que se comprometió desaparecer con tecnología. Que sea un gobierno de luces más que de sombras. Que no nos amanezcamos el primero de diciembre de 2016 con esa esperanza y a medida que atardezca se nos venga la noche.
 
Ha dicho en esta semana que les aplicará la Constitución de Veracruz y las leyes que de ella emanan a todos los corruptos, pero le anotaría lo que Tácito dijo “mientras más corrupto es un Estado, más leyes tiene”. Lo que se requiere para abonar a ella es predicar con el ejemplo: no siendo, y no permitiéndola.

 
Espero que no defraude a los un millón 55 mil 544 veracruzanos que sufragaron por él, yo, estaré atento a su rosario de buenas intenciones, porque eso, es peor que nada.
 
PD: una felicitación a maestros, alumnos, padres de familia y toda la comunidad del Colegio Altotonga por ese 63.6% de jóvenes ingresados a la Universidad Veracruzana. ¡Un éxito más!