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Columnas y artículos de opinión
¿Alternancia es = Bienestar?
Helí Herrera Hernández
20 de junio de 2016
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
En los últimos meses se ha discutido en Veracruz de manera sobresaliente el significado de Alternancia, tema que por lo menos dos candidatos al gobierno lo utilizaron como punto de partida para ganar votos, haciendo creer a la sociedad que con ella se acababan todos los problemas que los veracruzanos padecemos de inseguridad, desempleo, pobreza alimentaria, de salud, de vivienda, entre otros. La historia usted ya la conoce porque tanto en la televisión, en la radio y la propaganda partidaria se invitaba a los electores a votar por La Alternancia en Veracruz. Es decir, quitar al PRI para que llegue al gobierno un partido y un candidato distinto.
 
La mercadotecnia funcionó. Estuvo bien diseñada para una sociedad desinformada que cree, ahora más porque derrotó Miguel Ángel Yunes Linares al partido revolucionario institucional y sus partidos paleros después de 8 décadas y será gobierno, que se acabaron las penas y los sinsabores, y que con La Alternancia habrá que prepararnos para la llegada de mejores tiempos para los más de 7 millones de veracruzanos, como si estuviéramos acercándonos con ella a las puertas del paraíso.

 
Pero veamos: lo único que garantiza La Alternancia aquí y en todo el mundo es la democracia electoral en primer lugar y/o, la democracia formal, como se describe exquisitamente en “pedagogías del perdón”. La democracia formal-electoral es aquella que independientemente que en una elección gane el partido (y) y en la siguiente el partido (b), los votos que emita la sociedad en cada elección serán contados y respetados, garantizando de esa manera que la voluntad popular se respete >véase en ese mismo texto “pactos de reconciliación entre la clase social gobernante”<. El Estado producto de esa clase social gobernante garantizara el statu quo, dicho de otra manera, el respeto de los intereses de la clase social que llevo al poder al partido (y) o al partido (b), que en México es la burguesía.
 
Triunfe Juan o triunfe Pedro la estructura económica dominante seguirá haya cuanta alternancia quiera la sociedad votante. Total, la clase social dominante es dueña de los poderes fácticos que así como encumbran hombres en unos cuantos años (Peña Nieto o Vicente Fox), también a mujeres (la gaviota o Margarita Zavala), también los destruyen con publicidad mafiosa (AMLO y el famoso slogan –es un peligro para México-), que repetido mil veces diariamente en radio, televisión y demás medios terminó desfondándolo cuando prácticamente tenía el triunfo en sus manos. (Cuando más posibilidades tenga un candidato distinto a la clase social gobernante de ganar la elección, más perversos serán los ataques para destruirlo).
 
Así, en la democracia formal, los gobernantes aspiran al poder por el poder mismo, pero no al poder para servir, para generar desarrollo sustentable, dado que ese sería, en consecuencia, el significado de servir. Ejemplos tenemos con La Alternancia del año 2000 que retrató a México en el mundo entero como un país democrático, donde los sufragios cuentan y se cuentan, derrotando después de 72 años Vicente Fox y sus partidos PAN y Verde al Revolucionario Institucional, a la dictadura de partido único. Pero ¿Qué ganó la sociedad con ese traspaso de poder de un partido a otro? ¿En que se beneficiaron los mexicanos con esa Alternancia si el salario siguió depauperizándose, si los hospitales siguieron inoperantes, si se achicó el IMSS y el ISSSTE, si se privatizaron las pensiones y con ello se puso en peligro la sobrevivencia de ese sector senecto social, si los banqueros siguieron obteniendo ganancias los menos de 2 mil millones de pesos al año y los más entre 7 y 8 mil millones como Bancomer y Banamex, si los dueños de los poderes fácticos siguieron manipulando con psicologías mediáticas al grueso de la población para hipnotizarlos, convirtiéndolos en mansos corderos, y atacando de la misma forma a todos aquellos que los identifican como los promotores de la rebelión (exigen a los maestros educar mientras televisa y tv-azteca generan incultura en todos sus programas), si las privatizaciones siguieron y siguen y el paraíso prometido para todos nosotros desde los tiempos de Salinas de Gortari no llega ni con ellas, ni con La Alternancia?.

 
Los problemas que teníamos los mexicanos en el 2000 en lugar de disminuir han aumentado, a pesar de que ya los panistas le devolvieron el poder a los priístas en otra Alternancia más. Los reyes siguen siendo reyes y el grueso de la población se sigue empobreciendo, enfermando y muriendo por culpa del Estado de la Alternancia que no cumple con las obligaciones constitucionales que tiene de generar bienestar a sus representados. Allí están las estadísticas del mismo gobierno.
 
¿Esa democracia debe ser el objetivo superior de México. El quítate tú para que entre yo? ¿El enroque de hombres con diferente camiseta pero con las mismas ideas y con los mismos intereses? Esa democracia-Alternancia que en discurso prometía el cambio, el edén, pero ya empoderados protegieron la corrupción y otorgaron impunidad a los banqueros tranzas (Fobaproa), a los gobernadores y expresidentes de la República ladrones? ¿A los multimillonarios mexicanos sacadores de dólares al extranjero y provocadores de todas las devaluaciones que hemos tenido, en gran medida? No, La Alternancia no ha resuelto los problemas fundamentales de los mexicanos, todo lo contrario, los ha ahondado: la riqueza sigue concentrándose cada día en unas cuantas manos mientras la pobreza y la miseria se popularizan, se masifican.
 
Vayamos ahora a la otra democracia, la integral, la contraparte de la formal a la que he venido haciendo referencia. Esta no figura en el orden del día de los partidos ni de los gobiernos neoliberales, cuyos representantes se han enriquecido bajo el amparo del poder público. Esta también garantiza elecciones libres pero con un pueblo alimentado para que no les compren su voto con una despensa; con un pueblo educado para que no lo manipulen los poderes fácticos; con un pueblo con salarios dignos y saludable para que nunca más ande pidiendo limosnas; con un pueblo participativo en política que contribuya en la integración de un nuevo Estado, humano y generoso, donde el bien común sea puerto y no medio para ganar votos.

 
Esa democracia integral aun la veo lejos pero no imposible. Por eso me uno a los hombres y mujeres que comparten estos objetivos de salud, bienestar, educación de calidad, empleo, seguridad, cultura y recreación para todos. Somos pocos aun, es cierto, parecemos aquellos maestros que llegan a su salón en su primer día de clases y tienen que enseñar a leer y escribir, sumar, multiplicar, dividir, restar y enseñarles entre el bien y el mal, pero estoy seguro que si no bajo los brazos y lucho al lado de esos cuantos tendremos muy pronto un gobierno popular que garantice que los sueños de sus representados se hagan realidad.
 
La Alternancia en una democracia formal resta, pervierte, genera y multiplica la pobreza humana. La Integral busca ser el vehículo que genere felicidad. Conseguir esta última es muchas veces desalentador cuando ves los resultados electorales. Pero cuando tu conciencia la templó el acero al siguiente día de la derrota ya estás buscando tu trinchera nuevamente.