7 de julio de 2016
alcalorpolitico.com
Es para no creerse. Las versiones dicen que la semana pasada Flavino Ríos Alvarado y Antonio Gómez Pelegrín, secretarios de Gobierno y de Finanzas respectivamente, admitieron ante representantes del gremio magisterial que la situación ya tronó, y que Veracruz está en quiebra.
En todo caso, ninguno de los dos funcionarios (ni la oficina de Comunicación Social, o como se llame ahora) ha desmentido tan temeraria declaración. Tal vez ni siquiera haría falta. Uno ve de cerca y de lejos lo que pasa en Veracruz: paros y protestas diarias para exigir que el gobierno pague lo que debe, que es mucho. Y el gobierno no paga.
Uno lee lo que puede de los tomos de la Gaceta Oficial Extraordinaria quinientos dieciocho (publicada a finales de diciembre del año pasado), y se entera de que el gobierno de Veracruz programó un gasto de casi cien mil millones de pesos para cerrar su gestión. Pero no se sabe – y al parecer no hay nadie que pueda explicar – qué pasó con ese dinero y con los presupuestos de años anteriores.
Para muchos es claro que en Veracruz ya no hay gobierno, y que el proyecto político – si es que alguna vez hubo uno – se va limitando a crear engendros institucionales que cubran las espaldas de los responsables del brutal saqueo que ha sufrido el estado.
Basta con leer los informes de gobierno, el Plan Estatal de Desarrollo, los Considerandos de los Presupuestos las Cuentas Públicas y otros documentos cuyos nombres se escriben con mayúscula para darse cuenta de que las finanzas de Veracruz se manejaron mal, sin oficio ni beneficio.
Lo peor es que el mal manejo financiero va a tener – ya tiene – consecuencias desastrosas para los veracruzanos: quiebras de empresas medianas y pequeñas, desconfianza generalizada en las instituciones y en los funcionarios que las representan, ausencia de obra pública o de cualquier otra, faltantes que rebasan la imaginación en las arcas estatales.
A eso habría que sumar la súbita generosidad del gobierno que se va: basificación de miles de burócratas, muchos de los cuales han cobrado sin trabajar (como pasó en la secretaría de Educación, que se tardó años en descubrir lo que la simple curiosidad de los secretarios que hubo habría bastado para revelar el tamaño del desfalco, y que anunció una depuración cuyos resultados nadie conoce), donación de edificios, pago de deuda con bienes raíces, incremento de la participación presupuestal para la Universidad Veracruzana...
Tal generosidad no es gratis, porque el gobierno que viene tendrá que pagar las cuentas alegres del gobierno que se va y deja el peor desorden administrativo de la historia del estado, como una estrategia mal intencionada y mezquina que afecta a millones de personas y no sólo a Miguel Ángel Yunes Linares, como quisieran los improvisados operadores políticos de palacio.
En todo caso, nunca tan pocos habían causado o permitido tanto daño. Cada seis años, los veracruzanos votaban con la esperanza de que viniera algo o alguien mejor. Ahora votaron con el rencor de quienes fueron engañados de muchas maneras una y otra vez, y quizá vuelvan a hacerlo dentro de un par de años pensando que es para mejor servicio del estado y de la república.
El mal está hecho. La cosa – como habrían dicho Ríos Alvarado y Gómez Pelegrin – ya tronó.
Y los diputados
La nota informa que los diputados del PRI y del PVEM no pudieron ir a la reunión de este miércoles en la que las cámaras de empresarios y los rectores de las universidades privadas de Veracruz dieron a conocer sus puntos de vista sobre las reformas legales que promueve el gobernador Javier Duarte.
Según Tonatiuh Pola, vocero de esas bancadas, los diputados estarían ocupados en comisiones analizando los temas que les interesan a los empresarios y los universitarios, cuyas opiniones y preguntas evidentemente no les interesan a los legisladores.
El diputado Pola está seguro de que los empresarios son suficientemente maduros y responsables como para caer en los juegos de algún partido político. Uno agregaría que los diputados no lo son...
Gracias
Agradezco a los amigos y colegas, y en general a todos los que enviaron mensajes solidarios con motivo del fallecimiento de mi papá. Mi cariño para todos...
En todo caso, ninguno de los dos funcionarios (ni la oficina de Comunicación Social, o como se llame ahora) ha desmentido tan temeraria declaración. Tal vez ni siquiera haría falta. Uno ve de cerca y de lejos lo que pasa en Veracruz: paros y protestas diarias para exigir que el gobierno pague lo que debe, que es mucho. Y el gobierno no paga.
Uno lee lo que puede de los tomos de la Gaceta Oficial Extraordinaria quinientos dieciocho (publicada a finales de diciembre del año pasado), y se entera de que el gobierno de Veracruz programó un gasto de casi cien mil millones de pesos para cerrar su gestión. Pero no se sabe – y al parecer no hay nadie que pueda explicar – qué pasó con ese dinero y con los presupuestos de años anteriores.
Para muchos es claro que en Veracruz ya no hay gobierno, y que el proyecto político – si es que alguna vez hubo uno – se va limitando a crear engendros institucionales que cubran las espaldas de los responsables del brutal saqueo que ha sufrido el estado.
Basta con leer los informes de gobierno, el Plan Estatal de Desarrollo, los Considerandos de los Presupuestos las Cuentas Públicas y otros documentos cuyos nombres se escriben con mayúscula para darse cuenta de que las finanzas de Veracruz se manejaron mal, sin oficio ni beneficio.
Lo peor es que el mal manejo financiero va a tener – ya tiene – consecuencias desastrosas para los veracruzanos: quiebras de empresas medianas y pequeñas, desconfianza generalizada en las instituciones y en los funcionarios que las representan, ausencia de obra pública o de cualquier otra, faltantes que rebasan la imaginación en las arcas estatales.
A eso habría que sumar la súbita generosidad del gobierno que se va: basificación de miles de burócratas, muchos de los cuales han cobrado sin trabajar (como pasó en la secretaría de Educación, que se tardó años en descubrir lo que la simple curiosidad de los secretarios que hubo habría bastado para revelar el tamaño del desfalco, y que anunció una depuración cuyos resultados nadie conoce), donación de edificios, pago de deuda con bienes raíces, incremento de la participación presupuestal para la Universidad Veracruzana...
Tal generosidad no es gratis, porque el gobierno que viene tendrá que pagar las cuentas alegres del gobierno que se va y deja el peor desorden administrativo de la historia del estado, como una estrategia mal intencionada y mezquina que afecta a millones de personas y no sólo a Miguel Ángel Yunes Linares, como quisieran los improvisados operadores políticos de palacio.
En todo caso, nunca tan pocos habían causado o permitido tanto daño. Cada seis años, los veracruzanos votaban con la esperanza de que viniera algo o alguien mejor. Ahora votaron con el rencor de quienes fueron engañados de muchas maneras una y otra vez, y quizá vuelvan a hacerlo dentro de un par de años pensando que es para mejor servicio del estado y de la república.
El mal está hecho. La cosa – como habrían dicho Ríos Alvarado y Gómez Pelegrin – ya tronó.
Y los diputados
La nota informa que los diputados del PRI y del PVEM no pudieron ir a la reunión de este miércoles en la que las cámaras de empresarios y los rectores de las universidades privadas de Veracruz dieron a conocer sus puntos de vista sobre las reformas legales que promueve el gobernador Javier Duarte.
Según Tonatiuh Pola, vocero de esas bancadas, los diputados estarían ocupados en comisiones analizando los temas que les interesan a los empresarios y los universitarios, cuyas opiniones y preguntas evidentemente no les interesan a los legisladores.
El diputado Pola está seguro de que los empresarios son suficientemente maduros y responsables como para caer en los juegos de algún partido político. Uno agregaría que los diputados no lo son...
Gracias
Agradezco a los amigos y colegas, y en general a todos los que enviaron mensajes solidarios con motivo del fallecimiento de mi papá. Mi cariño para todos...