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Columnas y artículos de opinión
Inevitable un nuevo préstamo. Más deuda pública
Luciano Blanco González
22 de julio de 2016
alcalorpolitico.com
Las eventuales tormentas políticas que azotan a nuestro estado, a pesar de sus malignos y perversos orígenes, no lograrán debilitar el vigor y la fortaleza económica de Veracruz. Por más intentos pérfidos que se alienten con ese fin desde las múltiples esferas del poder estructural de la federación, el estado y los municipios.
 
Es mas, ni siquiera el poder de facto que en todos lados ejerce la delincuencia organizada con horrorosos crímenes de lesa humanidad que diariamente comete en contra de la población, como parte de las luchas inútiles, contra el crimen y entre el crimen mismo. A pesar de eso Veracruz sigue de pie fortaleciendo su brillante futuro y siendo el primero en diversas ramas de la economía constituyéndose orgullo de la riqueza nacional.
 
Al interior estas tormentas que se dan, nada tienen que ver con el venturoso “año de Hidalgo” que se simplifica magistralmente en la rima de Tacho, “que chingue a su madre el que deje algo” pues los números, las cuentas y las aflictivas deudas oficiales, ventiladas por cientos de deudores y la inexistencia de activos, nos muestran sin ser economistas que ya no hay nada que llevarse, todo, bien o mal, ha sido gastado y su uso corresponde a la actual administración justificarlo y a los acusadores, que afirman saqueo y mal uso de los recursos, encabezados por el Gobernador electo, Miguel Ángel Yunes Linares, corresponde esclarecerlo ante los tribunales competentes, esto si no le satisfacen plenamente los haberes que su equipo de trabajo comenzará a recibir el primero de noviembre, en cientos de cajas repletas de documentos que sustentarán las cifras de la contabilidad presumiblemente maquilladas.
 

La deuda y el uso de los recursos públicos ha sido el cuestionamiento continuo en los recientes cambios de gobierno, Miguel Alemán, el lustroso Gobernador impecable y limpio de Veracruz, 3 meses antes de terminar su periodo obtuvo un préstamo para el Gobierno del Estado de Veracruz, por 3 mil 500 millones de pesos, razón por la que fue fuertemente cuestionado por el entonces Senador panista, Gerardo Buganza Salmerón, que una y otra vez alzó su voz exigiéndole a Alemán, claridad en la rendición de cuentas, “De los $3,500 millones del préstamo bancario que la administración de Miguel Alemán se gastó en noviembre del 2004, "existe poca claridad y podrían haber irregularidades en el manejo de más de $389 millones", cuestionándole el dudoso uso de $60 millones gastados en supuestos operativos de seguridad pública. Subrayando enfático que el grave endeudamiento de Veracruz, frena su desarrollo social y económico.
 
Dijo Buganza: "La deuda pública es cuantiosa y de los últimos $3,500 millones utilizados en noviembre surgen diversas dudas y posibles irregularidades". Es importante que todos los veracruzanos conozcan con transparencia en qué se gastó el gobierno de Miguel Alemán esos $3,500 millones de noviembre y se detalle, por ejemplo, quiénes fueron beneficiados con un total de $24 millones por concepto de "atención a demandas sociales" o cómo se gastaron $34 millones en el Programa Tajín. (Malu Sanchez Pozos.- Orizaba en Red.- Nota 35817.- 15/06/05.
 
El maestro Fidel Herrera Beltrán, también ya en la víspera para concluir su mandato, en aquel tiempo justificadamente tuvo necesidad de concurrir al endeudamiento público para resolver parcialmente los efectos de la catástrofe provocada por las perturbaciones meteorológicas del Huracán Karl y la tormenta tropical Mathew.
 

Alguien desató la furia del Dios Tajin, que iracundo dejó caer los relámpagos y truenos, liberando a los vientos y las aguas que inundaron y trajeron la desgracia a miles de hogares veracruzanos, destruyendo gran parte de la infraestructura de comunicaciones como carreteras, puentes y caminos rurales, afectando los grandes sembradíos agrícolas y la producción ganadera, con miles de damnificados clamando ayuda en todo el territorio.
 
Se hablaba de 4500 comunidades afectadas, 55 000 casas dañadas, gran parte de ellas en el Puerto de Veracruz y Boca del Río, Medellín, Cotaxtla, Jamapa, Manlio Favio, Xalapa, Paso de Ovejas, por citar solo algunos municipios del centro y en el norte Poza Rica, Tamiahua, Tampico Alto Pueblo Viejo, El Higo, Tempoal, La Sierra de Otontepec y Álamo entre otros, no siendo menor la calamidad en el sur del Estado,
 
En aquel momento, cuando Fidel concurrió al Congreso Local a plantear la gravedad de la situación, hizo un planteamiento de los efectos de la desbastante crisis que había dejado el fenómeno meteorológico, invocando el clamor popular de ayuda y sin decir con precisión la cantidad que se requería, el Congreso conmovido, con el apoyo de miembros de todos los partidos y con la oposición de 3 diputados, el día 3 de octubre le autorizó contratar hasta 10, 000 millones de pesos para paliar la emergencia generalizada que se vivía.
 

No faltó en aquel entonces la voz discordante y acusadora del combativo diputado por Convergencia, Don Sergio Vaca Betancourt, quien le espetó: “El desastre financiero viene de antes de los desastres naturales y sería inmoral que el gobierno del Estado atribuyera estos faltantes a los huracanes, concluyendo, la crisis financiera se debe al manejo discrecional, abusivo, le agrego, y al jineteo del dinero ajeno.”
 
Por aquellos tiempos, el Gobierno de Veracruz anunció que ya habían iniciado los trámites para cobrar un Seguro Contra Desastres Naturales que tenia contratado con la compañía Seguros Inbursa y poder así resarcir las afectaciones por los diversos fenómenos meteorológicos que impactaron a la entidad, se dijo que el monto de dicho seguro era por la cantidad de 30 millones de dólares y su vigencia era del 14 de julio, al primero de junio del 2011.
 
El seguro cubría los daños que pudiera sufrir la infraestructura carretera, la educativa, la de salud y la de vivienda de la población de bajos ingresos económicos a consecuencia de fenómenos geológicos o hidrometeorológicos. No recuerdo que se haya vuelto a mencionar el citado seguro, quizás con el pago, se construyeron obras que se volvieron a cobrar, pues poco se sabe de su aplicación.
 

Pero regresando a los tiempos presentes, destaquemos que la exigencia de que el que se va rinda cuentas claras, ha sido siempre un clamos popular, aunque ya estábamos resignados a que esta obligación se cumple cabalmente por parte del ejecutivo con la entrega del informe y la aprobación de la cuenta pública que hace el Congreso, previos aplausos y reconocimientos a la honestidad y a la transparencia.
 
Parece que en esta ocasión se rompe la rutina y no es por exhibicionismo, parece ser por necesidad, el dinero hay que buscarlo donde se encuentre y si alguien se lo llevó, hay que bolsearlo, hay que esculcarle hasta el fondo de la secreta y encontrarle hasta el último centavo.
 
La próxima administración está urgida de recursos para cumplir con sus compromisos contraídos y el cochinito está roto, las arcas están vacías, los deudores a coro reclamando sus pagos en las puertas de la bóveda, no hay que vender, no hay que hipotecar, la usura bancaria quiere garantías, por su lado Doña Federación, preocupada tronándose los dedos por la incertidumbre económica local y recortando gastos, no presta, ni avala.
 

Pero el pastel aunque magro, de todas maneras luce apetecible para quienes serán los invitados a formar el gabinete y a colaborar o contratar con el próximo Gobernador, aunque las rebanadas serán mas pequeñas y con menos manjar, no importa, ojalá que ni el que se va, ni el que viene, vayan a salir con la ocurrencia de un nuevo préstamo para resolver temporalmente la crisis económica por la que atravesamos, a Miguel Alemán se le ocurrió 3 meses antes de irse, pedir los 3 500 millones de pesos, a Fidel 58 días antes de partir, es decir el 3 de octubre, solicitó y obtuvo un préstamo por 10,000 millones, ¡dios mío! Y apenas estamos en julio.
 
El Señor Gobernador futuro, el licenciado Miguel Ángel Yunes Linares, estará obligado a resolver los problemas a que por ley está obligado, entre otros, a cubrir el gasto corriente para el mantenimiento de toda la infraestructura de servicios públicos como hospitales, escuelas, carreteras comunicaciones, transporte, gobernabilidad, democracia, justicia, seguridad y aplicar recursos económicos en el sector público centralizado con cargo tan sólo al poder ejecutivo, los sueldos viáticos, compensaciones, gratificaciones, servicios de salud y otras prestaciones de 24725 funcionarios públicos y 179 651 empleados del sector magisterial. Esto sin incluir los dependientes de los órganos descentralizados y autónomos, además del poder Legislativo y Judicial.
 
Ah pero además, debe de hacer efectivo y pagar lo más puntualmente posible todos los adeudos legítimos, los reales que hereda de su antecesor Don Javier Duarte, con empresarios y proveedores de servicios, porque no son deudas de Duarte, son deudas de la persona moral denominada Gobierno del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave y estas trascienden al Gobernador sea quien sea. Claro, debe de desechar los fraudulentos, los hechizos, los que obedecen a favoritismos o representen conflictos de intereses, en fin, que estamos de acuerdo en que todos deben de pasar por el filtro que los transparente si es necesario en los tribunales. Agregue a este mundo de obligaciones, la deuda con la banca pública y privada.
 

No nos sorprendamos si en los primeros días de diciembre, el nuevo gobernante esté solicitando un préstamo emergente para resolver los problemas más inmediatos, como tuvo que hacerle el Gobernador Duarte que el día 13 de diciembre del año en que asumió, es decir 13 días después de protestar como Gobernador, ya estaba solicitando un préstamo por 1 500 millones de pesos. ¡Usted! ¿Apoyaría al licenciado Yunes, para que contratara nueva deuda?. Claro, si es necesario por el bien de Veracruz, con la confianza de que realmente lo que se obtenga se utilizara para fortalecer el desarrollo y sustentar la gobernabilidad del estado y salvarnos de una crisis aun peor, hágase, lo que se tenga que hacer ¡Por el bien de la causa!
 
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