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Columnas y artículos de opinión
Apuntes
Traicionan a Duarte
Manuel Rosete Chávez
18 de agosto de 2016
alcalorpolitico.com
“De moda, la dieta jarocha: adelgazar
el cuerpo para engordar la cartera”

Juan Antonio
 
Traicionan a Duarte
 
Cuando el exgobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro, junto con sus secretarios de Finanzas, Gerardo Poo Ulibarri, y de Desarrollo Social y Obras Públicas, Porfirio Serrano Amador, fueron encarcelados, acusados de supuestos delitos cometidos durante la administración del cordobés, delitos que si se hubieran cometido ya estaban prescritos, nadie del gabinete que formó Dante fue al reclusorio de Pacho a visitarlo, a ratificar su lealtad al amigo en desgracia; a lo mejor, la excepción fueron Mario Ramírez Bretón y Armando Méndez de la Luz, pero del resto, nadie.

 
Cierto día que Dante fue invitado a una reunión de esas que organizaba el contador y periodista Felipe Hakim Simón, en un salón que se encuentra en la avenida Ruiz Cortines, atrás de la sede estatal del PRI, le preguntamos que si volviera a tener la oportunidad de gobernar el estado se rodearía de los mismos colaboradores, de inmediato nos contestó: “cómo crees, Manuel, eso ya no”.
 
Dante, como todos los exgobernadores, sufrió la ingratitud de los políticos que lo adularon, que lo hacían grande, que lo trataban como semidiós cuando estaba en el poder con tal de que les diera chamba, de que los contratara, de que tomara en cuenta sus empresas, de gozar de su estimación, sí, cuando era productiva su amistad.
 
Por eso hemos preguntado en este mismo espacio: ¿hasta dónde dura la lealtad de un político al gobernante en turno? La respuesta es simple, hasta que pierde el poder, ya sea antes de concluir su mandato porque todos corren con el nuevo rey o hasta los primeros minutos del día en que es relevado por otro político.

 
Esa es la estructura mental de un político, dejan de ser leales al jefe hasta que aparece otro que releve “al patrón”. De ahí que no nos cause ninguna extrañeza que infinidad de duartistas y fidelistas, sobre todo los que están embarrados de corrupción de esa que salpicó por todos los rincones de la administración pública estatal, hagan lo que esté a su alcance con tal de tender puentes y llegar a Miguel Ángel Yunes Linares para ofrecerle “sus servicios” que, en otras palabras, quiere decir documentos y explicaciones de cómo fue saqueado el dinero de las arcas del gobierno, con tal de no pisar la cárcel e irse lejos a disfrutar lo que tenga a bien dejarles Yunes Linares.
 
Solo que se equivocan de personaje, Miguel Ángel Yunes Linares no es Fidel Herrera ni Duarte, quienes a cambio de dinero compraron la conciencia de muchos serviles, oportunistas y traidores, que venían de trabajar al lado de Yunes Linares, y que vendieron espejitos a cambio de sumergirse en la riqueza mal habida. La clásica traición al amigo.
 
Yunes los atenderá, los escuchará, les fijará la mirada a los ojos para escudriñarlos cuando estén hablando pestes de Javier Duarte y de Fidel y los despedirá, sin decir nada, porque ellos son los objetivos sobre los que va Yunes Linares, por cada uno que caiga y aparezca con las esposas puestas rodeado de policías rumbo a la cárcel, estará cumpliendo con los veracruzanos que votaron por él para que hiciera eso, confiando en su firme decisión de combatir a los corruptos, encerrarlos en una prisión y quitarles lo que de propiedad del estado se hayan robado; por cada uno de ellos, Yunes Linares estará sumando simpatías y acumulando capital político; después de dos años de cazar delincuentes, quién podrá dudar de su palabra, nadie.

 
Y Javier Duarte sufrirá lo que han padecido sus antecesores, la soledad de la traición, ahí se dará cuenta de que en política los amigos son de mentiras y los enemigos, de verdad… Así es este asunto.
 
No han solventado ¡nada!
 
Sorprende lo distinto del discurso del gobernador Javier Duarte de Ochoa, y de sus colaboradores del área de finanzas, en el sentido de que las observaciones que les ha hecho la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya han sido solventadas, pero además, que el gobierno tiene sus finanzas al corriente, cuando el propio Auditor Juan Manuel Portal dice todo lo contrario.

 
Ayer, por ejemplo, en una amplia nota periodística se atribuyen declaraciones a Juan Manuel Portal, diciendo que el gobierno de Javier Duarte no ha solventado “absolutamente nada” de todas las anomalías que tiene pendientes del ejercicio de 35 mil millones de pesos de fondos federales entre 2010 y 2014.
 
Juan Manuel Portal asegura que el pasado lunes se reunió con Arely Gómez, titular de la PGR, para revisar las denuncias penales que formuló en contra de la administración estatal de Veracruz: “Estamos hablando de 35 mil millones de pesos en cuanto observaciones en proceso de solventación y por denuncias penales, debe andar el monto en alrededor de 12 mil 300 millones”, comentó el Auditor, luego de participar en el taller sobre el Sistema Nacional Anticorrupción que organizó la ASF junto con la Secretaría de la Función Pública (SFP) y el Gobierno de Tabasco.
 
Por si lo anterior fuera poco, el Auditor endureció su postura, cuando se le advirtió que el Gobierno de Veracruz ha insistido en que ha estado esclareciendo las observaciones del ejercicio de fondos federales. Eso lo calentó para soltar un mentís de peso completo: “Es un cuento, no es cierto. (Las autoridades de Veracruz) no han ido solventando absolutamente nada, siguen los mismos montos, siguen las denuncias penales”, dijo con voz firme y molesto.

 
Hay que recordar que en el mes de febrero pasado Duarte ofreció una conferencia de prensa para defenderse de las críticas generadas en su contra por el informe de la ASF, que lo colocaba como el Gobernador con el mayor monto acumulado reclamado en cuatro años. “No se ha empleado un solo peso fuera de las actividades propias de la gestión del Gobierno. Todas las observaciones se están atendiendo en los tiempos que marca la ley, dentro del proceso de solventación”, insistió Duarte desde aquel entonces, cuando además desestimó su posible renuncia al cargo.
 
Hoy, Portal advierte que el dinero que no devuelva o no solvente la administración de Duarte deberá pagarlo la que inicie a partir del 1 de diciembre, que será la del panista Miguel Ángel Yunes Linares: “Lo que nosotros (ASF) observamos es a los fondos manejados por el Gobierno, no por las personas. Las personas se pueden ir o se pueden quedar, pero esto es institucional. El que llega tiene que responder por los reintegros, y una aclaración, si hace falta documentación”.
 
También aclaró que “si alguien actuó con dolo y se llevó dinero, eso sí es personal, eso va en las denuncias penales. Lo que se tiene que hacer, y no es función de la Auditoría Superior, es que quien tenga la facultad para vigilar o darle seguimiento a dónde se fue el dinero, el dinero que se toma de las arcas públicas, a dónde se guarda”.

 
Pronto se sabrá quién de los dos miente, ¿o no?
 
Ochoa insiste en expulsar a Duarte
 
A todos los males que aquejan a la administración duartista, en fase terminal, hay que sumar la postura del presidente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Ochoa Reza, quien garantizó que antes de diciembre la Comisión de Justicia del partido determinará la situación de los gobernadores César Duarte (Chihuahua), Javier Duarte (Veracruz) y Roberto Borge (Quintana Roo):  

 
“Nosotros, adentro del PRI, estamos investigando todos los casos que se han llevado a la Comisión de Justicia para que precisamente aquellos gobernadores o sus funcionarios tengan consecuencias”, dijo en entrevista con Ciro Gómez Leyva, y señaló que será antes de fin de año cuando se tenga una resolución definitiva.
 
Ochoa Reza reconoció que se deben tener mejores prácticas de transparencia en el partido, por lo que se están planteando nuevos mecanismos que garanticen que no haya perfiles de políticos con antecedentes de corrupción. Buscamos “que tengamos un mecanismo al interior del partido donde revisemos que los candidatos que presente el PRI para elección popular no tengan ningún antecedente de corrupción o impunidad”.
 
Reflexión

 
Si así pensaran y actuaran todos los políticos, este sería otro país. Ayer el alcalde de Xalapa Américo Zúñiga Martínez recordó que la administración pública “exige que actuemos como lo que somos, empleados de la gente. La gente es quien nos contrata, quien nos emplea y mi administración tiene como directriz fundamental que al ciudadano se le trata con respeto y atención, por lo que no voy a permitir bajo ninguna circunstancia ni en ningún momento que un funcionario público municipal desatienda a un ciudadano”. Bien.
 
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