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Columnas y artículos de opinión
Resultados olímpicos
Helí Herrera Hernández
22 de agosto de 2016
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
En este rubro, el quid no es el modelo económico sino las políticas públicas para la educación, para la salud y para el deporte. Estados Unidos, Gran Bretaña, China, Francia, Rusia, Australia, Jamaica y Cuba son claro ejemplo de que cuando un país y sus autoridades deciden dotar de recursos económicos y planeación de objetivos a corto y largo plazo, los resultados son medallas olímpicas sin importar que sean de derecha, de centro o de izquierda.
 
Vea los aciertos y los ridículos de cada nación sin importar que sean capitalistas, socialistas o como los poderes fácticos muchas veces los califican de comunistas: en primer lugar Estados Unidos, seguido de China, Gran Bretaña y Rusia, como ejemplo de lo aquí asentado, pero si usted no se detiene allí y examina a profundidad la tabla olímpica, verá en los primeros lugares a otros países disímbolos en cuanto a su visión de desarrollo económico-político-social como Alemania, Japón, Francia, Corea, Jamaica, Kenia, Croacia, Cuba, Nueva Zelanda, Canadá, Kasajistan, Colombia o Irán, donde observamos a la pobreza alimentaria como signo o sello y están por encima de otras economías que presumen ubicarse dentro de las 15 naciones más desarrolladas del planeta como México, que en un anuncio del presidente Enrique Peña Nieto en los medios de comunicación, dentro de los tiempos oficiales, festinan cómo México está ubicado en la número 13, pero sus resultados olímpicos están dentro de aquellos países más rezagados, que de no ser por el esfuerzo personal de nuestros atletas, estaríamos en los últimos.

 
Situación similar es en educación o resultados de salud, pero para no salirnos del tema que nos ocupa baste comparar lo obtenido por nuestro país con respecto a otras naciones que no se ubican dentro de las mejores 15 con alto desarrollo económico, pero que muestran cómo sus gobiernos aplican no sólo dinero para apoyar a los atletas de manera democrática, sino planeando desde las escuelas de párvulos la práctica de los deportes como la mejor medicina preventiva que cure y evite enfermedades que más adelante desangran los pocos dineros de esos gobiernos.
 
Jamaica, Cuba y Colombia en nuestro continente muestran, a pesar de ser cuestionados y criticados por los gobiernos de las economías capitalistas su potencial en materia deportiva con 11, 11 y 8, respectivamente (Jamaica 6 de oro, 3 de plata y 2 de bronce; Cuba con 5 de oro, 2 de plata y 4 de bronce, mientras que Colombia obtuvo 3 de oro, dos de plata y 3 de bronce, y México cero de oro, 3 de plata y dos de bronce).
 
Estos resultados mexicanos, hay que precisarlo, no son culpa de los atletas aztecas. Hay que subrayarlo y escribirlo con negritas dado que todos ellos, tanto los que alcanzaron medallas como los que no, fueron a realizar su máximo esfuerzo no solo físico, sino económico. Allí tenemos el ejemplo del boxeador que obtuvo la primera medalla en Río de Janeiro, el boxeador que se vio forzado a pedir limosnas para trasladarse a Brasil, mientras que Alfredo Castillo, el del caso Paulette, el de la barbarie cometida contra las autodefensas en el estado de Michoacán, el amigo del presidente Peña anduvo de luna de miel con dineros públicos, en hoteles de lujo, degustando las mejores viandas, y con ropa deportiva de marca (quien frente al escándalo del derroche económico que hacía se vio forzado a regresar a la ciudad de México y dejar abandonados a los deportistas), mientras otro atleta mexicano se presentó a competir con su uniforme parchado, independientemente que varios no reciben becas gubernamentales o no tienen, obligándolos a buscar patrocinios privados para prepararse por su cuenta, ante el ayuno de políticas deportivas federales, que al igual que la reforma educativa, son sólo forma pero nunca fondo, como su cerebro mismo.

 
Baste ver esos 7 deportistas que se quedaron entre el cuarto, quinto y sexto sitio como para darnos cuenta que con un poco de mayor atención, apoyo económico y planeación del gobierno federal se pudieron cosechar otras 7 medallas más lo que, a corto plazo, hablaría mejor de México, y su deporte.
 
Ahora, ya veo a los diputados y senadores llamando a Alfredo Castillo a sus aposentos para pedirle explicaciones al fracaso, cuando ellos mismos son responsables de los magros resultados obtenidos, por aprobar cada año recortes presupuestales al gasto social (que incluye el deportivo), y al presidente Enrique Peña Nieto no cesándolo porque es su cuate, sino mandándolo a otro cargo para que vaya a mostrar sus incapacidades e ineficiencias.
 
¡Borrón y cuenta nueva! Como estamos acostumbrados a ver en México con estos gobiernos que se preocupan por pagarles año con año los intereses a los ex banqueros nacionales (Fobaproa), mientras el deporte, la ciencia, la educación, la salud y el desarrollo siguen no estancados, sino hundiéndose irremediablemente con los efectos nocivos que los grupos sociales vulnerables padecen por ello.