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Columnas y artículos de opinión
Alternancia, ¿Qué esperamos en Veracruz?
Luciano Blanco González
2 de septiembre de 2016
alcalorpolitico.com
Uno de los acontecimientos mas convulsivos de la historia de México sin duda alguna es la alternancia, no como la figura simple del yo ahora y tu después, una vez tu y luego yo, como las orquestas que alternan en un festejo.
 
En México, la alternancia se ha dado invariablemente entre dos corrientes: los progresistas representados por los liberales ahora llamados revolucionarios y los retrogradas encabezados por los conservadores ahora llamados reaccionarios, en el marco civil como en el militar, así los hemos visto desfilar en las distintas esferas del poder a veces de manera pacífica otras de manera violenta, con distintos nombres pero siempre los ha identificado el mismo signo ideológico.
 
Así, en 1821 la monarquía Española es substituida por una alianza entre liberales y conservadores encabezados por Agustín de Iturbide respaldado por un ejército mercenario, el clero de siempre, reaccionario y apatrida y los terratenientes ambiciosos ansiosos de privilegios y del disfrute de los fueros de guerra y clericales, así como de títulos nobiliarios que fueron instaurados en la época conocida como monarquía Iturbidista que en un principio abanderó la inconformidad y el hartazgo por los abusos que la corona cometía en contra de los naturales a quienes no les permitía el acceso a los puestos públicos relevantes, ni en la milicia, ni en el clero, convirtiendo a los Mexicanos en ciudadanos de segunda clase en su propia tierra.
 

En 1824, la Monarquía conservadora fue substituida por la República Federal, esta vez conducida por los Liberales que a la postre, y merced a las componendas de siempre, evolucionó hacia la derecha hasta caer en el total dominio de los conservadores que ni tardos ni perezosos se adueñaron del poder instaurando una República Centralista que ahogaba todo intento de superación y mantenía al país subyugado bajo la bota militar y la cruz cristiana, sus jerarcas y cofradías, eran dueños de todo, mediante la continuación del despojo de sus tierras a los indígenas, con las que constituyeron inmensas haciendas que explotaban directamente o arrendaban a sus incondicionales.
 
Cansados de los excesos y atropellos de su alteza serenísima Antonio López de Santa Ana y sus aliados, en 1855 nuevamente se da al alternancia tomando el poder los liberales con Don Ignacio Comonfort y luego con Juárez y Lerdo de Tejada, pasando por el abortado imperio de Maximiliano de Habsburgo.
 
La alternancia como cambio o substitución temporal de los titulares del poder público, conlleva también cambios en el estilo de gobernar y en algunas ocasiones cambio en las formas de gobierno (República, Monarquía) o de formas de Estado (Federalismo, Centralismo Confederación) o de principios ideológicos (Comunista, Socialista, Democrática) en cuyo ejercicio se dan los conceptos de gobierno (Moderado y Absolutista). Se puede producir de manera pacífica o de manera violenta mediante elecciones y acuerdos democráticos, cuyos mecanismos se encuentran previamente establecidos en las leyes y en la costumbre o mediante la irrupción violenta de grupos armados militares o civiles contra el poder establecido a través de revoluciones, asonadas o golpes de Estado.
 

El caso de Porfirio Díaz en su ascenso al poder no fue de alternancia, fue de continuidad en el poder de un grupo político con la identidad común del liberalismo y ya en el poder la República Democrática Federal que recibió se inclinó hacia una República Centralista y casi absolutista.
 
Caso contrario es el del Partido Nacional Antireeleccionista, (también liberal) de Don Francisco I. Madero. Cuyo ascenso aunque democrático tuvo un origen de constante lucha a cuyos líderes que clamaban en contra de la opresión militar y del gobierno que se ejercía por medio de las armas, se les persiguió, encarceló y en algunos casos se les asesino, la tumba, la cárcel y el exilio fueron los pasos hacia una transición inflamada por el descontento popular cuyo final todos conocemos con el asesinato de Madero y el ascenso de Victoriano Huerta.
 
De ahí para adelante, los Presidentes siguientes, los convencionistas marcan un punto de partida para establecer un sólido gobierno de instituciones que desemboca en la Constitución General de la República de 1917, estableciendo la continuidad de gobiernos del mismo grupo militar y político que había tomado el poder y cerrando las puertas a la alternancia al controlarlo todo, desde la Presidencia esta etapa llamada del Presidencialismo ejercía control sobre el congreso, las gubernaturas, Ayuntamiento y cámaras locales, Democracia, justicia, partidos políticos, la generalidad de los medios de comunicación, gran parte del mundo intelectual y artístico y el control de las masas mediante medios corporativos como sectores, sindicatos, organizaciones, ejército, empresas e industria, el vuelo de las moscas y el movimiento de las hojas, mediante un sistema de participación que en la cúpula cooptaba lo mas valioso de la intelectualidad Mexicana que le daban vida y consistencia al partido que por más de 70 años ejerció el poder invariablemente, comenzando a debilitarse en la época de Carlos Salinas de Gortari que cometió el grave error de enajenar la mayoría de los bienes públicos y cometer el error mayor de su vida al heredarle el puesto a un funcionario torpe y desleal como Ernesto Zedillo, que no supo manejar la crisis económica endeudando más al país con el monstruo del Fobaproa que arruinó la economía nacional.
 

Floreciendo con ello un descontento general abonado por la competida elección en la que supuestamente Salinas era ilegítimo por un supuesto y mediático triunfo del Ingeniero Cárdenas, cuya campaña agitó la conciencia nacional, pues si no ganó, estuvo a un puntito, sumado a ello el obscuro y no esclarecido asesinato de Luis Donaldo Colosio, la represión al Ejército Zapatista que surgió en Chiapas exigiendo un cúmulo de justas demandas para los campesinos pobres, la ola de inconformidad y descontento bañó todo el país, las oposiciones se apoderaron de la Ciudad de México con Cuahutemoc Cárdenas en 1997 y de varios Estados, destacando la de Guanajuato con Vicente Fox en 1995.
 
El PRI fue desplazado en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, pues por primera ocasión después de 67 años pasó a ser minoría. Zedillo para culminar salió con su batea de babas en cadena nacional a declarar el triunfo de Vicente Fox sin que este estuviera declarado por la autoridad electoral, quien así lo confirmó en un cómputo obscuro, pero si lo dijo el Presidente, así tenia que ser.
 
Del año 2000 al 2012, se empoderó el PAN en la silla presidencial, de inicio hubo la confianza de que el país mejorara y floreciera la economía, y sí, fueron los mejores años de ingresos, el petróleo a casi 100 dólares por barril y el dólar a un precio aceptable, sin embargo el producto interno bruto y el ingreso de la familia Mexicana descendió escandalosamente, contra lo que se esperaba, no se dieron los cambios, fueron gobiernos de inercia que nada positivo crearon, germinó la corrupción y ante lo insólito el gobierno cedió grandes espacios a la delincuencia organizada que mediante la violencia se apoderó del control de la economía propiciando una inseguridad generalizada, los ranchos fueron saqueados, sus propietarios que se resistieron fueron asesinados, los que pudieron emigraron a otras latitudes o fuera del país, en varias partes los notarios asediados huyeron y bajaron las cortinas ante las continuas amenazas, los pequeños, medianos y grandes empresarios fueron sometidos al pago de una cuota forzosa de seguridad para poder trabajar, de lo contrario sus negocios fueron incendiados o asaltados con saldo de un gran número de muertos.
 

Miles de negocios desaparecieron, prosperó la extorsión, los levantones y el secuestro, desapareció la seguridad en las carreteras y en los hogares, el asalto en carretera y el robo a casas habitación entró en sus mejores tiempos, mientras el líder del Sindicato de trabajadores petroleros, Carlos Romero Deschamps, recorría el mundo dándose una vida de maharajá, haciendo lujosos regalos a sus hijitos, los líderes de las distintas secciones se convirtieron en dóciles lacayos de la delincuencia. A PEMEX, no ingresaba nadie que no fuera recomendado de ellos, se acabó el trabajo para transitorios y eventuales, si alguna plaza se autorizaba era para quienes el jefe de plaza indicaba, los vehículos y recursos de esa empresa eran utilizados para delinquir, la gasolina ya no fue necesaria extraerla subrepticiamente de los ductos sino que se substraía directamente de las gerencias con la complicidad de los responsables.
 
La empresa estaba ya directamente en manos de la organización, cuando se avizoraba un problema ellos mismos mandaban a los pobladores de las comunidades a tapar los accesos a los pozos, mientras negociaban jugosas compensaciones. Por órdenes de los líderes de taxistas estos se convirtieron en halcones y distribuidores de droga, estando sujetos además al pago de una cuota de “cooperación” forzosa para poder trabajar. Los mandos de la policía fueron penetrados hasta el tuétano so pena de crímenes horrendos a ellos o a sus familiares, las autoridades municipales y del Estado fueron obligados a hacerse los desentendidos de todo este panorama y los periodistas obligados a vivir en un clima de terror y serios acosos con las consecuencias que son de público conocimiento. Los funcionarios y candidatos todos llamados para leerles la cartilla subrayada con una esquela anticipada si no se sometían.
 
En la alternancia este es el México que recibió nuestro Presidente Enrique Peña Nieto, quien a decir verdad no ha logrado remediar en lo mas mínimo la situación y esto es lo que hace que el pueblo se encuentre desencantado, sin esperanzas en un mejor futuro a corto plazo que nos permita retomar el desarrollo en un clima de seguridad, todos nos sentimos desalentados, no tiene caso trabajar e invertir si al rato vamos a ser despojados. Esto y muchas cosas más tendremos que reprocharle al señor Presidente a pesar de que con su informe trate de entusiasmarnos, no lo logrará mientras en este y otros renglones no aplique la ley, y siga siendo tibio, temeroso y cauto para enfrentar los problemas que nos aquejan y que cada día le atraen más descrédito.
 

Queremos un Presidente valeroso y fiel a su pueblo por sobre cualquier adversidad, que cuando tome una decisión de la catadura que sea, lo haga pensando en su pueblo, que haga a un lado sus compromisos personales y afectivos para no favorecer con impunidad a quienes se han convertido en dañinas escorias que corroen el tejido social con sus insaciables deseos de riquezas a costa de los contribuyentes.
 
En Veracruz qué esperamos de esta próxima alternancia que está por darse. Javier Duarte en la continuidad de gobierno, recibió un Estado con una enorme deuda pública, con un clima de inseguridad galopante y una supuesta corrupción que de haber existido no nos enteramos, pues el Congreso Local y los órganos de fiscalización se encargaron de lavar todo, puesto que de haber existido algún funcionario hubiera sido llevado a los tribunales y encarcelado.
 
El Gobernador Javier Duarte entregará al señor licenciado Miguel Ángel Yunes, un Estado con los mismos problemas, quebranto financiero, una enorme deuda pública y privada, un clima inaguantable de inseguridad y una sensible corrupción, cuando menos mediática. Pero no pasará nada, Vicente Fox no metió a nadie a la cárcel por supuestos actos de corrupción en el régimen Zedillista, Enrique Peña Nieto no metió a nadie a la cárcel por actos de corrupción de los Calderonistas, Jaime Rodríguez “El Bronco” Gobernador de Nuevo León, no ha metido a Rodrigo Medina a la cárcel. Claudia Pavlovich Gobernadora de Sonora sigue vociferando contra su antecesor Guillermo Padrés, sus 200 denuncias contra el ex Gobernador y sus funcionarios.
 

Si esperamos transparencia en la administración pública y utilización limpia de los recursos públicos, esperamos funcionarios honestos, con auténtica vocación de servicio y amor a Veracruz. Esperamos que se respete la manifestación de las ideas, esperamos que los derechos humanos se traten con una visión universal ajena a las religiones, al sexo y a todas las limitaciones que nos impone una sociedad conservadora. Mandos policíacos calificados en las fuerzas armadas cuyo honor y lealtad a la Ley y la sociedad no sean motivo de duda, respeto a las costumbres y a los usos populares. Queremos que se propicie todo lo que sea posible para vivir en un nuevo de Veracruz alegre y orgulloso. Lo apoyaremos en todas las medidas que tome contra la impunidad y otros temas más, que debe de incorporar a su Plan de Gobierno, posibles y realizables.
 
En Veracruz los arreos marciales del Gobernador electo, no parecen tener freno y estar dispuesto a esculcar al Doctor Duarte, hasta la última costura de la bolsa para fincarle responsabilidades. Que sea lo que dios mande, pero a él mismo, le pedimos que ilumine al nuevo gobernante para que nos de tranquilidad para vivir sin zozobras y prosperidad para todo el Estado, en un clima de trabajo en el que todos estamos dispuestos a colaborar con la fuerza y consistencia que nos dan nuestras respectivas trincheras ideológicas y banderas partidistas. Por el bien de la causa.
 
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