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Columnas y artículos de opinión
Del dicho al hecho, hay mucho trecho
Helí Herrera Hernández
12 de septiembre de 2016
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA
 
No es lo mismo ser candidato que ser gobierno. Lo he escrito infinidad de veces desde 1987que empecé a realizar artículos. Una cosa es prometer y otra muy distinta hacer. Pero eso, a muchos políticos de casi todos los partidos políticos y hasta los tan de moda independientes poco les importa; lo trascendental es ganar, a como de lugar una elección y luego, ya veremos.
 
Precisamente en un comentario radiofónico precisé, cuando las campañas a gobernador estaban en su apogeo, que había dos cosas que no iban a poder concretar Héctor Yunes Landa, Cuitláhuac García o Miguel Ángel Yunes Linares y era sanear las finanzas publicas estatales y meter a la cárcel a los niños fieles, a Fidel Herrera y al mismísimo Javier Duarte en los dos años de su gobierno. Es más, en un artículo publicado en este mismo medio asenté que mentían los tres a sabiendas, y que los compromisos que asumían de pagar las becas pronabes, los miles de millones de pesos que le adeudan al Instituto de Pensiones del Estado, los adeudos a los maestros, a los pensionados, a los prestadores de servicios, a las constructoras, entre otros entes afectados por los gobiernos priístas de la docena trágica, jamás podrían hacerlo porque muchos sabíamos de qué tamaño es la quiebra de las finanzas públicas estatales.

 
Aludí un spot de Miguel Ángel Yunes Linares en donde afirmaba que en los primeros meses de su gobierno iba a surtir de medicamentos a las clínicas y hospitales y liquidaría la cuenta que tiene el gobierno de Veracruz con La Universidad Veracruzana, comentando que junto con otras propuestas que realizaba, sólo eran demagogia para ganar votos, como lo era igual el enjuiciamiento y cárcel para Javier, que eso sí era un anuncio político extraordinario porque le decía a los veracruzanos lo que ellos querían escuchar de los candidatos: prisión para el que no quiso hacerlo con Fidel Herrera Beltrán, que dicho sea de paso, es el causante de esta quiebra financiera, de seguridad y de desarrollo en que se halla Veracruz, pero que de ganar, reitero, aplicaría el gatopardismo de prometer el cambio para que todo siga igual.
 
Hoy veo, escucho y leo a otro Miguel Ángel diametralmente opuesto al que buscaba el voto, distinto, cambiado, como si no fuera el mismo. "Nos encontramos en situación de emergencia de seguridad y de finanzas públicas. Enviaré una solicitud al presidente (Peña Nieto) para que intervenga de manera inmediata en Veracruz". Imagino a otro Miguel Ángel, el candidato hablándole así a los veracruzanos en los multitudinarios mítines, en las entrevistas de radio, televisión y prensa escrita: "yo no podré resolver los problemas financieros y de seguridad que nos dejan estos priístas truhanes, si no es con la ayuda de otro priísta (corrupto) Peña Nieto".
 
¿Habría ganado? Lo dudo, afirmaría sin temor a equivocarme que no, pero claro, insisto, una cosa es ser candidato donde se puede embaucar al pueblo, y otra muy distinta funcionario público desde donde se debe resolver la problemática y honrar la palabra empeñada. Él sabía y sabe cómo estaban esas finanzas (quebradas), y sabía también lo que ello generaba para poder gobernar. El asunto resulta pues más grave porque conociendo todo esto le ocultó a los votantes su imposibilidad de resolverlos él, como lo venía informando, sin la ayuda de nadie y menos de aquel que está igual o peor que Duarte o Fidel: Peña Nieto.

 
Yo entiendo perfectamente el llamado de auxilio del gobernador electo ante el desastre estatal, lo que no acepto que hoy me diga que las soluciones que requiere Veracruz dependen del presidente Enrique Peña Nieto porque entonces estamos peor no sólo en finanzas públicas o seguridad social, sino en empleos, salud, educación y hasta deportes. Que si éste político en desgracia no nos lanza un salvavidas Veracruz se hunde y los veracruzanos terminaremos ahogándonos por culpa de políticos mentirosos y gobernadores, exgobernadores y ejecutivo federal corruptos.
 
Esa es la litis y no otra. Es la preocupación social de enterarnos que el salvador ya se nos rajó y nos dice que no puede conducir el barco por aguas tranquilas porque no dimensionó la tormenta que se avecinaba por mas que mil meteorólogos lo advertían del huracán en que se estaba metiendo.  
 
¿Y ahora, quién podrá defendernos, quién podrá ayudarnos? porque con esas declaraciones todos los veracruzanos estamos en estados de indefensión, y lo que es peor, sin ningún asomo de encontrar otro, porque por el que votaron la mayoría de los veracruzanos se extravió después de ser proclamado triunfador por las autoridades electorales.

 
Considerar que el ejecutivo federal, el que se encuentra acorralado y arrinconado en Los Pinos, convertido en el hazmerreír de los comediantes no sólo de México sino del mundo, del que se burlan internacionalmente todos no sólo por su estupidez, sino por insistir en hacer actos estúpidos una y otra vez, vaya a convertirse en aquel hombre sabio que conduzca a los veracruzanos a estadios de bienestar y seguridad, es imposible.
 
Nuestro destino está en manos de Enrique Peña Nieto por delegar el gobernador electo sus obligaciones en él. Preparémonos pues para que nuestras almas encuentren la paz en los sepulcros, porque acá en la tierra con estos dos hombres, nomás no.