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Columnas y artículos de opinión
La Elección en Los Estados Unidos la definen el voto hispano y los indecisos
Helí Herrera Hernández
17 de octubre de 2016
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
Faltan exactamente catorce días para las elecciones en Estados Unidos y nunca como antes para México, el resultado de éstas puede marcar su futuro.
 
Después del segundo debate el promedio de las encuestas sitúa a Hillary Clinton cuatro puntos arriba de Donald Trump: 45 por ciento para la candidata demócrata y 41 para el republicano.

 
¿Quiénes pueden definir la victoria o la derrota de cualquiera de los dos? Indudablemente que el electorado hispano en principio, y de los indecisos que hasta hoy no se han definido o pronunciado por cualquiera y que están a la espera del último debate para fijar su preferencia.
 
Veamos: en Estados Unidos hay 27 millones de hispanos que pueden votar, el quid es cuántos de esos decidan acudir a las urnas a sabiendas que entre más lo hagan, los pronósticos son que serían para apoyar a Clinton, dada la personalidad disruptiva, por su origen, de Donald Trump, con un discurso agresivo, impredecible, discriminatorio, antiinmigrante y misógino, primordialmente contra los mexicanos de allá y de acá (35.3 millones connacionales viven en territorio estadounidense. >23 millones han nacido allá y 12 millones son inmigrantes<).
 
No salir a votar este vasto sector en contra de él y a favor de Hillary traería a México efectos negativos en tres ámbitos principalmente: seguridad, comercio y migración, ya que el candidato republicano habla de revisar el Tratado de Libre Comercio de America del Norte para evitar la salida de capital económico de los grandes monopolios y trusts a territorio azteca, bajo el argumento que genera desempleo en los Estados Unidos al trasladar sus empresas acá. Amenaza con deportar durante su mandato a 6.8 millones de compatriotas que no tienen documentos, independientemente del famoso muro para evitar que sigan yéndose mexicanos para tierras norteamericanas, so pretexto que también por allí ingresan terroristas islámicos.

 
Este planteamiento de Trump habrá que reconocerlo, recoge los resentimientos de decenas de millones de trabajadores norteamericanos para quienes los indocumentados los han perjudicado al quitarles oportunidades de empleo, y más cuando los empleadores los prefieren a éstos porque les pagan menos la jornada laboral que a los estadounidenses.
 
Allí la importancia de los indecisos porque según el periódico The New York Times, el segmento que aún no ha tomado simpatías es porque este posicionamiento de Donald están con él, pero difieren totalmente cuando éste habla de levantar muros porque lo concatenan con la época medieval (modelos económicos feudalistas), que cerraban sus fronteras para proteger su comercio, cuando que en el mundo los están tirando para hacerlo mas fluido y poder comprar las mercancías más baratas (globalización).
 
Michael Barrera, presidente de la Hispanic Chamber of Comerce estadounidense afirma que el mercado de consumo hispano en aquella nación es igual o mayor al Producto Interno Bruto de México y Canadá, convirtiéndose en la segunda economía mas grande de Norteamérica dado que asciende a 1.3 billones de dólares (el PIB en México en 2015 fue de 1.1 billones de dólares.  

 
¿Se imaginan el colapso de la economía norteamericana si sacan a estos millones de consumidores hispanos, principalmente mexicanos porque son dos tercios de éstos?
 
El peso del voto latino en Estados Unidos ya es histórico y ha venido creciendo elección tras elección. Desde aquel medio punto porcentual que sirvió para que John F Kennedy venciera al republicano Richard Nixon, hasta la ultima elección y reelección de Barack Obama quien en 2012 obtuvo el 71 por ciento de los sufragios latinos, frente al 27 por ciento del republicano Mitt Romney.  
 
Hillary Clinton cuenta, según encuestas, con el respaldo del 66% del electorado hispano registrado para votar frente al 24 por ciento que apoya a Trump.

 
No obstante muchos de los hispanos no ejercen su derecho al sufragio. En las elecciones de 2012 solo voto 48% del electorado latino, de allí la afirmación que serán éstos, más los indecisos no sólo los que hagan triunfar a la candidata demócrata Hillary Clinton o al republicano Donald Trump, sino que escriban el futuro de México dado que los pronósticos de los expertos, incluyendo el Fondo Monetario Internacional dan cuenta que un triunfo republicano llevaría a pique al peso mexicano ubicándolo en 24 por dólar, lo que dispararía la inflación, reduciría el consumo, frenaría las importaciones (de las que dependemos, lamentablemente), y multiplicaría el desempleo.  
 
En pocas palabras: La ruina.
 
De allí la explicación del por qué artistas, políticos y nuestras propias familias que tenemos parientes allá, nos hemos convertido en promotores del voto proHillary, entre otros Vicente Fernández y Marcelo Ebrard.

 
Para bien o para mal faltan 14 días para conocer el desenlace de lo que podría ser para México una verdadera tragedia. Yo, por lo pronto, sólo le comento los escenarios posibles tanto en el triunfo de uno como de la otra porque nuestro país, irremediablemente, fincará su futuro en lo que allá se conoce como el supermartes, 1 de noviembre.