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Columnas y artículos de opinión
Cabos Sueltos
Silvia Sigüenza
10 de enero de 2017
alcalorpolitico.com
Los sucesos habidos en algunos lugares del país y en el Estado de Veracruz dan para múltiples y diversas lecturas. La mayoría que hemos visto de lo que hemos visto y escuchado va con fuerte cargada hacia motivos políticos que algunos ubican en la capital del país y muchos más en el Estado. Posiblemente haya un poco de cada interpretación o posición. En un sistema ¿político? como el nuestro, que ya nadie entiende para dónde ni con quién va. Sin embargo no debemos perder de vista el horizonte, no hay que circunscribirnos al territorio nacional y vecinos colindantes.
 
El mundo globalizado extiende sus tentáculos tal y como la corta frase indica; a todos los países que tengan algo o mucho que dar por la vía que sea. Y cuando tenemos además de los veneros que nos otorgó el Diablo, un gobierno pusilánime alejado totalmente de los ciudadanos y de los problemas serios que enfrentamos los mexicanos; grave es lo que nos espera.
 
Y la tradicional y siempre funcional técnica de dejarnos hablar y hablar y despotricar contra el gobierno en todos sus niveles y dependencias, funciona. Una vez hecha la catarsis llega la resignación ancestral del pueblo. Yo les invito a que vuelvan sus ojos, memoria y demás alertas hacia por ejemplo: Alemania, Reino Unido y otras grandes economías que históricamente han sido devoradoras de países latinos.
 

Y en el caso mexicano no sólo se trata de la aguerrida y vociferante amenaza de Donald Trump de construir una muralla; en caso de alguna dificultad imprevista para llevar a cabo el proyecto, al parecer indeclinable pues les recuerdo la existencia del tratado Mc Line Ocampo, firmado por el presidente B. Juárez y cuya vigencia es de por vida.
 
Por otra parte los señores que en la trastienda dirigen al país, un Carlos Salinas de Gortari, un Diego Fernández de C. (el jefe Diego) y otro bien escondido públicamente, nos sorrajan la pelota ardiente del aumento soez a la gasolina. Todos ellos se arreglan con los países que poseen poder económico, territorial y unas ansias ancestrales por devorarse lo más que puedan de América Latina. En fin, la Historia sí es cíclica, sí cumple su cometido.
 
El momento que por hoy vivimos los mexicanos es realmente serio. Para pensar y considerar con la cabeza fría y el corazón caliente, lo que nos corresponda hacer.
 

Y volviendo a la aldea o caldero como usted quiera llamarle, me parece que abonamos a la hoguera; vociferamos hasta que la garganta nos reclama; en las fatales redes sociales, entablamos incluso pleitos con los amigos por defender (en y con todo derecho) nuestras posiciones respecto a los gobernantes y sus actuaciones, sólo que nos encerramos en el círculo cercano, el que nos rodea y pone casi la soga al cuello; pero no es con gritos ni con insultos ni con actos vandálicos (reales o creados) como estas graves situaciones se arreglan. Menos aun cuando quienes tenemos la gran suerte y oportunidad de llegar por algún medio a los ciudadanos; soliviantamos en muchos casos, los encendidos ánimos con reclamos a los gobernantes de todos los niveles, llegamos al vituperio, un tanto justificado ante la impotencia pero no solucionador de nada; sólo aumentamos la tensión social que es grave.
 
No se trata de ser los sordos, ciegos y mudos. Sólo que hay algo funcional que se llama organización y, que debe ser ciudadana, sin adalides que enarbolen la antorcha en defensa de lo que a ellos conviene. Debemos coordinarnos en esfuerzos, claridad ante la situación y no hacer grandes fiestas ni nombramientos. se trata de organización ciudadana. En fin, esperemos.