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Columnas y artículos de opinión
Lectura Política
Se cierra un ciclo
Ezequiel Castañeda Nevárez
16 de noviembre de 2010
alcalorpolitico.com
La vida alcanza para bien morir, dijo recientemente el poeta, escritor y periodista cubano Eliseo Alberto de Diego “Lichi”, a propósito de la aparición de su último libro, que así se llama: La Vida Alcanza. “Si, la vida alcanza -reflexionaba el viejo escribano, como se autodefine- para dejar una huella, una prueba de que uno pasó por aquí sin hacer daño, al menos a conciencia”.

El mismo autor afirma que “no existen vidas totalmente inútiles. Siempre hay algo que las justifica. En verdad, solamente puede asegurarse con pruebas en mano que hay vidas cortas, medias y largas. Todo lo demás es especulación”.

Es de bien nacidos, ser agradecidos, dice el adagio popular, por eso es más conocido el uso del calificativo “bien nacido” que la expresión “bien morir” a la que se refiere Lichi. Se dice que alguien es bien nacido, cuando su comportamiento es noble y generoso, producto de una buena formación moral indudablemente, a diferencia del mal nacido, cuyo comportamiento malvado o miserable busca el daño para los demás o, por lo menos, deja que el daño se produzca. Por eso llama la atención la frase “bien morir” que emplea el escritor, misma que puede aplicarse a cualquier etapa de la vida del ser humano cuando se cierra un ciclo, como ocurre con frecuencia en la política o en el servicio público.


Estamos a solo unos días de que finalice una etapa en Veracruz al terminar el gobierno estatal y los municipales, lo que significa el final de un ciclo y el inicio de otro. Uno, encaminado al juicio de la historia y el otro hacia la trascendencia, hacia el dejar huella o el “bien morir”; lo mismo en el caso de Fidel Herrera y de todos los presidentes municipales salientes que en el de Javier Duarte y de los alcaldes entrantes.

Conocí hace muchos años a un político profesional, eficaz servidor público y mejor amigo que, el día en que se despidió de nosotros, porque lo cambiaban de sus oficinas centrales a otra entidad, explicaba que su remoción obedecía a que había concluido su ciclo al frente de cierta dependencia del gobierno federal. ¿Cuándo sabe uno que ha concluido su ciclo? Le pregunté con especial curiosidad. Mira mi amigo –me contestó bromista el que se iba- cuando uno llega a un cargo, cuenta con tres grandes costales, que contienen: uno soluciones, otro justificaciones y el que sigue mentiras. Cuando el contenido de los tres se te agota, tu ciclo ha terminado.

Pero la vida siempre alcanza para bien morir, como decía Eliseo Alberto de Diego, para dejar huella, para que cuando la historia nos juzgue, se diga que pasamos por aquí sin hacer daño y sin dejar pasivos, deudas o dudas; por eso es muy importante para el político prepararse para bien nacer, pero mucho más importante lo es para bien morir, mientras le alcance la vida, para que no lo alcance después el destino. Aun así, aunque alcanza la vida, no hay que desperdiciar ningún minuto de ella, porque la principal característica del tiempo es que este transcurre y marca la huella con lo que hacemos a dejamos de hacer, marcando la trascendencia y nuestro bien morir. Esa es la cuestión.