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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
También tenemos nuestro “Ecce Homo”
Arturo Reyes Isidoro
29 de agosto de 2012
alcalorpolitico.com
Los ecos del escándalo, sobre todo de burla, que desató en todo el mundo aún persisten. La historia es sencilla: en Borja, Zaragoza, España, al ver que se estaba deteriorando una pintura de finales del siglo XIX que representa a un Cristo coronado de espinas, una buena mujer, octogenaria de 82 años, Cecilia Giménez, decidió restaurarla por cuenta propia para lo cual utilizó –es de suponerse– una brocha gorda. El resultado ha sido un desfiguro de la imagen que ahora parece más de un mono que la de un rostro humano, de una divinidad.
 
Según una hermana de la autora, ella inició el trabajo de “restauración” pero tuvo que salir de su pueblo y por eso no lo concluyó, pero cuando regreso el escándalo mundial, sobre todo en el mundo de la cultura, ya estaba en su apogeo, pues algún curioso se dio cuenta del terrible daño y lo echó a volar en las redes sociales. Hoy son miles y miles los visitantes que han desfilado por el Santuario de la Misericordia, que así se llama el templo, sobre todo para reírse y regocijarse del trabajo de la “pintora” quien, pobre, hasta sufrió un ataque de angustia al saberse el hazmerreir de todo el mundo.
 
Pero esta referencia la hago porque ahora he leído con sorpresa en el portal alcalorpolitico.com que en la Sierra de Zongolica, concretamente en Tehuipango, también tenemos nuestra versión de un “Ecce Homo” pues el párroco del lugar, cuyo nombre no se da a conocer, también se sintió un experto en restauración, él de arqueología, por lo que queriendo rehacer una pirámide en un lugar llamado Amoltepec dañó sitios arqueológicos al grado de estar ahora en la mira del Instituto Nacional de Antropología e Historia que estudia si presenta denuncia legal en su contra.
 
Según el arqueólogo Fernando Miranda, del INAH, el sacerdote-antropólogo (es un decir) causó afectaciones que se presumen “no sólo lo que reconstruyó en Amoltepec, sino que causaron alguna destrucción en alguna estructura arqueológica, no sé si de Tepantipa o algún otro lugar que tenía pinturas”, y dijo que el problema ahí es grave ya que los 19 bloques de piedra con restos de pintura color rojo fueron muy dañados y “la investigación la tiene que hacer personal del Instituto en Veracruz. Un grupo de arqueólogos visitará este punto, será en próximas fechas”, aunque aquí, a diferencia de Borja, España, el caso presenta riesgo de conflicto social por el actuar del párroco. El consuelo que le debe quedar a éste es que, por lo menos, a diferencia de Cecilia Giménez, él hasta ahora no es el hazmerreir de nadie. Y ojalá y no lo sea pues no se puede pensar que obró de mala fe.
 
Por el gancho publicitario que representarían, no estaría mal que se pensara traer como invitados especiales para el próximo Hay Festival Xalapa 2012 tanto a Cecilia como al párroco, o a poco no.
 
Habrá ruido político a partir del sábado
 
Viene el último informe del presidente Calderón, la declaratoria oficial del nuevo Presidente de México y el inicio de la cuenta regresiva del régimen panista, que quién sabe cuántos lustros habrán de pasar para que tenga la oportunidad real de volver al poder.
 
Por las versiones que se tienen, todo indica que a partir del próximo sábado, cuando se instale el nuevo Congreso Federal empezará a envolver al país una vorágine de noticias, que aunque todavía no sea declarado constitucionalmente Presidente, contendrá ya el sello de Enrique Peña Nieto.
 
Por lo menos de entrada, acaso sea solo para legitimar plenamente su llegada al poder, en el círculo del mexiquense se maneja que las primeras iniciativas de ley que se enviarán al Congreso son para dar respuesta a muchos reclamos y protestas ciudadanas, en especial al del hastío de los mexicanos por la corrupción imperante.
 
En ese sentido, se maneja en el altiplano, va también la iniciativa de transparencia de las administraciones públicas, pero ahora no solo de las dependencias federales, sino también las estatales y municipales, por lo que habrá de estar pendientes de los contenidos de las iniciativas ya anunciadas pero poco o nada conocidas en su fondo.
 
Cuando comento que quién sabe cuántos lustros tomará al PAN regresar a Los Pinos, lo digo siempre de acuerdo a lo que sale del equipo peñista, de que el virtual nuevo Presidente viene con el deseo de hacer verdaderos cambios en el quehacer gubernamental del país y que para ello si es necesario actuará contra políticos y autoridades de su mismo partido.
 
Si Peña Nieto toma decisiones valientes que alienten a los mexicanos, entonces no solo se va a legitimar plenamente, sino que puede recuperar la confianza y la credibilidad ciudadanas que en un momento se depositaron en los panistas y que éstos echaron por la borda.
 
Siempre según lo que se filtra en el De Efe, lo que sí es que el nuevo Presidente asumirá el control político pleno no solo de la vida diaria de México, sino de su partido y todo lo que tenga que ver con su partido, incluyendo asuntos estatales y municipales, en su afán de sacar adelante su proyecto que dará a conocer cuando le impongan la Banda Presidencial.
 
Se intuye la llegada de un presidente fuerte, políticamente hablando, como los hubo en el pasado priista, pero consciente de que la sociedad, este México es otro y, según, está dispuesto a utilizar su poder para saldar pendientes, acabar con lastres, iniciar una nueva etapa en la historia del país e ir en comunión con los intereses populares.
 
Hay quienes hablan de verdaderos golpes de timón, de medidas que se verán hasta espectaculares, de anuncios que cimbrarán al país y a muchos estados, en los que se arrasará parejo. Veremos, dijo el ciego.
 
La verdad es que los mexicanos estamos tan escamados por tantas promesas que se nos hacen cada seis años en el renuevo del gobierno federal, que resulta difícil creer y menos estar convencidos de lo que se nos anuncia, pero la esperanza de que por fin las cosas cambiarán no puede ni debe morir, porque la lucha por el reclamo a lo que tenemos derecho debe ser diaria.
 
El país, los mexicanos están, estamos dolidos. Con la llegada del panismo al poder pensábamos que las cosas cambiarían. Hoy, a doce años de distancia, la desilusión es general. A los graves problemas de inseguridad, que nos tienen en la zozobra, las amas de casa viven otro igual o peor: el del alza de los precios de los productos básicos. Ahí es donde el ciudadano más puede medir el fracaso de los gobiernos panistas.
 
Pero hay otro sector de la población, fuerte, considerable, cuantioso, que también está muy dolido y decepcionado: el de tendencia de izquierda, que está convencido de que se cometió fraude electoral contra su candidato presidencial. Su enojo, su coraje, está vivo, latente, y su reacción en el estado, si el que llega al poder no actúa en forma decidida dando claras señales de que va en serio en sus pretensiones, como la de acabar con la corrupción, ya la veremos en las urnas el próximo año.
 
Insisto, allegados al círculo peñanietista adelantan buenas nuevas; que habrá ruido favorable para la población, que se acabarán cotos de poder que atienden intereses personales o de grupo, que se impondrá orden institucional en todo el país, bajo una sola directriz y que se acabarán los privilegios. Yo hasta no ver, no habré de creer, pero les doy el beneficio de la duda. Esperemos programas.