1 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
Me gustó la reacción de la periodista Adela Micha ante los dos huevacitos de que fue objeto el sábado pasado: “Están muy caros para andarlos tirando”, dijo y luego en su cuenta de tuiter escribió: “Gracias a todos en Veracruz ¡Estuvo de huevos!!!”.
Adela vino a Xalapa para recibir un doctorado Honoris Causa que le entregó la Universidad Popular Autónoma de Veracruz y cuando interactuaba con los asistentes, de pronto dos jóvenes identificados como estudiantes de Ingeniería de la Universidad Veracruzana y miembros del movimiento #YoSoy132 le lanzaron dos blanquillos, uno cada uno de ellos.
Sin dejar de restar importancia al incidente, me parece que tanto por parte de la prensa como de la postura oficial se sobredimensionó lo sucedido. Por lo que se vio, la propia señora Micha lo tomó con toda naturalidad y hasta con buen humor. Como debe y debería de ser. Y no están mal ni por demás las expresiones de solidaridad del presidente Felipe Calderón, del presidente electo Enrique Peña Nieto ni del propio Luis Videgaray Caso, aunque no deja de ser cierto que en cambio ninguno de los tres ha reaccionado de igual manera ante los crímenes ni ante las desapariciones de muchos periodistas, de nuestros compañeros de provincia que no tienen una caja de resonancia del tamaño de Televisa. Sus sufridos familiares nunca han recibido un mensaje de aliento, de esperanza, de solidaridad.
¿Por qué corrieron, para huir, los jóvenes? En efecto, es de reconocerse que no se cubrieron el rostro, es decir, que no ocultaron su identidad, y no es que se aliente este tipo de actitudes ni que se les aplauda, ni que se esté de acuerdo con la intolerancia que subyace en el fondo, pero es indudable que no llevaban la intención de dañar físicamente a la galardonada sino de llamar la atención, de expresar una protesta.
Creo que más que querer agredir a la periodista Adela Micha, que atentar contra la libertad de expresión, los estudiantes Jorge Solano Sangabriel y Daniel Fernández Calderón fueron a manifestarse contra lo que ella representa: a la empresa Televisa, a la que su movimiento acusa de actuar y manipular para favorecer la candidatura del hoy presidente electo Enrique Peña Nieto, además de que demandan precisamente apertura en los medios.
Si estos jóvenes hubieran llevado otra intención, entonces hubieran materializado su ataque con algún tipo de arma. Pero uno demostró que se moriría de hambre como pítcher, pues su lanzamiento, su mal lanzamiento dio oportunidad a que la agredida lo esquivara, y el otro pareciera que solo le quiso hacer una caricia con un huevo pues el pequeño y frágil ovoide la alcanzó en un hombro pero con tanta suavidad que solo se reventó cuando cayó al suelo (yo los trato con tanta suavidad cuando los voy a freír, y de todos modos se me revientan), así que ya se puede uno imaginar la fuerza que llevaba.
Quién sabe si a estas alturas la señora Micha no les estará agradecida, pues un acto que aparentaba que no trascendería ocupó los titulares de los medios y hoy todos sabemos que ya es doctora Honoris Causa. Hasta repercusión nacional hubo. ¡Ooorale! O sea, creo que al final hasta le hicieron un favor, que le dieron notoriedad al acto y a una representante de Televisa.
Pero creo que quienes sí dimensionaron en su justa medida lo sucedido fueron las autoridades policiacas, pues aunque tuvieron que movilizarse y correr para detener a los jóvenes, horas después previo pago de una multa casi simbólica los dejaron ir.
Una acción similar tuvo lugar el pasado 4 de septiembre en Puebla contra Roy Campos, director de Consulta Mitofsky, cuando participaba en la conferencia magistral “¿Es necesaria la legislación sobre encuestas?”, qué curioso, también precisamente en el recinto legislativo poblano. Entonces, al grito de la consigna “¡Mitofsky, encuesta, la patria cuánto cuesta!”, a Roy le cayó una lluvia de blanquillos. El motivo fue el mismo de aquí aunque allá a los jóvenes personal de seguridad del recinto se concretó a sacarlos y ya.
Así las cosas, como show, lo ocurrido no estuvo mal. Adela ya tendrá para platicarle a sus nietos que acaso su vida peligró durante una visita a Xalapa a causa de su ejercicio como periodista, pero que tuvo agallas, que los enfrentó con valentía, etcétera, etcétera.
Lo que en cambio, a mi juicio, no se dimensionó, pero que fue lo que reamente valió la pena, fue lo que la colega dijo al responder las preguntas que previamente en papeletas entregaron los asistentes. Aseguró que la credibilidad es la condición indispensable para quien se dedica al periodismo; "la credibilidad tarda toda la vida en construirse, porque es de todos los días y es el objetivo más importante de quienes trabajamos con la información" y añadió algo que nunca se debe perder de vista desde cualquier posición en que uno esté: que "la verdad es prismática, tiene muchas caras y hay que verle todas las caras". Todas, sin duda alguna.
Pero mencionó otra cosa que está en la prioridad de la agenda nacional: que los mexicanos solicitamos garantías de seguridad, por lo que ésa debe ser la primera tarea de quienes habrán de dirigir el destino de todos los mexicanos a partir del próximo 1 de diciembre "y nuestro deber es exigir que así sea”.
Mencionó que ella personalmente lo ha hablado con el Presidente electo, Enrique Peña Nieto, ya que se dijo convencida de que esa es la tarea más urgente que tendrá cuando llegue al gobierno, "pero además creo que mucha paciencia no vamos a tener los mexicanos para ver los resultados y creo que es lo que tenemos que exigir". De acuerdo.
La cortesía política