Ayer continuó el linchamiento mediático en contra del secretario de Salud del gobierno del estado de Veracruz, Pablo Anaya Rivera.

En su edición de este jueves 4, el diario capitalino “Reforma” dio espacio a representantes de organizaciones civiles que condenaron las declaraciones del doctor Anaya, quien afirmó que el cáncer cervicouterino y el de próstata son resultado de la promiscuidad.

El periódico, inexplicablemente, sólo entrevistó a María Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir; a Raffaela Schiavon, directora en México de la organización internacional Ipas, y a Regina Tamés, directora general del Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE), pero no le concedió el obligado derecho de réplica al secretario de Salud de la entidad veracruzana.


Se ignora si la publicación buscó al funcionario duartista. En cambio, entrevistaron al secretario de Salud federal, Salomón Chertorivski, quien afirmó que no conocía la declaración de Pablo Anaya, pero expuso que es una cosa que no debió decirse.

“Es una cosa que no debería de haber dicho, si alguien lo dijo, pero no sé si alguien dijo eso”, respondió el funcionario calderonista, según la nota firmada por los reporteros Adriana Alatorre e Itxaro Arteta.

Sin embargo, el más sorprendido con las declaraciones de Chertorivski debió haber sido el propio doctor Anaya, pues de su parte nos hicieron llegar una copia fotostática de la Guía de Práctica Clínica del gobierno federal, precisamente sobre Prevención y Detección Oportuna del Cáncer Cérvico Uterino en el Primer Nivel de Atención, en el cual se incluyen Evidencias y Recomendaciones del Catálogo Maestro de Guías de Práctica Clínica: SS-146-08, avalado por el Consejo de Salubridad General, del cual forman parte algunas instituciones sociales como la Academia Nacional de Medicina y otras del sector público como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), ISSSTE, IMSS y hasta PEMEX.


Y, en efecto, en este cuadernillo, en cuya carátula figuran también los nombres de las Secretarías de Salud, de la Defensa Nacional (Sedena) y de Marina (Semar), se establece literalmente que “los factores de riesgo relacionados con Cáncer Cérvico Uterino son: Inicio de vida sexual antes de los 18 años; múltiples parejas sexuales; infección cervicovaginal por VPH; (…) infecciones de transmisión sexual…”

En la página 12, acerca de las evidencias, se reitera que “el antecedente de infecciones de transmisión sexual y tener múltiples parejas sexuales se considera un factor de riesgo para cáncer cérvico uterino.”

Por ello, entre las recomendaciones sugeridas en esta Guía de Práctica Clínica acerca de la Prevención Primaria, se anota que “la evidencia demuestra que el inicio de relaciones sexuales a edad temprana es un factor que aumenta el riesgo de cáncer cérvico uterino Ca Cu por lo que se recomienda informar a las adolescentes que deben evitar el inicio temprano de las relaciones sexuales (antes de los 18 años).”


Igualmente se advierte que “en mujeres con múltiples parejas sexuales y enfermedades de transmisión sexual es necesario ofrecer educación para el cuidado de la salud sexual.”

También se recomienda “informar a la población acerca de la enfermedad, factores de riesgo, posibilidades de prevención, diagnóstico y tratamiento oportuno” y “promover el uso de preservativo para las relaciones sexuales más seguras y así disminuir el riesgo de infecciones de transmisión sexual y del virus del papiloma humano (VPH)”.

Entre las fichas bibliográficas que se citan en este documento oficial del gobierno federal está la de Shepherd J, Weston R, Peersman G, y Napuli IZ, coautores de “Intervenciones para la prevención del cáncer cervical mediante modificaciones de la conducta y estilo de vida sexuales”, de la Biblioteca Cochrane Plus, edición 2008.


Es por eso que mueve a sospecha el linchamiento mediático del que está siendo objeto el doctor Pablo Anaya, quien ciertamente no es un científico de la talla del bacteriólogo francés Louis Pasteur o del escocés Alexander Fleming, el descubridor de la penicilina, pero quien al menos sigue al pie de la letra lo que dicta la Guía de Práctica Clínica del gobierno federal.

Lo que en cambio sorprende es lo dicho por Salomón Chertorivski, quien afirmó que no conocía la declaración de Pablo Anaya, pero se atrevió a expresar que “es una cosa que no debería de haber dicho…”

Y es que como secretario de Salud de la administración del presidente Felipe Calderón –cargo que asumió hace apenas un año en sustitución del doctor José Ángel Córdoba Villalobos–, Chertorivski Woldenberg, ex director general de Diconsa y ex comisionado nacional de Protección Social en Salud, donde encabezó el Seguro Popular, estaría obligado a saber de la existencia de esta Guía de Práctica Clínica sobre la Prevención y Detección Oportuna del Cáncer Cérvico Uterino en el Primer Nivel de Atención.


A menos que su ignorancia se deba a que no es médico de profesión sino economista.