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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
La Cumbre que pudo haber sido en Veracruz
Arturo Reyes Isidoro
19 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
¿Se imagina a Felipe Calderón Hinojosa y a Enrique Peña Nieto, presidentes saliente y entrante de la República, el primero para escuchar una evaluación de los resultados de su administración y el segundo para plantear las principales líneas de acción de su próximo gobierno, ambos en una reunión de empresarios del país y del extranjero en el World Trade Center de Boca del Río entre el 11 y el 13 de noviembre próximos?
 
¿Se imagina todo el ruido mediático, los micrófonos, las cámaras, los reflectores, la atención y el interés centrados en Veracruz en una época tan convulsa donde la entidad está necesitada de una buena imagen como la que daría la presencia en el estado de mandatarios y ex mandatarios y de hombres de negocios de los que verdad navegan en aguas profundas?
 
Pudo haber ocurrido si no hubiera sido porque al asumir el gobierno del estado en 2004, el entonces gobernador Fidel Herrera Beltrán decidió no apoyar más la celebración del cónclave empresarial de alcance internacional Cumbre de Negocios (la primera se llamó “Alianzas para el Crecimiento”; ahora se llama México Cumbre de Negocios) que con tanto entusiasmo había creado dos años antes y decidido que se celebrara en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río el entonces ejecutivo estatal Miguel Alemán Velasco (la primera reunión, en 2002, la inauguró el entonces presidente Vicente Fox).
 
En ese entonces, Alemán Velasco expuso que el tema “Alianzas para el Crecimiento” había sido seleccionado con la idea de que en Veracruz surgiera una alianza permanente que permitiera ampliar los vínculos comerciales de México, abrir nuevas fuentes de negocios y proponer nuevas metas para alcanzar un progreso que beneficiará a todos los mexicanos. Dijo una frase que mantiene plenamente su vigencia: “El único líder contemporáneo que marca y define las acciones de los gobiernos es el ciudadano”. Pero Fidel le quitó la escalera.
 
Seguramente para desencanto del ahora presidente del consejo de administración de Interjet, el cuenqueño decidió sustituirla por una cumbre de empresarios del estado, algo que al final resultó muy doméstico, que no arrojó beneficios salvo para que unos cuantos se continuaran haciendo ricos y que todavía andan peleando las ganancias y que no trascendió hasta que desapareció sin pena ni gloria.
 
(Algunos nombres que recuerdo de aquella época: Carlos Slim Helú; el presidente de Kissinger McLarty Associates, Thomas F. McLarty; el vicepresidente de Nissan Motor Company, Takeshi Isayama y el presidente de UPS International, David Abney, así como el presentador principal de la cadena de televisión BBC World, de Gran Bretaña, Nik Gowing. A la del año pasado asistió el entonces aspirante presidencial Enrique Peña Nieto).
 
El comentario surge a raíz de que Alemán Velasco publicó el miércoles pasado en El Universal un artículo donde recuerda la celebración de la Cumbre el mes próximo en la ciudad de Querétaro (por segundo año consecutivo ahí). La atención estará centrada allá. Ni modos.
 
 
 
Este año asistirán Carlos Slim Domit, de Telmex; Pier Beodoin, presidente de Bombardier; Marcelo Odebrecht, mandamás de Odebrecht Brasil; Alejandro Valenzuela, director de Banorte y Valentín Diez Morodo, presidente del Comce, pero también la presidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda; el presidente de Guatemala, Otto Pérez Molina; los ex presidentes de República Dominicana, Panamá y Bolivia, Leonel Fernández Reyna, Martín Torrijos y Carlos Mesa Gisbert, entre otros.
 
Pero parte de esto es historia y refleja en buena medida la falta de continuidad de acciones al cambio de gobierno, muchas veces por celo, por envidia o por mezquindad, solo pensando en el ego o en el interés personal pero no en la colectividad o en una entidad.
 
Pero en ese mismo artículo, el ex gobernador de Veracruz publicó una anécdota que, creo, vale la pena registrar.
 
“El estilo personal de gobernar. Dicen que don Adolfo Ruiz Cortines (presidente de la república en el sexenio que comprendió de 1952 a 1958) tenía dos charolas de documentos en su escritorio.; en una estaban apilados muchos asuntos que llegaban a su oficina en calidad de ‘urgentes’ y en la otra había unos cuantos clasificados como ‘importantes’. Cuando un subordinado llegaba con algún asunto urgente, don Adolfo le decía: ‘Vamos a esperar a mañana a ver si este asunto es verdaderamente urgente y, de ser así, lo ponemos en el otro grupo de documentos y actuaremos con total decisión’”. Dele su propia lectura. A veces, entiendo, lo urgente no es lo más importante. A don Adolfo se le sigue considerando un sabio de la política.
 
Caiga quien caiga
 
Ése “caiga quien caiga” y “ningún interés particular o persona está por encima de las instituciones y del cumplimiento de la ley o del interés supremo de las mayorías” dicho por el gobernador Javier Duarte de Ochoa el miércoles pasado en Córdoba a propósito del operativo “Veracruz Seguro” puede tener más cola de lo que nos imaginamos. Habrá que estar pendientes.
 
Padilla Becerra
 
Licenciado en derecho egresado de la Universidad Veracruzana y ex alcalde de Xalapa aunque chilango de origen y cantante de un grupo juvenil en su época, Carlos Padilla Becerra se convirtió la noche del martes en el nuevo presidente del Comité Olímpico Mexicano (COM) a la salida del cargo de Felipe “El Tibio” Muñoz quien se va como diputado federal. Padilla Becerra venía ocupando el cargo de presidente de la Comisión de Operación y Administración del COM. La primera vicepresidenta será Ximena Saldaña, secretaria general de la Organización Deportiva Panamericana (Odepa) y también con raíces veracruzanas pues es hija del conductor de radio y televisión Jorge Saldaña, nativo de Banderilla. El ascenso de ambos se formalizará el próximo 26 de octubre. Carlos es miembro permanente del COM. Un dato que poco se sabe es que él fue quien fundó el Pentathlón Deportivo Militar Universitario de Veracruz. A Carlos lo recuerdo una madrugada de 1981 cuando ya cerca de las 2 de la mañana, vía telefónica, me confirmó en exclusiva que acababa de solicitar licencia para separarse de la alcaldía de la capital del estado, lo que se publicó entonces al día siguiente en la edición impresa que tenía El Universal en el puerto de Veracruz ganándole la primicia a todos (no había tantos adelantos técnicos ni existían los informáticos como ahora, ni siquiera se inventaba el fax, por lo que la nota la dicté por teléfono ya cerca de las tres de la mañana). Padilla Becerra se fue por diferencias y enfrentamientos con el gobernador de entonces Agustín Acosta Lagunes, con quien se enfrentó también, pese a su juventud, Miguel Ángel Yunes Linares, pero ésa, ésa es otra historia, como diría la Mama Goya, que en paz descanse.
 
De entrada se pensaría que la llegada de Padilla Becerra y de Ximena Saldaña, por su vínculo con el estado, redundarán en beneficio de Veracruz, cuando se apresta a realizar, dentro de dos años, los Juegos Centroamericanos y del Caribe que logró Fidel Herrera Beltrán para la entidad y que, aquí sí, decidió continuar adelante el gobernador Javier Duarte de Ochoa.