icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
La vialidad
Raymundo Jiménez
30 de octubre de 2012
alcalorpolitico.com
Dos fuertes aspirantes de la oposición a la alcaldía de Xalapa, Abel Cuevas Melo, del PAN, y Dulce María Dauzón, del Movimiento Ciudadano, coincidieron este fin de semana en abordar en distintas entrevistas periodísticas el tema de la vialidad como una de las principales problemáticas de la capital veracruzana.

Cuevas Melo, por ejemplo, refirió que en Xalapa la vialidad es un grave problema no sólo por su disposición geográfica sino también por el crecimiento demográfico que ha tenido la ciudad desde el año 2000.

En su conferencia de prensa dominical, el aún delegado estatal de la Sedesol refirió que la próxima apertura del libramiento de Xalapa contribuirá a disminuir el tránsito pesado que circula por la avenida Lázaro Cárdenas. Pero además planteó, entre otras posibles soluciones, promover la educación vial y computarizar los semáforos para agilizar el tránsito.


Igualmente se pronunció a favor de establecer ejes viales en algunas zonas de la ciudad y de analizar la conveniencia de poner en funcionamiento líneas de metrobús.

Por su parte, la señora Dauzón, ex regidora del ayuntamiento xalapeño, entrevistada por el periodista Edgar Hernández, quien le pregunta que “¿cuál sería su primera acción de gobierno si usted fuera la alcaldesa?”, respondió que después de sentarse a platicar con el gobernador Javier Duarte de Ochoa para ponerse de acuerdo sobre los problemas de Xalapa, “me sentaría a platicar con los de tránsito y con los transportistas para corregir los problemas de vialidad.”

“La ciudad es un caos, la gente está muy molesta, ¡por Dios”, le espeta la aspirante del partido del ex gobernador Dante Delgado Rannauro al columnista que de 1986 a 1988 fue vocero del gobierno de don Fernando Gutiérrez Barrios –a cuyo lado Armando Méndez de la Luz, esposo de la señora Dauzón y actual diputado local del MC, fue secretario de Desarrollo Económico en el gobierno de la entidad y posteriormente primer director general de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación–, al cual le insiste que “Xalapa, en materia vial, está desintegrada; el bacheo es un barril sin fondo; Lázaro Cárdenas está tremendo. Urge un cambio de fondo: hay que imponer un escalafón de horarios en escuelas y oficinas y buscar el apoyo presupuestal federal y estatal para un tren eléctrico, vías semaforizadas; líneas de metrobús y un transporte limpio y moderno. No más congestionamientos, ni carreras locas de choferes irresponsables”.


“Yo no voy a cerrar el Centro Histórico y sí voy a apoyar a los discapacitados para que tengan transporte y paradas exclusivas. Dialogaré con el gobernador y lo convenceré de que hagamos un segundo piso. Mire usted, soy una convencida de que cuando motivas a la gente se compromete. Vamos a darle a los paterfamilia el material de construcción para que nos ayuden con las calles, eso ya está probado desde la época de don Fernando y Dante donde se arreglaron 800 y mil 800 calles”.

Sin embargo, en el caso del tráfico vehicular, la actual administración municipal que preside la alcaldesa priista Elízabeth Morales está literalmente atada de manos porque el servicio de tránsito le fue transferido por el ayuntamiento al gobierno del estado desde principios de 2011 debido a los graves problemas de inseguridad que por ese entonces existían en la capital veracruzana, ya que se detectó que un grupo del crimen organizado tenía infiltrada la Dirección local encargada de la vialidad.

A raíz de la reforma administrativa que dividió en dos dependencias a la Dirección General de Tránsito y Transporte del Estado, la vialidad de Xalapa quedó a cargo del nuevo director estatal de Tránsito, Roberto López Santoyo, quien a partir de entonces depende directamente del titular de la Secretaría de Seguridad Pública, mientras que la de Transporte continuó centralizada a la Secretaría de Gobierno.


Así, pues, el ayuntamiento capitalino perdió no sólo el control directo de la problemática vial sino que también dejó escapar una importante fuente de ingresos para el erario municipal.

Es cierto que el gobierno xalapeño recibe una participación de los pagos que en la Oficina de Hacienda del Estado se hacen por infracciones viales y otros trámites que tienen que ver con el área de tránsito. Pero dichos ingresos son mínimos frente a otros jugosos negocios que se han concesionado a particulares desde la Dirección General de Tránsito del Estado.

Está, por ejemplo, el caso de los diversos servicios de grúas, cuyas unidades se utilizan para remolcar vehículos estacionados en sitios prohibidos o en los operativos del alcoholímetro que se implementan los fines de semana en las áreas citadinas donde funcionan los bares y centros nocturnos más concurridos.


Por estacionar indebidamente un automóvil en una de las restringidas calles del centro histórico de la ciudad, usted va a pagar sólo una multa de aproximadamente 30 pesos si acude inmediatamente a la Dirección de Tránsito a reclamar su vehículo. Una vez realizado el pago en la Oficina de Hacienda, le entregarán una orden para ir al corralón de la empresa particular de grúas a recoger su automotor. Sólo que allá deberá desembolsar alrededor de 500 pesos para que le entreguen su carro si es que puede acudir de inmediato. De lo contrario la cuenta seguirá aumentando por cada día que pase.

En Xalapa se estima que una empresa con diez grúas obtiene un ingreso promedio de 1.5 a 2 millones de pesos mensuales sólo por enganchar y retirar vehículos mal estacionados en el primer cuadro de la ciudad.

¿Cuántos particulares tienen concesionado este servicio y con cuánto se “mochan” cada mes? Públicamente se ignora, aunque las grúas no han contribuido en mucho a aliviar el problema del tráfico en Xalapa, pues otro de los negocios encubiertos presuntamente desde la Dirección de Tránsito del Estado es el de permitir que camiones repartidores de gas, refrescos, cervezas y muebles, entre otros, se estacionen en las angostas calles del centro histórico de la ciudad en las horas pico.


Ante la manifiesta ineptitud de López Santoyo, pareciera ser hora de que las autoridades municipales de Xalapa le plantearan al gobernador Javier Duarte que el Ayuntamiento retomara nuevamente el control del tránsito local.

Y es que luego del accidente de la semana anterior ocurrido en el puente Bicentenario de Plaza Crystal, donde un vehículo pesado volcó dejando caer un contenedor, el indeciso director estatal de Tránsito le sigue dando vueltas al asunto pese a que el Ayuntamiento de Xalapa acordó restringir el paso al transporte de carga por la avenida Lázaro Cárdenas en tanto se abre a la circulación el tramo de la autopista Corral Falso-Banderilla.

Esperemos que cuando López Santoyo por fin se decida a tomar cartas en el asunto, no haya pasado una lamentable desgracia.