Y es que Peña no sólo le amargó el fin de semana a la lideresa nacional del SNTE, Elba Esther Gordillo, al nombrar primero a Emilio Chuayffet Chemor como secretario de Educación Pública –el mismo que la suplió en la coordinación del grupo legislativo del PRI cuando en noviembre de 2003 más de 90 de 112 diputados federales priistas se sublevaron exigiendo su salida al acusarla de apoyar discrecionalmente la fallida reforma fiscal del presidente Vicente Fox–, sino al anunciar también anteayer que elevará a rango constitucional el servicio profesional de carrera docente para acabar con las plazas magisteriales vitalicias y hereditarias, además de encargar al INEGI levantar un censo para saber cuántos alumnos, cuántas escuelas y cuántos maestros hay en México; pero, igualmente, el jefe del Ejecutivo federal entrante debió haber calado hondo en el ánimo de los principales concesionarios de las telecomunicaciones como Carlos Slim, de Telmex; Emilio Azcárraga Jean, de Televisa, y Ricardo Salinas Pliego, de TV Azteca, al informar que en los próximos días enviará una iniciativa para reconocer en la Constitución el derecho de acceso a la Banda Ancha y un conjunto de reformas para generar mayor competencia en telefonía, servicios de datos, radio y TV, así como licitar dos nuevas cadenas de televisión abierta en los próximos meses.

 

Por otro lado, el gozo de varios gobernadores y alcaldes priistas, que encabezan administraciones estatales y municipales súper endeudadas, también debió haberse ido al pozo al escuchar las últimas tres de las 13 primeras grandes decisiones tomadas por su correligionario: primero, que con el objeto de encontrar una solución inmediata para revertir el endeudamiento de estados y municipios, en los siguientes días enviará al Honorable Congreso de la Unión un proyecto de Ley Nacional de Responsabilidad Hacendaria y Deuda Pública, que pondráorden al endeudamiento de los gobiernos locales; segundo, que próximamente pondrá a consideración del Congreso de la Unión el Paquete Económico 2013, con un cero déficit presupuestal, ya que se comprometió a que la solidez de las finanzas públicas seguirá siendo pilar en la conducción de la economía nacional; y, tercero, que este nuevo gobierno federal asumirá el compromiso de racionar el gasto corriente y destinar mayores recursos sólo al gasto de inversión en obras, programas y acciones de beneficio directo a la población.

 

Así que aquellos gobernadores y ediles priistas que ya se frotaban las manos creyendo que una vez que Peña asumiera la Presidencia de la República habría borrón y cuenta nueva con el problema de las megadeudas heredadas, refinanciadas o contratadas, deberían irse encomendando a otro santo más milagroso que el del Estado de México, cuyos prodigios se enfocarán prioritariamente a sumar recursos para destinarlos a la Cruzada Nacional Contra el Hambre que emprenderá la Sedesol en 60 días; al Programa de Seguro de Vida para Jefas de Familia, que iniciará operaciones en enero próximo; a la ampliación del Programa 70 y Más, que ahora incluirá pensiones paratodos los mexicanos mayores de 65 años de edad;  ala creación delSistema de Seguridad Social Universal, así como a los grandes proyectos de infraestructura carretera, ferroviaria y de puertos del país, entre los cuales se contemplan obras para conectar e incorporar el sur de México a la economía global.

 

Por cierto, entre las 13 decisiones iniciales de su gobierno anunciadas el sábado anterior en Palacio Nacional en su primer discurso como Presidente de la República, Enrique Peña dijo que en México volveremos a tenertrenes de pasajeros para conectar nuestras ciudades.

 

Y le ordenó al secretario de Comunicaciones y Transportes arrancar en el 2013 la construcción del tren México-Querétaro, así como impulsar los siguientes proyectos: tren México-Toluca, tren Transpeninsular Yucatán-Quintana Roo, línea 3 del Metro de Monterrey, transporte masivo de Chalco a La Paz en el Estado de México, y ampliar el tren eléctrico de la Zona Metropolitana de Guadalajara.

De Veracruz, en específico, no adelantó nada. Ni siquiera porque en septiembre de 2011, aún como gobernador en funciones del Edomex, visitó Xalapa para firmar como testigo de honor el protocolo para el “hermanamiento” de Toluca y la capital veracruzana.

 

 

El viernes 30 de noviembre fueron dados a conocer los primeros nombramientos del gabinete del presidente Enrique Peña Nieto.

 

Sin embargo, el nombre de Tomás Ruiz González, quien aún despacha en la Secretaría de Finanzas y Planeación del gobierno del estado, no apareció en esta primera lista en la que además de los secretarios de Estado y algunos subsecretarios figuraron los titulares de las dos principales empresas paraestatales: Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

 

Luego de su exitosa comparecencia ante el Congreso local con motivo de la glosa del segundo informe de gobierno, Ruiz González, a quien algunos medios informativos de la capital del país candidateaban para dirigir el ISSSTE o Banobras, parece estar metido de lleno con el gobernador Javier Duarte de Ochoa en el cabildeo para que a Veracruz le vaya bien en la asignación de recursos federales en el proyecto de Presupuesto de Egresos 2013 que el presidente Enrique Peña está por enviar para su aprobación al Congreso de la Unión.

 

Con la estupenda exposición del secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, y la habilidosa capacidad de respuesta de la coordinadora general de Comunicación Social del gobierno del estado, Gina Domínguez Colío, este viernes 30 de noviembre concluyeron las comparecencias del procurador, del contralor y los demás secretarios de despacho de la administración del gobernador Javier Duarte de Ochoa con motivo de la glosa del segundo informe de gobierno.