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Columnas y artículos de opinión
La mirada de los otros
El fondo de la olla
Tomás Rodríguez Pazos
6 de diciembre de 2012
alcalorpolitico.com
En mi pasada colaboración preguntaba si la educación mexicana había tocado fondo. Una lectora amiga, Clara, me comenta: “El fondo de la olla es la falta de valores sociales, un tema muy manoseado entre nuestros políticos, pero ahora ausente entre ellos.” De acuerdo, pero ¿Cuáles valores predominaron en tiempos de los abuelos? ¿Cuántas de aquellas convicciones colectivas permanecen entre nuestros jóvenes y niños?
 
El Dr. Carlos Muñoz Izquierdo, quien recibió recientemente el Premio Nacional de Ciencias y Artes 2012, por sus aportaciones educativas, dice: “Mi único interés es que más niños tengan acceso a una educación básica de calidad: axiológicamente relevante, pedagógicamente eficaz, culturalmente pertinente, económicamente eficiente y socialmente equitativa”.
 
He aquí una breve glosa de su texto:
 
·        “Acceso a la educación básica de calidad”. Ello significa que la prioridad del sistema educativo mexicano debiera ser el nivel que abarca preescolar, primaria y secundaria. Allí tiene que dedicarse el porcentaje mayor de la investigación, la innovación y la inversión en: infraestructura, formación de docentes y directivos, y equipamiento. Eso no sucede hoy.
 
·        Una educación axiológicamente relevante” Las escuelas, hace tiempo, dejaron de ser comunidades de formación, desbordadas por el cúmulo de información programática y de tareas administrativas; la escuela trasmisora no es un espacio atractivo de aprendizajes vitales, autoreflexivos, muchos maestros se conforman capacitar para la resolución de exámenes. Los valores de respeto, tolerancia, trabajo, puntualidad, equidad, democracia y justicia, no se encuentran en el ámbito escolar; la violencia ya es una constante. Los valores no pueden adoptarse si no se aprenden.
 
·        “Pedagógicamente eficaz”. Lograr los aprendizajes esperados es una tarea ardua en los salones saturados de las escuelas públicas de educación básica; más difícil si los maestros no tienen conocimiento del método de las ciencias experimentales y las humanidades, peor, si las matemáticas y la lectura no son de su dominio ¿Con qué herramientas podrán dotar a sus alumnos? Según las evaluaciones recientes no son muchos los que cubren el perfil necesario.
 
·        “Culturalmente pertinente” La humanización de los educandos se concreta en la adopción libre y crítica de las formas de vida que la colectividad les ofrece. La escuela es sólo mediadora ante los grandes impactos del cine, la TV, la red, la publicidad, los usos, costumbres y modas. ¿Qué del pasado desea preservar la escuela, cómo se imagina el futuro?¿Cuántos educadores tienen un proyecto de nación?
 
·        Económicamente eficiente”. Además de contar con los recursos suficientes en este nivel es necesario aprovecharlos al máximo para conseguir el objetivo central: la formación para la vida de futuros ciudadanos. Ello, significa atender factores determinantes del aprendizaje: la condición de los alumnos (alimentación, salud, herramientas y espacios apropiados a los aprendizajes) y la de los maestros (selección por meritos, profesionalización, actualización continua, sueldo digno). El personal y los gastos de administración y control debiesen reducirse al mínimo.
 
·        Socialmente equitativa” Los servicios que ofrecen las escuelas públicas de educación básica deben ser similares en el campo y en la ciudad, pero la infraestructura, el equipamiento y el entorno sociocultural constituyen un primer condicionante; Los programas de becas son un apoyo económico importante, pero es necesario ir más allá: a la conciencia de los padres sobre el valor liberador del conocimiento.
 
Los conceptos de Muñoz Izquierdo no agotan el contenido posible de “una educación básica de calidad”, pero si describen sus rasgos elementales. Tal vez estos son los contenidos que Clara no encuentra ahora en el fondo de la olla de la educación. Ojalá la reforma anunciada los haga presentes.