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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Renato, presidente
Raymundo Jiménez
7 de diciembre de 2012
alcalorpolitico.com
El próximo lunes 10, a las 10 horas de la mañana, en el Museo Interactivo de Xalapa (MIX), tendrá lugar la sesión solemne de Cabildo en la que la alcaldesa Elízabeth Morales García rendirá su segundo informe de gobierno.

Posiblemente ésta sea la última sesión que como secretario del Ayuntamiento capitalino le tocará conducir a Renato Alarcón Guevara, pues ha trascendido que este joven político xalapeño, de 37 años de edad, sería propuesto para presidir el Comité Directivo Municipal del PRI, cuya dirigencia está acéfala desde el 22 de noviembre pasado, fecha en que la señora Diana Santiago Huesca decidió presentar su renuncia forzada por la presión de algunos grupos priistas de Xalapa que la responsabilizaron de los resultados adversos en la elección federal de julio de este año.

Para dirigir al PRI en la próxima elección local de 2013, había dos propuestas, ambas juveniles: por un lado una mujer, Michelle Servín González, actual directora del DIF municipal, y Renato Alarcón. La decisión, según se sabe, habría favorecido al secretario del Ayuntamiento, quien a pesar de su corta edad lleva una amplia trayectoria partidista y en la administración pública del estado, lo que le ha permitido conocer y vincularse con diferentes corrientes políticas, económicas, sociales e intelectuales de la capital del estado.


Alarcón es un funcionario cercano a la alcaldesa Elízabeth Morales –pues inclusive hizo campaña con ella en 2010 como candidato a presidente municipal suplente–, pero no tiene sólo el sello político de la edil como sucede con Michelle Servín, quien es hechura totalmente de la munícipe. Esta aparente ventaja le permitirá a Alarcón tender puentes de diálogo y consenso con los diferentes grupos de poder en la capital veracruzana, tanto con los que simpatizan con el PRI y la alcaldesa como con aquellos que tienen inclinación hacia otras propuestas partidistas por conflictos personales o divergencias con la autoridad municipal.

Con el reciente cambio en la administración pública federal y el posicionamiento de personajes como Roberto Campa Cifrián, quien acaba de ser designado subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana en la Secretaría de Gobernación, y Sebastián Lerdo de Tejada Covarrubias, flamante director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), con los que Renato Alarcón mantiene una buena relación iniciada desde hace dos sexenios, se especulaba que el secretario del Ayuntamiento xalapeño preferiría buscar nuevos horizontes en la capital del país; sin embargo, es un hecho que el alcalde suplente estaría decidido a profundizar más sus raíces en la ciudad que lo vio nacer, esperanzado en concretar más adelante otras de sus añejas aspiraciones políticas.

Por lo mientras, en breve tendrá que seguir picando piedra desde la trinchera del CDM del PRI, empresa que no pinta nada fácil.


GANDALLAS

¿Recuerdan a Everardo Sousa Landa, quien en el sexenio del gobernador Miguel Alemán Velasco (1998-2004) se desempeñó como secretario de Desarrollo Económico del estado de Veracruz?

Pues don Eve –que también es primo del abogado porteño Gustavo Sousa Escamilla, quien poco después del tiroteo en una carrera de caballos realizada en Villarín salió de la Secretaría de Turismo casi a la mitad de la administración del gobernador Fidel Herrera Beltrán (1998-2010)–, anda metido en tremendo escándalo judicial en la ciudad de México tras la detención, aparentemente arbitraria, de su nuera Sonia Beatriz Lorenzo.


Aunque se trata de un hecho de su vida privada, pero su pariente política lo ha hecho público ya que presuntamente el ex funcionario alemanista se habría valido de su influencia y poder para intentar despojarla de la custodia legal de sus hijos, los trillizos Alfredo, Santiago y Rodrigo Sousa Lorenzo, de 7 años de edad.

Este jueves 6, la señora Lorenzo, quien dice ser “una mujer trabajadora” que vive “honrada y modestamente”, publicó una carta abierta dirigida al nuevo jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Mancera Espinosa, al cual le explica que “en los últimos años he librado una dura batalla legal en contra del padre y del poderoso y acaudalado abuelo paterno de mis menores hijos, los señores Alfredo Sousa de Diego y Everardo Sousa Landa”, viéndose “obligada a resistir una inmodificable e injusta decisión: quitarme a mis tres preciosos hijos.” La agraviada refiere que este conflicto inició en 2007, “cuando sorpresivamente mis niños fueron sustraídos de su hogar y ocultados”.

La señora Lorenzo asegura que mediante procedimientos judiciales logró que se declarara a su favor la custodia legal de sus hijos. “Gracias a ello, recuperé a Alfredo y Santiago, con quienes vivo permanentemente asediada y sufriendo la dura separación de su hermano Rodrigo. Así, a pesar de que mis hijos merecen vivir juntos, como hermanos, el orden natural ha sido violentado. He defendido y seguiré defendiendo el interés superior de mis hijos de no ser separados entre sí y de no ser extraídos del cuidado materno”.


Sin embargo, el pasado miércoles 5, la nuera de Sousa Landa dirigió una carta al gobernante capitalino, la cual escribió “desde los separos del edificio central de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, donde fui colocada por la fuerza, por policías, el día de ayer 4 de diciembre de 2012 y donde permanezco incomunicada desde hace más de 40 horas, por instrucciones de la señora Luz María Hernández Delgado, Fiscal Central de Investigación de la Procuraduría”. Sonia Beatriz denunció que “se me ha impuesto como condición para recuperar mi libertad, el perder a mis hijos, renunciando a su custodia legal. Cualquier madre que lea esta carta conoce mi respuesta. No. Nunca aceptaría esta exigencia.”

“No imaginé que el ejercicio del derecho de una madre para conservar y proteger a sus hijos fuera castigado en el Distrito Federal y mucho menos pensé que en esta Ciudad se llevaría a cabo una detención arbitraria, sin orden de aprehensión y que yo acabaría arrojada en los separos de un edificio que ahora entiendo por qué llaman el ‘bunker’. Tampoco esperaba ser incomunicada, ni que se me ocultara el motivo de mi detención y el expediente que la pretende justificar.

“Doctor Mancera, le pido que en el primer día de su encargo constitucional dedique unos minutos a mi situación. Su Gobierno ha sido anunciado como uno de protección de los derechos humanos, le pido que, como manda la Constitución, haga respetar el interés superior de mis niños, sancione a los responsables de este atropello y deje claro que las libertades de los habitantes de la Ciudad no estarán supeditadas al capricho de los poderosos.”


Tan, tan.