En vista que varios políticos tanto de carrera como improvisados decidieron recorrer el camino tradicional de la trampa y el engaño en promoción de sus intereses en Xalapa, se está generando un sano y estimulante debate sobre la legalidad y carácter ético de sus actos. El contexto de esta situación tiene mucha centralidad mediática pero también está encauzándose formalmente en las instancias legales para que se produzcan efectos concretos en forma de sanciones a los acelerados. La parte legal es importante, algo hay que esperar, a pesar de la incredulidad que despierta la manera poco imparcial y autónoma que se le ha visto al Instituto Electoral Veracruzano; al menos conoceremos posiciones y argumentos al respecto, primero de los consejeros electorales y, después, de los magistrados correspondientes; vamos a ver qué es lo que dicen, cómo justifican su trabajo y cuál es el alcance de sus decisiones. En sí, tan solo presentarles una queja en tiempo y forma ya es un dato nuevo y relevante.

Son varios los acelerados, unos más vistosos que otros, supongo que hay entre ellos quienes imitan o creen que así se debe hacer, incluso que desconocen la ley; por eso es necesario decirles en medios o por imperativo legal que hay límites y prohibiciones en materia electoral, para que no los engañen suponiendo que actúan de buena fe. A los dolosos hay que tratarlos con rigor, con exigencias y ponerlos en su lugar; no se les debe permitir impunidad, hay que definirlos tal y como son; su papel es nocivo y deben recibir las sanciones legales y sociales a que haya lugar; tengo claro que, entre ellos, habrá los designados por el sistema, así como los que quieran llamar la atención para que los tomen en cuenta en términos de financiamiento.

Insisto, este es un buen y sano debate, nos coloca en un escenario de transparencia y honestidad, donde quien aspire a gobernar nuestro municipio debe acreditar veracidad y apego a reglas civilizadas y democráticas; nunca más simulación y engaño, si incurren en eso que sean descubiertos y reciban una fuerte sanción ciudadana. Creo que el juicio también es válido para los membretes que se presten a la manipulación, ellos tampoco deben quedar impunes.


Es curioso, todavía hay quien no se da cuenta de este tipo de maniobras, del engaño; peor aún, todavía hay quien defiende o ve normal este tipo de trampas. Tenemos opinadores profesionales o de café que hacen apologías de los personajes en cuestión, que los halagan y tratan de promover como simpáticos. Es elemental, una tarea dignificadora de la política local, exhibir este tipo de maniobras, difundir que son ilegales y que tratan de tomarle el pelo a los ciudadanos, de convertirnos en una comunidad de cínicos. Es todavía más curioso que se burlen de quienes los denuncia, que pongan pretextos ridículos, que intenten invertir los papeles: ellos son inteligentes y buenos, mientras que los ciudadanos críticos están equivocados y deberían callarse. Que chistosos, el mundo al revés: el malandrín recibe aplausos y pasa por gente honorable, en tanto la gente inconforme, que no se deja, es mal vista.

Tal vez sea la primera vez que se da un debate con tanta fuerza sobre estas prácticas abusivas de los políticos tradicionales, bienvenida, debe sostenerse y continuarse con todas sus consecuencias legales y de dignidad. Es elemental considerar que los políticos tramposos no pueden ser buenos gobernantes, que si aplican la máxima de que “el fin justifica los medios” deben ser vistos como personas peligrosas que están dispuestas a todo con tal de satisfacer sus ambiciones. Por todo eso es que este debate anticipado debe ser bien recibido e impulsado, no permitamos faltas de respeto y burlas a la voluntad popular. En Xalapa, debemos y podemos hacer todo, está a nuestro alcance, para tener elecciones libres y un buen gobierno; nuestra calidad de vida va a ser mucho mejor si interrumpimos el continuismo y nos damos la oportunidad de un cambio.

Recadito: Del trato del sistema depende nuestra estrategia, frente opositor amplio o frente de izquierda.


Xalapa, Ver., a 13 de Diciembre del 2012.

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