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Columnas y artículos de opinión
Al Pie de la Letra
Ampudia
Raymundo Jiménez
14 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Cada vez que Miguel Ángel Yunes Linares y sus dos hijos –Fernando y Miguel Ángel Yunes Márquez, el primero senador de la República y el segundo coordinador estatal del programa Oportunidades– arremeten contra el gobernador Javier Duarte de Ochoa y su administración, del gobierno estatal responden virulentamente en contra del fracasado ex candidato del PAN a la gubernatura y sus vástagos.
 
Tal parece que Yunes Linares, quien es un viejo lobo de mar y está más que curtido como gladiador político por las confrontaciones que a lo largo de su trayectoria pública ha sostenido con varios gobernadores desde que militaba en el PRI –en 1981, por ejemplo, enfrentó a don Agustín Acosta Lagunes; en 2004 a Miguel Alemán Velasco, y al sexenio siguiente a Fidel Herrera Beltrán, el más odiado de sus rivales–, ha hecho de la provocación al régimen duartista una estrategia que hasta el momento le está resultando eficaz para mantener de manera gratuita su presencia mediática y proyectarse desde ahora, en la víspera de la elección local de julio próximo, como el principal opositor al gobierno de Duarte, cuya calificación aún no es tan alta entre el electorado veracruzano como a estas alturas de su administración la llegó a tener su antecesor Herrera Beltrán.
 
Hasta el momento, los petardos y fuegos artificiales que del Palacio de Gobierno de Xalapa han lanzado contra el ex director del ISSSTE parecen no haber hecho mayor daño político en él, ya que en vez de “quemarlo” solamente lo estarían “victimizando”.
 
Y es que ante el férreo control mediático que viene ejerciendo la administración del gobernador Javier Duarte, a Yunes Linares le debe ser de gran rentabilidad política que los principales medios de comunicación le concedan amplios espacios así sea para hablar mal de él y su familia.
 
Si lo que la administración de Duarte de Ochoa pretende es anular políticamente al ex candidato del PAN a gobernador que ahora pretendería buscar una curul plurinominal en la próxima Legislatura local, no podrá lograrlo sólo con inofensivos chinampines y buscapiés sino que necesitaría de un misil de otras proporciones y efectividad política letal.
 
El problema del gobernador priista es que ha descuidado la interlocución directa con algunos de sus colaboradores que tienen información y conocen a fondo los puntos más vulnerables del principal detractor del duartismo, cuyo supuesto arribo al Congreso del estado resultaría bastante incómodo para la administración priista porque sería un opositor sistemático con sobrado oficio político y experiencia legislativa.
 
Hace casi seis meses, el 17 de julio pasado, el gobernador Javier Duarte incorporó a su gabinete a Enrique Ampudia Mello, un nombramiento que sorprendió a los duartistas más recalcitrantes precisamente porque hasta la sucesión estatal de 2010 el ahora subsecretario de Gobierno había colaborado con Yunes Linares.
 
Sin embargo, Duarte de Ochoa sabe por qué lo hizo y, según se ve, hasta el momento no parece estar arrepentido de haberlo hecho.
 
Y es que pese a lo que digan sus malquerientes, Ampudia es un político profesional que no solamente ha colaborado con el ex director del ISSSTE y ex candidato del PAN a gobernador sino que también trabajó muy cerca del ex coordinador de los senadores priistas y actual líder de los diputados federales del PRI, Manlio Fabio Beltrones Rivera. Igualmente se esmeró en servir con eficacia y lealtad al ahora procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, así como al flamante secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
 
Al rendir protesta ante el gobernador Duarte como titular de la Subsecretaría de Gobierno, Ampudia Mello le expresó al jefe del Ejecutivo estatal que “con palabras ahora, con hechos después, le digo que mi mayor compromiso personal, mi principal prioridad, será corresponder a este generoso gesto suyo y estar a la altura de lo que en el corazón y en la mente implica la responsabilidad que me otorga.
 
“Le reitero, señor gobernador, que corresponderé a esta oportunidad con mucho trabajo y absoluta lealtad”.
 
Por los resultados arrojados hasta ahora, el compromiso de Ampudia parece no estar en duda. Sin embargo, para ser mucho más eficaz, el subsecretario necesitaría que lo dejaran operar políticamente como el hombre de Estado que aspira a ser.
 
Y es que hasta para debatir y combatir políticamente con los detractores más radicales del duartismo, como Yunes Linares, el gobernador priista debe contar con una estrategia y un operador eficaz para no dejar nada a la improvisación ni en manos de terceros.
 
ELÍZABETH, ¿SE VA?
 
En lo que para muchos significó su anticipada despedida de la alcaldía de Xalapa para contender eventualmente como candidata a diputada local por uno de los dos distritos de este municipio, anteayer, al asistir a la toma de protesta de los 254 coordinadores seccionales de la Fundación Colosio en esta capital, Elizabeth Morales García dijo ante más de 400 personas en el auditorio de la sede estatal del PRI: “en unos meses más dejaré esta importante responsabilidad”, dando casi como un hecho que podría abanderar al partido tricolor en los comicios del 7 de julio próximo.
 
El comentario no causó sorpresa entre los priistas presentes, ya que desde hace algunas semanas se había venido mencionando la posibilidad de que la munícipe, a fin de reforzar el trabajo del priismo en la capital del estado, pudiera hacer mancuerna con Américo Zúñiga Martínez, quien dejaría el Congreso local para contender por la presidencia municipal, candidatura que de última hora en 2010 le fue cambiada por la de diputado precisamente para postular a Elízabeth, quien entre los aspirantes del PRI y de la oposición a la alcaldía figuraba como la mejor posicionada en las encuestas.
 
Ahora, una de las señales que parecen indicar que éste sería el destino de la guapa alcaldesa de Xalapa es la llegada del ex secretario del Ayuntamiento, Renato Alarcón Guevara, a la dirigencia local del tricolor, así como el nombramiento de delegados regionales de la Fundación Colosio de dirigentes sindicales vinculados directamente con el palacio municipal capitalino, entre los que destacan Octavio Vázquez Ramírez, del sindicato de trabajadores de Limpia Pública “Solidaridad Urbana”; José Luis Hernández López, del sindicato de la Comisión Municipal del Agua, y Rolando Ortega, dirigente del Sindicato de Trabajadores al Servicio del Ayuntamiento de Xalapa, a quienes la alcaldesa elogió y agradeció “por haber aceptado acompañarnos en esta responsabilidad”.