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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
El pellizco de la deuda…
Jorge Arturo Rodríguez
21 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
En estos tiempos y a estas alturas, no sé si habrá alguien que sobreviva sin deuda, así sea mínima la cantidad. Un amigo me comentó hace algunos días: “Si nunca has pagado una deuda es porque nunca has contraído compromisos, en síntesis, eres la persona más miserable del mundo”. Pos no lo sé de cierto, pero quizás algo tenga de razón. A lo mejor por eso el escritor francés Georges Duhamel dijo que las grandes deudas son un privilegio de la riqueza. O sea, quien está endeudado es porque tiene con que pagar; como el “pignorante empeña” porque posee. Lo peligroso es quedarse sin nada, estar endeudado todo el tiempo y no avanzar en los proyectos, planes o sueños que se quieren realizar, o ya de perdis contar con lo mínimo pa’ subsistir y no estar siempre jodido. Eso a nivel personal. El asunto se agrava, desde luego, cuado un gobierno se endeuda así nomás porque sí, y no hace falta ser sesudo para saber que esa deuda la pagaremos todos los ciudadanos. Y ahí está el detalle, Chato:
endeudarse con dinero ajeno, pero sobre todo, endeudarse sin beneficios concretos, que en todo caso eso sería lo ideal: endeudarse=beneficios=finiquito.

Dicen que la deuda es aquel pellizco en tu mente que no te deja dormir en paz, que sabes que aún tienes algo que cumplir. Y ya saben que las deudas es una de las mejores razones por la cuales las amistades se pierden. Incluso George Bernard Shaw expresó que las deudas son como cualquier otra trampa en la que se es muy fácil caer, pero de la que es dificilísimo salir.

Hace unos días se dio a conocer el endeudamiento en que están varios estados y municipios. Es decir, están hasta el cuello, y es ahí es donde no se vale, Y no se vale porque a dónde chingaos se fueron esos recursos prestados, porque la población sigue igual de jodida y sin servicios ni mejoras de ningún tipo. ¿Quiénes carajos se los embolsaron? ¿Hay culpables? ¡No! ¡Hay corrupción e impunidad!


Así la cosas. Por lo pronto, celebro lo que dijo mi Gober Javier Duarte de Ochoa –habrá tiempo de constatarlo-, que Veracruz está en favor de la iniciativa del Gobierno de la República para frenar el endeudamiento de entidades y municipios, y se pronunció por el saneamiento y fortalecimiento de las administraciones públicas.

Aseguró que la entidad no requiere de un rescate económico, porque sus finanzas están sanas y con el margen de maniobra suficiente para cumplir con sus tareas de gobierno.

En otro momento manifestó que “a dos años de gobierno, les puedo decir que Veracruz es el único estado que pasó de una situación crítica a una de estabilidad con gobernabilidad, porque queremos vivir en paz, tranquilidad y armonía. La medicina fue muy dolorosa, pero era la que nos iba a curar, por eso quiero compartir con ustedes este ánimo renovado que se respira en nuestro estado y, como aquí se ha dicho, vienen mejores tiempos para Veracruz, vienen tiempos de bonanza”.


Mi Gober lo entiende muy bien, sólo hay dos medios de pagar las deudas: por el trabajo y por el ahorro, como sostuvo Thomas Carlyle. Así sea.

Porque escribiera el genial Camilo José Cela, cuando las deudas no se pagan porque no se puede, lo mejor es no hablar de ellas y barajar. Entonces, al tiempo.

De cinismo y anexas


Dicen que lo prometido es deuda, pero yo no les he prometido nada. Más bien, dijera un amigo, estoy en deuda con la vida, le tendré que pagar con la muerte.

Y como no hay plazo que no llegue ni deuda que no se pague, es mejor acostarse sin cenar que levantarse con deudas, dijera Benjamin Franklin.

A propósito, les cuento que en una ocasión, cierto Presidente estaba dando su discurso a la Nación y dice:


-Ciudadanos, tengo dos noticias para darles: una buena y una mala. La buena es que nuestros problemas están resueltos, toda la deuda externa ha sido saldada.

¡Eeehh! ¡eehh!, comienzan a gritar y aplaudir todos.

-La mala es que tenemos 48 horas para abandonar el país.


Por lo pronto, ahí se ven.

Hasta la próxima
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