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Columnas y artículos de opinión
Espacio Ciudadano
“La cucaracha ya no puede caminar, porque…”
Jorge E. Lara de la Fraga
31 de enero de 2013
alcalorpolitico.com
Según el Dr. Rafael Velasco Fernández, si se legaliza la marihuana, aumentará su consumo notablemente.

El título del comentario tiene relación con esa canción festiva que cantaban los abuelos allá por los finales del siglo XIX y principios del siglo XX, cuando con alegría se tarareaba: “La cucaracha, la cucaracha ya no puede caminar, porque le falta, porque no tiene, marihuana que fumar…” y se vincula tal rola como anillo al dedo con el tópico que abordaré en esta ocasión. Hace poco, el colega y amigo de actividades aeróbicas, el Dr. Armando Contreras Arriola, me proporcionó información sobre el peligro que representa el consumo de la marihuana en las personas, particularmente en los jóvenes, mismos que tienen la percepción errónea de que tal droga es de bajo riesgo y que no genera hábito.

Entre los datos que me entregó el médico Armando, destaco que la marihuana es una planta con tallo áspero y hueco (Cannabis Indica), con hojas compuestas, con hojuelas lanceoladas que, fumadas como el tabaco, producen un efecto narcótico. “A lo largo de los siglos, surge en las regiones más lejanas y cada vez de forma más amenazante, muy diferente a su uso industrial, que fue para obtener hilos o fibras. Todo parece indicar que la Cannabis es originaria de Asia Central y del sur. Las semillas de tal planta carbonizada, encontradas al interior de un brasero ritual en un antiguo cementerio de la actual Rumania, hacen suponer que su humo se inhalaba desde el tercer milenio antes de Nuestra Era…” En un rápido recorrido histórico no está por demás señalar que en la Convención Internacional del Opio, en La Haya (1925), se formalizó el compromiso de prohibir la exportación del “cáñamo de la India” a países que no permitieran su uso y exigir a las naciones importadoras que emitieran certificados indicando que su uso sería sólo para fines médicos y científicos.


Por cuanto a los E.E.U.U. las primeras restricciones para vender marihuana datan de 1906, en el Distrito de Columbia. En 1937 fue aprobada la Ley de Acto Fiscal de la Marihuana, donde fue prohibida la producción de cáñamo, además de la marihuana. Habrá que consignar también que a mediados de los años 60, con la llegada de los movimientos sociales y juveniles, el uso y abuso de la marihuana se extendió rápida y masivamente entre los muchachos. Fue una época de situaciones complicadas y difíciles, donde incidió la guerra de Vietnam y el fenómeno hippie, caracterizado por comportamientos contestatarios y contraculturales, desafiando al orden establecido y a “las buenas costumbres”; en esa época, particularmente en 1970, Norteamérica se ubicó como el primer productor mundial de la droga; con técnicas avanzadas de cultivo el hipócrita Gran Imperio llegó a desarrollar las mejores variedades de “Mary Jane” del mundo.

Los médicos, especialistas e investigadores que están en contra del mal uso de la Cannabis Indica, alertan que casi 162 millones de personas en el mundo consumen marihuana anualmente y que 23 millones, jóvenes la mayoría, la consumen diariamente. Manifiestan que esa droga es una sustancia psicoactiva que se suele consumir por la vía respiratoria, aunque también es posible su consumo por la vía oral, pero es altamente perjudicial su efecto en el ser humano; su consumo a largo plazo puede llegar a la adicción y propiciar daño físico y psicológico. Sus efectos son ataques de pánico, ansiedad, depresión, pérdida de memoria, impotencia, abulia, “síndrome amotivacional”. El médico mexicano Gregorio Oneto B., en 1934, fue contundente al respecto: “La marihuana produce cefalea, constricción de las sienes, midriasis, alegría, trastornos gastrointestinales, enrojecimiento de conjuntiva ocular, resequedad de mucosas, hambre, sueño, mareo, taquicardia, hilaridad, locuacidad, molestias al ruido y presencia de imágenes fantásticas...”

Habrá que ponerle atención al asunto, pues los jóvenes se ven impulsados a usar la mota o grifa para “tener un levantón” y se piensa incorrectamente que con “la yerba” el sujeto suele ser más creativo. A ritmo de reggae se escucha triste y lánguidamente: “El humo flota y me tranquiliza, llenaré mis pulmones hasta que derrita; mi mente aterriza siempre a la deriva, quiero ir hasta arriba cannabis sativa…”