icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Pemex: ¿pesos o ideologías?
Helí Herrera Hernández
11 de febrero de 2013
alcalorpolitico.com
[email protected]
Twitter: HELIHERRERA.es
 
El estallido en el edificio B2 de la torre de Petróleos Mexicanos ocurrida el pasado jueves 31 del pasado mes en la ciudad de México, se ha convertido en un argumento más para los mexicanos y extranjeros que desde los tiempos del presidente Vicente Fox han exigido la inversión privada en esa empresa paraestatal.
 
Los 37 empleados fallecidos de esa industria parecen ser asunto menor para todos ellos, que siempre han magnificado los accidentes ocurridos en PEMEX, y que para muchos de nosotros han sido sabotajes ideados y ejecutados por guardias blancas al servicio de la petroleras mundiales, aliadas con bastardos mexicanos que ven en esa esta empresa pública una verdadera mina de oro que los incita a no bajar la guardia hasta no conseguir sus intereses.
 
Estrechos de pensamiento, como siempre han sido, solo parlotean en temas que jamás dominan, y como maquinas de grabación abren la boca cada vez que pueden para exigir la apertura a los inversionistas privados de PEMEX, sin ver que éstos, tanto los domésticos como los extranjeros, no vienen por los activos de nuestra industria, sino por privatizar los hidrocarburos, quedándose PEMEX con los pozos que ya tiene hasta secarlos, y el capital extranjero explotaría los nuevos, como lo están haciendo las grandes transnacionales petroleras con el apoyo del gobierno y ejército norteamericano en todo el medio oriente, invadiendo primero y dejando gobiernos peleles que les garanticen este escenario.
 
Exxon, Chevron, Royal Dutch Shell, British Petroleum, Texaco, Mobil y otras más desde el zedillato han venido cabildeando con diputados, senadores y partido políticos para “convencerlos” de reformar la Constitución y permitir que nuestra industria petrolera admita el capital privado bajo el argumento que solo así PEMEX será una industria rentable, que le deje ganancias al Estado Mexicano, cuando gracias a las ganancias de esta paraestatal, la cuarta en la producción en el mundo, México ha podido sortear los problemas económicos que los malos gobiernos del PRI y del PAN han generado, a pesar de la inmensa carga tributaria que al Estado mismo le paga.
 
El argumento más sólido que esgrimen los corifeos de las televisoras y los representantes del capital privado para privatizar PEMEX, va en el sentido que el Estado Mexicano no tiene los suficientes recursos para inyectarle capital a esta industria, dado que la prioridad del mismo es combatir con ellos las causas de la pobreza en México que ya alcanza, por cierto, a casi el 77% de nuestros compatriotas, generada ésta más porque los grandes millonarios en esta nación evaden impuestos, o los gobiernos que patrocinan cuando son candidatos, se los perdonan y/o devuelven.
 
La principal fuente de ingresos del Estado mexicano ha sido desde hace décadas, según fuente de la Auditoría Superior de la Federación, Petróleos Mexicanos, convirtiéndose inclusive a nivel mundial en la empresa petrolera que más impuestos paga en el mundo, y con la mayor carga tributaria en los últimos 25 años.
 
La paraestatal mexicana ha tenido una carga tributaria con respecto a sus ventas de hasta el 58.8 por ciento anual, y el martes pasado se dio a conocer que en 2011 tuvo 56% derivado directamente de los altos precios de la mezcla mexicana, los cuales hacen que por cada dólar extra del precio estipulado por Hacienda (que el año pasado fueron 64.3 dólares por barril cuando el precio real promedio fue de 100 dólares) se pague un sobreprecio como parte del régimen especial con el que se trata fiscalmente a PEMEX.
 
Para que comprendamos mejor las cosas apuntaremos, siguiendo la misma fuente, que tan solo en el año 2011 Petróleos Mexicanos pago 876,000 millones de pesos de impuestos, independientemente de las ganancias generadas como empresa, ya ingresadas netamente a las arcas federales, mientras que las 50 empresas más grandes de México pagaron 141 pesos al año por concepto del impuesto al valor agregado y del impuesto sobre la renta, por demás que le parezca increíble. (*Auditoría Superior de la Federación.-Secretaria de Hacienda y Crédito Público).
 
Según la misma fuente, durante el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa a estos empresarios donde se encuentra desde luego los de televisa, televisión azteca, grupo modelo, teléfonos de México, telcel, etc. se les devolvieron inmoralmente 733,000 millones de pesos, sin contar desde luego con la evasión fiscal gracias al trabajo eficaz, legal, aunque inmoral, de contadores expertos que corrompen a funcionarios del Sistema de Administración Tributaria, y de leyes hechas a la medida para que esos escenarios funcionen en beneficio de los multimillonarios en este país, gracias a diputados y senadores abyectos que las aprobaron.
 
Argumentan los promotores de la privatización que PEMEX requiere de una inversión para los próximos 10 años de 30 mil millones de dólares para 1.- La conversión tecnológica de tres de las 6 refinerías que tenemos en la actualidad, a un costo unitario de entre 2 y tres mil millones de dólares cada una, 2.- La necesidad de ampliar la capacidad de refinación del país en al menos 500 mil barriles diarios de petróleo, para lo cual se requieren inversiones de entre 14 a 18 mil millones de dólares, 3.- Alrededor de dos mil millones de dólares para incrementar su capacidad de transporte vía ductos y almacenamiento y 4.- Mejorar la calidad de sus combustibles con una inversión aproximada de entre 4 y 5 mil millones de dólares.
 
De esta forma evitaremos importar gasolinas caras y mejoraremos la infraestructura tecnológica de PEMEX, que evitarán accidentes en sus instalaciones, manifiestan, con el propósito de así justificar la llegada de capital extranjero a la paraestatal.
 
Al respecto cabe advertirles que, si los anteriores gobiernos de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón no le hubieran perdonado impuestos a los enriquecidos de este país, y estos dineros se les hubieran invertido a PEMEX, tendríamos en este momento arriba de 20 refinerías y la mejor tecnología en la paraestatal pero además, gasolinas baratas. Es más, con los dineros devueltos a los empresarios durante el gobierno de Felipe Calderón PEMEX tendría en estos momentos no 30 mil millones de dólares para inyectárselos a la empresa pública, sino 60 mil millones de dólares con lo que se les caería el argumento de que el Estado no tiene dinero para esa industria.
 
Y todo esto a pesar de la enorme carga tributaria de nuestra petrolera que entre más gana, más pierde.
 
Como se observa el problema de Petróleos Mexicanos no es de pesos, sino de ideologías y entreguismo de nuestros gobernantes con los trusts petroleros.