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Columnas y artículos de opinión
Los procesos de coalición en Baja California, Quintana Roo y Veracruz
Eduardo de la Torre Jaramillo
15 de marzo de 2013
alcalorpolitico.com
Realizar estudios regionales sobre procesos políticos locales es sin duda un ejercicio académico muy interesante, empero en esta ocasión y de acuerdo al espacio de una columna política, sólo realizare algunas observaciones con la finalidad de realizar un ejercicio de información con ciertos tintes de pedagogía política y que sirvan de lección y reflexión para los veracruzanos.

Empiezo con Baja California, debido a que visite ese estado en la primera semana de enero, allá el gobernador José Guadalupe Osuna Millán, gobierna para todos los bajacalifornianos no para Acción Nacional, y en su carácter de demócrata nunca intervino en el proceso político, donde se observa un órgano electoral autónomo con reales consejeros ciudadanos que cumplen con su papel de ser garantes de una elección, allá como todo se procesó bajo la normalidad democrática no se judicializo ninguna etapa del proceso electoral.

Que decir de los partidos políticos, allá se pudo concretar una coalición electoral entre el PAN, el PRD y el partido Bajacaliforniano; donde Acción Nacional en tiempo y forma emitió su convocatoria para elegir candidato a gobernador, donde por cierto salió electo el pasado domingo con el 75% de la votación Francisco (Kiko) Vega Lamadrid, exalcalde de Tijuana y el Tesorero del gobierno del estado, un demócrata que fue "disciplinado" en dos ocasiones para no ser candidato a la gubernatura, quien tuvo que esperar 12 años para ser candidato, resalto esa cultura política democrática, donde no renuncio a Acción Nacional por no haber sido postulado, lo cual es una muestra de que si bien tenía aspiraciones legítimas nunca demostró que su ambición personal estuviera por encima del albiazul o de los propios bajacalifornianos. En el caso del PRD y el partido local fueron tratados con generosidad y profundo respeto en el interior de esa coalición; ahora el reto es convencer a los ciudadanos después de 24 años de gobiernoa panistaa que pueden ahora ser gobernados bajo esa coalición.


En el caso de Quintana Roo, donde me encuentro esta semana por invitación de mi amigo, Julián Ricalde, alcalde de Cancún (Benito Juárez), y de mi amiga la diputada local del PAN, Yolanda Garmendia; en este estado que el gobernador es un priísta, Roberto Borge Angulo, si bien ha intentado intervenir en el proceso electoral, no ha podido alterar el proceso electoral por la fuerza política, la estrategia y la integridad ética del PRD y del PAN, por ejemplo los dirigentes municipales del PRD y del PAN son dos jóvenes comprometidos con la democracia y con ser una oposición responsable, el primero es Salvador Diego de 26 años y la segunda es Jessica Chávez de 23 años.

En el caso del PRD es una auténtica maquinaria política en Cancún, ya que es un partido vivo, que hace política cotidianamente, el cual esta conformado por una estructura electoral no temporal sino desde hace 2 años que mantiene una comunicación directa con la población; además de mantenerse como un partido de izquierda que confronta al gobierno desde una posición política creativa, institucional, lo que lo hace un partido fuerte que no tiene cabida para los mercenarios que viven como lapas del gobierno priísta.

En el caso del PAN, si bien la militancia es pequeña tiene una traducción fuerte en votos, además mantiene liderazgos civicos que provienen del empresariado, quienes tienen organizaciones civiles donde participan con plena libertad en los asuntos públicos, incluso existe una coordinación muy estrecha política y comunicacional entre el comite municipal y el estatal, inclusive con los 2 regidores del ayuntamiento de Cancún donde el sistema PAN actúa de manera estratégica, ya que tienen una sincronía para responderle al gobierno. Por ejemplo, el dirigente estatal con toda su legitimidad política y ética frenó a una aspirante a la alcaldía de Cancún que estaba opinando mediatáticamente que buscaría la alcaldía por ese municipio, allí fue atajada de manera directa por aquel diciéndole "en el acuerdo de coalición, la alcaldía le pertenece al PRD", ese es un sentido de respeto así mismo y para con el partido coaligado, ya que fue una muestra del compromiso político partidista en una coalición; el frenar los apetitos personales en el marco de un acuerdo político donde se respeta al otro partido político y a sus aspirantes; esto con todo lo complejo que podría parecer es una muestra de civilidad y racionalidad política. Esta es una coalición muy sólida que seguramente ganará por cuarta ocasión el municipio de Cancún y que los estará posicionando para ganar la gubernatura en el 2016.


En el caso de Veracruz, no realizare un recuento de lo que fue el proceso de una fallida coalición que propuse como una idea y estrategia política el pasado 15 de junio de 2012, el ejercicio comparativo es ilustrativo frente a esas dos entidades federativas; donde gobierna el PAN se respeta el proceso electoral, no así donde gobierna el PRI, la diferencia esta en la solidez de los partidos de oposición, quienes al no estar corrompidos por el gobierno estatal pueden defender y consolidar una coalición ganadora; otra parte son los dirigentes políticos, ya que cuando actúan con ética de la responsabilidad, respeto a los acuerdos pactados en el interior de una coalición, emisión en tiempo y forma de las convocatorias, el compromiso con la misma para no generar ruidos internos con quienes privilegian sus mezquinas y muy estrechas aspiraciones políticas dañando una coalicion, y finalmente nuestra militancia que esta podrida desde las raíces, cuando por ejemplo en el PAN, los jóvenes se han fraude para elegir a sus dirigentes o en el PRD donde sus liderazgos jóvenes cobran en la nómina del PRI, pues difiícilmente tendremos en el corto plazo políticos que se diferencien del número tan elevado de mercenarios políticos que tenemos en Veracruz, por eso la democracia en nuestra entidad esta envenenada de origen; allí sólo la ciudadanía tendrá su única arma para castigar electoralmente al PRI y a la oposición por su comportamiento contrario a la legalidad y a la democracia, la cual debe ser llamada "kakisticracia", el peor de los gobiernos.