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Columnas y artículos de opinión
Desde Zimpizahua
Autoridades policiacas cómplices y corruptas
Joaquín Alcántara Hernández
8 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
Antes que nada remarcamos por enésima ocasión que esta pluma tiene por norma dejar perfectamente clara su postura sobre la ‘Cláusula de exclusión’, o lo que es lo mismo la máxima que establece: ‘No hay regla sin excepción’… en otras palabras, cuando expresamos nuestra indignación por ineptitudes o medidas oficiales impuestas por gentuza barata y corrupta que usurpa el poder, siempre aclaramos que excluimos de ese comentario a gente valiosa con oficio y vocación de servicio que merece todo nuestro respeto; porque como dice el refrán: ‘Ni están todos los que son; ni son todos los que están’… de tal suerte que esta modesta pluma escribe con la verdad que salta a la vista de todos. Así lo hemos hecho siempre y agradecemos infinitamente la gentileza de los lectores que nos honran con su tiempo. Sin embargo, mire usted lo que son las cosas, nos hemos llevado sorpresas cuando algunos amigos se ponen el saco de mensajes que no iban dirigidos a ellos… jajaja… ‘Ver para creer’… entonces se muestran cortos, resentidos… solitos se auto clasifican. ¡Qué pena por Dios!
 
Bien, aclarado lo anterior y excluyendo como siempre a quienes merecen el reconocimiento público; volvemos con el tema que hace algún tiempo abordamos. Fue la inconformidad y descontento por parte de la ciudadanía coatepecana, sobre la manada de infelices delincuentes disfrazados de policías que conformaban el ‘Cuerpo policiaco’ (¿?) de éste, nuestro Pueblo Mágico, ¡Hágame el ‘refavrón cavor’! Las autoridades correspondientes no movieron un dedo, ¡Vamos!, ni se inmutaron.
 
Escribí en ese entonces que un sábado al mediodía mi ranchero Cesáreo, (hoy difunto) en la parte trasera del mercado Rebolledo de este otrora tranquilo y seguro Coatepec, había sido asaltado con pistola en mano frente a los transeúntes que en ese momento también hacían sus compras. Fue despojado de sus pocas pertenencias y de su salario. La gente espantada corrió. La policía nunca llegó. Era clara la complicidad que desde entonces ya era cínica y a todas luces. Así lo hicimos ver en aquel escrito ante la opinión pública y ante el importamadrismo oficial.
 
Pero el martes pasado por la tarde ya se sabía por todo Coatepec que nuestra ‘flamante policía municipal’ había sido sorprendida ‘in fraganti’ haciendo una vez más de las suyas. Después, por la noche en cadena nacional la televisión sacaba la nota sobre la captura de estos miserables malhechores. Luego el propio noticiero invitaba a que “si usted reconoce alguno de estos ‘policías’ denúncielos”. Vino entonces a mi mente la plática que sostuve esa misma tarde con un gran amigo que solo en caso extremo y con su autorización publicaría su nombre. Pues ciertamente ha recibido amenazas y tiene pánico a las represalias. Esa ‘invitación’ de la televisión para que las víctimas hagan sus denuncias está de sobra, no es posible. Vea usted por qué, de viva voz me informé que los supuestos policías con todo y patrulla se dedicaban a asaltar aquí en Coatepec. Fue así que le robaron entre otras cosas su equipado celular que había adquirido y que aún sigue pagando. Alguien le aconsejó que llamara rápido al Ministerio Público; así lo hizo; pero ¡¡¡Ooooohhhh decepción!!!… le dijeron que mejor no levantara ninguna denuncia, que no le buscara ‘mangas al chaleco’ y que mejor se fuera a descansar a su casa si no quería exponerse a que le pasara algo peor… ¡Imagínese! en manos de quienes está nuestra seguridad. Por esta situación ya inocultable hace mucho ruido ese ‘Seguro antisecuestros’ que el gobierno habría de pagar a los ‘secuestradores’… échele coco e interprete las comillas…
 
Así las cosas, la gente ahora vive atemorizada, se percibe el miedo, hay inquietud, zozobra, esa es la dura y lamentable realidad. Vergonzoso es también hasta donde hemos llegado. Aquel Coatepec sagrado, hermoso, tranquilo y seguro lo está perdiendo todo. Recordamos al Coatepec protegido, limpio, sereno, calmado cuando salíamos a media noche de la cancha de la escuela primaria Benito Juárez después de presenciar los formidables encuentros de basquetbol. Pero ese Coatepec ya no es ahora; pareciera que se fue para no volver. Y la verdad es que todos debemos hacer algo, usted, yo, todos. No serán los asiáticos o franceses que vendrán a corregir lo que a nosotros como coatepecanos nos corresponde. ¿Ok?
 
O sea, Enrique Peña Nieto deberá reforzar también aquella batalla que tantas veces se le criticó a Calderón y deberá hacerlo por todos los rincones de nuestro México lindo y querido. ¡Sí señor!, porque es una irrefutable verdad que por todas partes México necesita autoridades dignas, que tengan agallas, coraje, decisión. Autoridades valientes, responsables. Seamos realistas, Peña Nieto solo, no lo podrá hacer. ¡México somos todos! Y en la medida de nuestras posibilidades debemos contribuir para recuperar calidad de vida, porque ciertamente, sin tranquilidad, no hay calidad de vida. Tengamos presente que las denuncias anónimas son la opción obligada de los tiempos actuales. ¿Ok?...
 
Ojala los partidos políticos nos ofrezcan en sus próximas candidaturas a gente con trayectoria cumplidora, son seriedad, que inspiren confianza y sobre todo que tengan los tamaños y la capacidad resolutiva con don de mando para que se recupere el orden y no se pierda el sentido de autoridad. Estamos hablando de todo Veracruz, de todo México. Porque no solo se trata de nuestra propia seguridad y la de nuestras familias, sino de miles de inocentes, de jóvenes y de infantes cuyo crecimiento se desenvuelve en ese medio inseguro, violento donde los buitres los envenenan a ciencia y paciencia de autoridades tibias, cómplices, miopes, traicioneras e hijas de la chicharra.
 
Que se sienta, pues, el respaldo de la ciudadanía y hagamos causa común para que ese cáncer policiaco que ahora estaba en Coatepec no regrese y se extermine no solo de nuestra bendita patria chica, sino de todo México. ¡MEXICO SOMOS TODOS! ¡Viva México señores!!... Ajúaaaaaaaa…