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Columnas y artículos de opinión
Prosa Aprisa
Con la prensa, algo no funciona bien
Arturo Reyes Isidoro
8 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
La foto es elocuente: como a un vulgar delincuente, haciendo uso de la fuerza, policías llevan del brazo, detenido, a un fotógrafo del portal alcalorpolitico.com.
 
Según refiere la nota respectiva, acto seguido al compañero lo esposaron de las manos, lo empujaron, le dieron un golpe y lo despojaron de su gadget con que tomaba las gráficas.
 
La arbitrariedad no paró ahí. Todavía se le ordenó a una mujer policía que lo exhibiera en la calle “para que le de vergüenza”.
 
Tiempos después, antes de ser liberado, aplicándole una “llave” lo obligaron a posar con la cara levantada para tomarle una fotografía para el archivo policiaco.
 
El único delito que había cometido el compañero era haber cumplido con su deber: cubrir tomando fotos un conato de incendio.
 
En su “Columna sin nombre”, el colega Pablo Jair Ortega, que publica en el portal veracruzanos.info, entre otros espacios, resume la situación que se vive:
 
Contrario a lo que se anuncia de manera oficial, la realidad desmiente a cualquier discurso, a cualquier anuncio, a cualquier desayuno: no hay libertad de prensa en Veracruz.
 
“Y no hay libertad de prensa porque las agresiones de la Policía Estatal Acreditable, la nueva corporación según más preparada, está arremetiendo contra fotógrafo o periodista que se le antoje, sin ningún castigo o reprimenda.
 
“Las agresiones han incrementado en las últimas semanas como si se buscara romper el récord ya establecido que tiene el estado de Veracruz a escala nacional e internacional”.
 
Pablo Jair hace un recuento de los últimos hechos en que compañeros han sufrido agresiones, hasta el ocurrido este domingo.
 
Sinceramente, yo no creo que provenga del gobernador Javier Duarte de Ochoa alguna instrucción de agredir a la prensa e impedir que cumpla con su trabajo.
 
Creo que el joven Ejecutivo está siendo víctima también de la falta de juicio, de sensibilidad y de respeto hacia la prensa por parte de algunas áreas de su gobierno.
 
Primero fue el caso de Félix Márquez, fotógrafo de la agencia Cuartoscuro; luego, el de David Bello Taboada, del Diario de Xalapa; siguió Víctor Fuentes, de la agencia Multigráfica; el más reciente había sido el del jefe de Información de El Mundo de Córdoba en Huatusco, Enrique Zamora Díaz, y de la reportera del mismo diario, Juliana Rincón Córdoba, a los que se sumó ahora el de ayer domingo.
 
¿Quién tiene interés en confrontar a la prensa con el Gobierno del Estado?
 
Para nadie es un secreto que la peor crisis a la que se enfrenta la administración estatal es la relacionada con los medios de información.
 
Pero en lugar de tratar de componer o recomponer las cosas, personal del Gobierno del Estado contribuye a dañar la imagen de la institución y de paso la de su titular. O a deteriorarla más.
 
Por invitación, me ha tocado estar en reuniones de columnistas con el gobernador Javier Duarte y yo sólo he visto trato cordial y respetuoso, hasta amistoso si se quiere, con varios colegas. Incluso pienso, por lo que se advierte, que con algunos sostiene excelente relaciones.
 
Pero algo no funciona bien. Son sus colaboradores encargados de aplicar la ley o los jefes de quienes han cometido las agresiones quienes debieran cuidar y proteger su imagen actuando, procediendo, castigando a los infractores.
 
De las agresiones denunciadas y documentadas incluso con fotografías, pese incluso a haberse dado nombres de personas o de corporaciones a las que pertenecen, hasta ahora no se sabe de un solo caso, de uno solo, en que se haya procedido para el castigo correspondiente. Es decir, tristemente reina la impunidad.
 
Las “recomendaciones” ni las disculpas no sirven ni valen. Lo que cuentan son los hechos. Y como los “servidores públicos” ven que no se les molesta, las agresiones continúan.
 
Durante muchos años se dijo que la prensa era el cuarto poder e incluso al periodista se le llegó a considerar intocable. Hoy, cuánto cambiaron las cosas.
 
La prensa desde hace meses vive una situación difícil en el estado. Primero se atribuyó a la delincuencia organizada. Hace buen tiempo las agresiones provienen de las propias autoridades.
 
Ayer, entre el gremio de fotógrafos había indignación. Sienten impotencia. Se sienten desprotegidos. Les invade el temor. No saben a quién acudir en busca de protección.
 
Algo se tiene que hacer, pronto. La crisis se ahonda. Debe castigarse a todos los que han cometido agresiones contra la prensa. Ese debe ser el primer paso para tratar de restablecer el clima propicio, el mejor clima para el pleno ejercicio de la libertad de prensa en Veracruz y una buena relación, de entendimiento con respeto Prensa-Gobierno.
 
Yo les envío un abrazo y les expreso mi solidaridad a todos mis compañeros. Nada ni nadie los debe detener en el cumplimiento de su deber.
 
Yo sé muy bien que la tarea no es nada fácil, pero no podemos claudicar ante la gran responsabilidad que tenemos con nuestros lectores, con la sociedad y con nosotros mismos.
 
***
 
Me llegan fotos y videos de San Andrés Tuxtla. Viejos conocidos míos priistas me piden comentar que su partido deberá actuar con mucho cuidado para seleccionar su candidato a alcalde, pues lo que pretenden mostrar con las imágenes es la aceptación que tiene Silvano Torres Xolio.
 
En efecto, se muestra mucha gente, 15 mil almas, me dicen, que se reunieron el viernes por la noche en el campo deportivo ESBIO a convocatoria suya, y citan otra cifra igual en la marcha que organizó en apoyo al candidato tricolor a diputado local, Octavio Pérez Garay.
 
Dado la efervescencia que se levanta en estos tiempos electorales en los municipios del estado, algo que me llama la atención es que Torres Xolio, de acuerdo a sus simpatizantes, ofrece institucionalidad, esto es, luchará ahora hasta el último recurso por lograr la nominación, pero, caso contrario, se mantendrá en su partido trabajando a futuro por si su partido decide otra cosa.
 
Pero, me aseguran, de que tiene con qué, los delegados del CDE lo han podido comprobar. Erick Lagos Hernández, quien ha sido diputado por ese distrito, seguramente habrá de tomar la mejor decisión y no ha de ignorar cuál es la situación real del municipio por cuanto a preferencias electorales se refiere.