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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
La precariedad del empleo en Veracruz
Hilario Barcelata Chávez
8 de abril de 2013
alcalorpolitico.com
La mitad de los nuevos puestos de trabajo que se crearon en Veracruz en el período 2010-2012 corresponden a la economía informal, es decir, de las 206,836 personas que obtuvieron una ocupación, 104,017 lo hicieron en alguna actividad de carácter ilegal.

De igual modo, se observa que la mayor parte de quienes obtuvieron una nueva ocupación, tienen remuneraciones muy reducidas. Por esta razón es que la Economía informal representa una fuente muy importante de empleo, ya que ahí se concentra un total de un millón 113 mil puestos de trabajo, es decir, el 36% del total de la población ocupada. Este grupo de personas se conforma con 800 mil en el sector informal de la industria y los servicios, 159 mil en el trabajo doméstico y 157 en la agricultura informal.

Otra debilidad estructural del empleo en Veracruz, es que el crecimiento de la ocupación se dio gracias al crecimiento de puestos de trabajo mal remunerados. En total, los nuevos puestos de trabajo alcanzaron una remuneración de uno a tres salarios mínimos (sm), en cambio los empleos con una remuneración superior se redujeron en 72 mil personas.


Por esta razón, la mayor parte de la población ocupada recibe una remuneración sumamente raquítica: 10% no recibe ingresos, 17.6% recibe hasta un s.m., 30.4% recibe entre uno y dos s.m. y un 20.1% recibe entre dos y tres s.m. Esto significa que el 80% de la población ocupada recibe una remuneración, cuando más, de tres salarios mínimos (5,400 pesos al mes).

Lo más grave es que esto representa una agudización del problema de las paupérrimas remuneraciones, pues en 2010, el porcentaje de población ocupada, en esta situación, era de 66%.

La precariedad del empleo, explica la persistencia de la pobreza en Veracruz, pero también evidencia una situación sumamente riesgosa y preocupante: el crecimiento económico estatal no se está traduciendo en mejoramiento del bienestar social. Es decir, se está generando riqueza, la producción está creciendo, tal como se puede observar al analizar el crecimiento el comportamiento del Producto Interno Bruto estatal (PIBE), sin embargo esto no ha generado ni mejores remuneraciones, ni mejores condiciones de trabajo. Es decir, el crecimiento de la producción no está sirviendo como un mecanismo para reducir la pobreza. Esto significa entonces que los beneficios del crecimiento económico se están concentrando en unos cuantos.


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