Tiempos aquellos. El colega Edgar Hernández, a la sazón coordinador de Comunicación Social de la administración del gobernador Fernando Gutiérrez Barrios, lo ha evocado 26 años después.

 

En su columna “Línea Caliente” de ayer lunes (“Ausencia de diálogo”), el periodista narra detalles, hasta ahora inéditos, de la visita de Gutiérrez Barrios al penal de Allende, en el puerto de Veracruz, para verse cara a cara con el cacique y pistolero sureño Cirilo Vázquez Lagunes.

 

Recuerdo que era el año 1987 y la clase política de entonces, cuando supo lo ocurrido, reprobó el proceder del llamado “Hombre Leyenda” porque consideraba que él como gobernador no tenía por qué bajar a niveles de un delincuente; que lo que hizo lo debió haber hecho algún colaborador suyo, pero no él. Pero lo hizo.

 

Edgar publica que el entonces Procurador Jorge Uscanga Escobar le informó a don Fernando que Cirilo estaba causando desorden en el penal. Gutiérrez Barrios le dijo que no se preocupara, que él lo resolvería.

 

Dicho y hecho. Sin decirle a nadie, montó en un helicóptero y se fue al puerto jarocho. Llegó al centro de reclusión y entró solo y sin armas. Demoró un buen rato adentro (Edgar dice que fueron 40 minutos) y desde entonces quedó la duda qué fue exactamente lo que hablaron.

 

El colega dice que muchos años después, a petición expresa, don Fernando le platicó lo que pasó aquel día, adentro:

 

“Pues en primer lugar verme trasponer la reja le causó una enorme sorpresa. Iba yo desarmado en el sentido figurado ya que yo representaba a la institución… le dije que no se podía pelear con el aparato ni pretender con la justicia un traje a la medida y le platiqué aquel apotegma juarista de justicia y gracia al tiempo que me comprometí a que se revisaría su proceso legal con la celeridad que marca la ley, todo a cambio de que cesara sus presiones y que en cuanto quedara en libertad se fuera de Veracruz”.

 

Cirilo, en efecto, cuando salió, se fue a vivir a Puebla. Edgar apostilla: “Hay quienes ven en el diálogo la respuesta a todos los problemas. Hay quienes en la cerrazón encuentran su solución. Cuestión de enfoques”.

 

Pero ese era el estilo de gobernar de don Fernando, con quien también, en el área de Prensa, junto con Edgar, tuve el honor, el aprendizaje y la experiencia de colaborar.

 

En otra ocasión, nunca se me olvida ni se me olvidará, casi comenzando su gobierno, se dispuso que una cuerda de reos fuera trasladada del penal de Allende en el puerto de Veracruz a la fortaleza y prisión de Perote.

 

Un reportero de la sección policiaca del Diario de Xalapa se enteró y con un fotógrafo se fue a cubrir el hecho a Perote. Era invierno, un crudo invierno y el operativo, por seguridad y discreción, se hizo de noche, a la media noche.

 

Apenas habían bajado unos cuantos prisioneros y el fotógrafo tomado algunas imágenes, cuando el jefe del operativo, un joven militar, capitán si no mal recuerdo, muy cercano a Gutiérrez Barrios y a quien se auguraba un gran futuro policiaco en Veracruz, ordenó que detuvieran a los periodistas.

 

A los colegas los encerraron en una mazmorra y no los soltaron en toda la noche sino hasta el clarear del día siguiente, cuando terminó el traslado. Cuando enteraron de lo sucedido al entonces propietario y director del Diario, Rubén Pabello Acosta, éste, justificadamente, montó en cólera.

 

Al otro día (no había entonces todos los adelantos de comunicación que ahora conocemos y usamos) el Diario de Xalapa publicó en su encabezado a 8 columnas que reprimían la libertad de prensa en Veracruz y en forma enérgica protestaba y demandaba justicia.

 

Ese día, lo primero que hizo don Fernando fue convocar a conferencia de prensa muy temprano para anunciar que había cesado al capitán, ofrecer disculpas al periódico y reiterar que garantizaba la libertad de prensa en Veracruz. En efecto, a nadie de la prensa nunca más se le molestó.

 

Al capitán, a quien los jóvenes periodistas de entonces habíamos conocido en la campaña y hasta habíamos hecho buenas migas con él, don Fernando, no obstante que le tenía aprecio y era un prospecto al que le veía futuro, nunca más lo volvió a recibir en su despacho, porque el militar trataba de obtener su gracia y quedarse en el Gobierno.

 

Cuando se fue, se fue, para la prensa de entonces, por su trato respetuoso y cordial con la gente del gremio, como el mejor gobernador que ha tenido el estado. Hasta la fecha, muchos sobrevivientes de entonces lo siguen considerando así. Que en paz descanse aquel que fue buen y gran amigo de todos nosotros.

 

Mientras que en el PRI ya registraron a sus aspirantes a candidatos a diputados locales y están en el registro de los que desean ser presidentes municipales, en el PAN, el próximo domingo celebrarán su proceso interno para elegir candidatos tanto a diputados locales por mayoría relativa como a alcaldes, síndicos y regidores.

 

Lo harán por votación directa en 110 mesas receptoras del voto y de su padrón de militantes, de aproximadamente 17 mil, sólo votarán 9 mil, ya que, según dijeron en conferencia de prensa, en 96 municipios y en 13 distritos la elección de candidatos será por designación.

 

En el puerto de Veracruz como en Boca del Río, donde conservan mucha fuerza, la contienda está reñida. En éste último, aseguran panistas, se fortalece Sergio Vaca Archer. De éste, según blanquiazules, sorprendió con su registro como precandidato, pues de litigar en su despacho, casi en el anonimato, ha despertado una gran euforia en el panismo boqueño, al punto de que, aseguran, tiene serias posibilidades de derrotar a su adversario Miguel Ángel Yunes Márquez.

 

Vaca Archer es hijo del destacado y combativo abogado Sergio Vaca Betancourt, ex diputado federal y local panista, lo que seguramente también le ha allegado simpatías, y desde 1989 es miembro activo de este instituto político. El precandidato ha dicho en declaraciones que su proyecto no es personal sino de los panistas: “el candidato de los verdaderos panistas de Boca del Río”, se proclama

 

Ayer en Notiver, en primera plana se publicó una declaración suya en el sentido de que lo importante del proceso de su partido es fortalecer las siglas y no una candidatura personal.

 

Habrá que estar pendientes de los resultados del domingo, porque de ahí también se tendrá una idea de cómo le puede ir al tricolor en la contienda.