icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Educación para trabajadores
Guillermo H. Zúñiga Martínez
4 de mayo de 2013
alcalorpolitico.com
Ha sido muy difícil aceptarlo, pero es la realidad: A pocos jefes de instituciones se les ocurre pensar y actuar en beneficio de los trabajadores. Tal parece que la situación que guardan es inmodificable, que así como viven deben seguir. Las condiciones sociales y económicas que tienen son inconfundibles, porque cumplen con sus tareas dentro de un horario y al terminar se retiran a sus hogares o a otros lugares acostumbrados, y así transcurren sus vidas.
 
Lo que en la Universidad Popular Autónoma de Veracruz nos hemos propuesto es encontrar soluciones a este problema, porque depende de varios organismos el permitir avanzar hacia el reencuentro de la personalidad humana, siempre y cuando se disponga de los instrumentos básicos para incursionar en una actividad que inspire el pensamiento y los deseos de ser diferentes en todos los ámbitos. Es por estas razones que la UPAV ha firmado convenios con algunas organizaciones sindicales a fin de darles facilidades para que sus representados incursionen en el estudio, la reflexión y la investigación. Esta ha sido la forma en que muchos asalariados han encontrado satisfacciones y nuevos derroteros para su existencia.
 
El pasado primero de mayo observé el vigoroso desfile que se acostumbra año con año; pude apreciar a los líderes de los obreros marchar junto al señor gobernador del Estado, doctor Javier Duarte de Ochoa; leí los mensajes, aprecié las actitudes y compartí los deseos de ser mejores cada día para convertir a las familias en núcleos cada instante más perfectos y saludables, porque de cada obrero dependen hombres y mujeres que desean ser mejores cada día. Cuando los vi transcurrir por las calles principales de la ciudad de Xalapa, pensé que a esas pretensiones deberían agregar la de tener las facilidades necesarias para estudiar, porque de esa manera la sociedad cambiaría.
 

Lo que deseo destacar es que el presente régimen es partidario de que la cultura se expanda y llegue a donde se necesita, porque la educación es una actividad que busca el bien de los ciudadanos y debe avanzar con la fuerza que se desprenda de cada aprendiente.
 
Para estudiar sólo se requiere disposición del interesado y encontrar apoyo por parte de las empresas e instituciones educativas. Éste es un mero problema de organización y de querer servir a los demás, principalmente a los que aspiren a superarse, a los que deseen cambiar sus vidas, a quienes quieran alcanzar ideales, combatir la ignorancia y apoderarse de los conocimientos necesarios para transformar su existencia.
 
Afortunadamente la UPAV ha encontrado el valioso y desinteresado apoyo de dirigentes de organizaciones obreras como lo son la CTM y la CROC, porque don Enrique Ramos Rodríguez y Tomás Tejeda Cruz han sido muy comprensivos y partidarios de que la ilustración llegue de manera natural y generosa a sus representados; las acciones han sido las correctas y los avances se van notando de acuerdo a los propios intereses de los trabajadores.
 

Definitivamente, en las mentes de quienes se consideran educadores vanguardistas ha vivido un error, porque han marginado de sus planes a los hombres y mujeres que sobrepasan la edad escolar y que no tienen las condiciones económicas para abrazar estudios que los puedan conducir hacia metas y ambientes superiores. Las mejores preocupaciones se ubican en cómo ofrecer y atender bien a las nuevas generaciones y eso es correcto, pero también deberían preocuparse por el pueblo, porque todos tienen y gozan el derecho a educarse.
 
Lo que estamos haciendo un grupo de promotores educativos en la UPAV, es tratar de localizar a los grupos de trabajadores que han externado sus deseos de estudiar y avanzar intelectualmente, con el fin de brindarles los servicios universitarios; es obvio que eso representa ciertas dificultades pero son totalmente atendibles porque se tiene la voluntad de encontrar soluciones. De esta forma se hallan días, horas y momentos para que no descuiden sus obligaciones y descubran fórmulas para salir adelante. Lo más importante es que tengan la tenacidad para alcanzar los fines que persiguen. Esto es lo más valioso que se está realizando porque lo que interesa es servir cada vez mejor a nuestros semejantes con devoción y firmes convicciones.
 
Difundir la cultura es una de las acciones más bellas que pueda emprender el ser humano. Lo deseable es que ese esfuerzo sea general y no encuentre obstáculos en su desarrollo porque, desafortunadamente, existen personas que no comprenden las acciones que se dirigen especialmente en favor de nuestros semejantes menos beneficiados. La cultura es de todos y es lo que distingue al hombre.
 

[email protected]