icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
En Caliente
Muerte asistida
Benjamín Garcimarrero
3 de febrero de 2014
alcalorpolitico.com
Mortanelo, aprovechando el invierno en que los meses de enero y febrero dan pie al desviejadero; decidió pelar gallo como Dios manda, entre la Candelaria, el Carnaval y las agresiones a la Constitución General de la República.
 
A los setenta y cinco años cumplidos, bien vividos y bien bebidos, llegó a la conclusión de que ya era hora de alcanzar la felicidad mediante el sencillo expediente de no levantarse a orinar seis veces durante la noche. Dejaba resuelto a la vez la imposibilidad de dar más de cinco kilómetros por meada durante el día.
 
Aprovechando precisamente el 14 dedicado al amor, reunió a su familia y habló de la siguiente manera:
“Queridos hijos, nietos y demás engendros; me he dado cuenta que el momento vital al que he llegado, no tiene reversa; en las pláticas de sobremesa, he notado que los jóvenes hablan un idioma extraño, con palabras extraídas de la televisión, tecnicismos telefónicos ininteligibles, con léxico entre el griego, latín, cirílico, sanscrito y esperanto.

 
Las voces se han vuelto rumores que yo no alcanzo a oír, las expresiones son gesticulaciones que veo parcialmente. Las leyes que acostumbro estudiar son tantas y tan repetidas que han vuelto confuso el estado de derecho; lo que antes era sencillo, inteligente y lógico, ahora es turbio, retorcido y perverso.
 
Así que les aviso que para no darles la pena de un suicidio, he dispuesto dedicar parte de mis ahorros a consultar médicos, porque tengo la absoluta certeza de que en menos de un mes harán lo necesario para que muera decorosamente.
 
Mi estrategia está pensada; simplemente le comunicaré al médico que me asiste, que ya no tengo los recursos económicos para seguir pagado consultas, ni medicinas y con ello, de seguro pondrán su mayor esfuerzo por acabar conmigo.

 
Solo les recuerdo que empecé con un dolor de callo, de inmediato me detectaron la posibilidad de un pie diabético que me llevó al laboratorio en el que resultó negativo el examen, ante esta desgracia médica, había que ver el porqué de la hemorragia nasal, y lejos de suponer un moco rasguñado, decidieron que las plaquetas y los glóbulos rojos sufrían de algo extraño, de inmediato fui a un análisis clínico y un diagnóstico terrorífico, requería una punción en la barriga, otras dos más que me da pena decir donde, un hígado nuevo y encebollado, un fuste abajeño, un diurético, vitamina C, K, Hierro, etc. Y me quitaron todo lo que más me gusta. El colmo; yo que siempre desayune chile con huevo, acabaron quitándome el chile y los huevos;  Ahora puro cereal.
 
No sé si llegue a mi cumpleaños, pero en el caso, la mesa de regalos la pondrán en Farmacias Guadalajara, porque dan más barato hasta que las del ahorro.
 
Con la experiencia de la especulación de los laboratorios, de la falacia de las vacunas que deben estar enriqueciendo a una buena parvada de curanderos, con la reforma fiscal, política, petrolera, y todas esas zarandajas; ¿Creen ustedes que esto es vida?... ¡Pues no!, pero la manera más segura de irse al Mictlán es ponerse en manos de un médico que con absoluta certeza sabe, o al menos intuye como acabar conmigo en un dos por tres.

 
Conste que no es ésta una de las mil formas de morir, sino la única segura y verdadera.
 
Me atrevería a recomendar algunas instituciones, pero seguramente ustedes querida familia, tiene mejores ejemplos que los que yo sugiera. Lo que si recomiendo es que, antes que al consultorio, llamen esta semana al notario de confianza para hacer mi testamento.
 
Gracias y deséenme buen viaje”.