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Columnas y artículos de opinión
MOPI: 25 años de lucha honesta y libre
Uriel Flores Aguayo
6 de junio de 2014
alcalorpolitico.com
Con algunos años previos de trabajo social y activismo político, simbólicamente desde 1976, año de la campaña electoral sin registro del PCM y Valentín Campa, de la huelga de AU y movilizaciones campesinas, fue hasta el año 89 que se le dio forma en Xalapa y otras regiones a una organización social denominada Movimiento Popular Independiente que, por lo tanto, cumple su vigésimo quinto aniversario este 2014. El MOPI se definió de origen a favor de la libertad, la solidaridad y la igualdad en un planteamiento amplio, generoso y romántico; también fue muy claro en asumir su rol como organizador popular, gestor y de reivindicación ciudadana. Estamos ante un cuarto de siglo de una organización social constante, sería y real; no es nada fácil mantenerse todo ese tiempo con evidente presencia pública y sostener una línea crítica y autónoma. En este extenso lapso hemos visto surgir, apenas sostenerse y extinguiese a una variedad inagotable de siglas y membretes. En un medio controlado y clientelar es muy difícil intentar la creación de una organización independiente. Sólo es posible por la voluntad política democrática de un grupo dirigente y promotor, la dignidad de líderes de base y la actitud libertaria de grupos sociales. 
 
Es la constancia, el sacrificio y la honradez lo que explica la continuidad y consolidación del MOPI, viviendo altibajos, incomprensiones del entorno progresista y la frialdad antidemocrático de los tres niveles de Gobierno. Entendimos desde el principio que el trabajo social debía empatarse con la política electoral, para no aislarnos, para canalizar propuestas de política pública, formar equipos y para construir ciudadanía. Desde el inicio el MOPI obtuvo regidurías en varios cabildos, pero es en Xalapa donde su presencia en el Ayuntamiento ha sido constante, sólo interrumpida por la injerencia gubernamental en procesos internos en 2010. 
 
La forma de ser del MOPI es sencilla, pone por delante la dignidad de las personas y combina la presencia apenas perceptible con las movilizaciones; son muy vistosas sus marchas los días primero de mayo, fecha llena de simbolismo y cuando el MOPI se muestra en casi toda su fuerza. Prácticamente nunca ha dejado de contar con oficinas y locales varios, en la idea de que, sin espacios de reunión y atención propios, no se puede hablar de una organización sería y sólida. Por esa y otras muchas razones, como no cobrar cuotas de nada, el MOPI se ha ganado la confianza de sus integrantes y el respeto de funcionarios, organizaciones y periodistas. No hay absolutamente ningún señalamiento de fraude, engaño o cuestión negativa que se le pueda señalar al MOPI. 
 

Después de estos años de trabajo libre y honesto, con la presencia en sus filas de la mayoría de sus fundadores, nos hemos constituido en una especie de familia, donde hay camaradería y confianza. Con esas bases es más fácil seguir y pensar que el MOPI tiene larga vida. De las curiosidades que tiene el MOPI están sus excursiones y sus convivios, donde no sólo todo es voluntario sino que se realizan con la cooperación de los asistentes. Eso es insólito en el medio de las organizaciones sociales, sobre todo las de carácter oficialista, donde casi todo se mueve con despensas y recursos públicos.
 
En la ya larga marcha de los 25 años nos hemos visto sometidos a presiones y a la pérdida de varios compañeros (as), los extrañamos, pero nos hemos sobrepuesto. De la adversidad hemos salido fortalecidos, con rumbo y liderazgo. Ahora pasamos por un buen momento político, tenemos posiciones de representación popular, y también en lo organizativo, con fuertes líderes de base y con muchos jóvenes que tienen inquietudes sociales. Finalmente estar en el MOPI es definirse por la opción del trabajo social, lo que supone la conciencia respectiva, y el impulso a la democracia y la libertad. Tenemos razones para sentirnos orgullosos, sin falsa modestia, de lo que hemos hecho; estamos completos y fuertes. Afortunadamente contamos con la experiencia, tenemos las convicciones intactas, los principios sólidos y el ánimo de seguir con el compromiso social al lado del pueblo; es decir, hay MOPI para mucho tiempo.
 
Recadito: Del PRD rojo pasamos al intenso y fluorescente en el Frankenstein de Las Choapas.
 

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