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Columnas y artículos de opinión
¿Y por qué para las otras reformas no?
Helí Herrera Hernández
25 de agosto de 2014
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELIHERRERA.es
 
Don César Camacho Quiroz, que es el Presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, por órdenes de quien manda en ese instituto político, lanzó la semana que recién terminó una arenga republicana: “que vayamos los mexicanos a opinar sobre si desaparecen 100 diputados y 32 Senadores de representación proporcional”, y que dicha pregunta se nos infiera a través de un papelito el próximo 7 de junio de 2015, justo cuando vayamos a votar para renovar la Cámara Baja del Congreso de la Unión, apuntando que fuere cual fuere el resultado se aplicaría par las elecciones de 2018.
 
Tal planteamiento lo hizo Enrique Peña Nieto como candidato a la Presidencia de la República, y formó parte de varias promesas que nos hizo a los mexicanos como fueron las relativas a no subir impuestos, a detener los precios de las gasolinas, a impulsar políticas públicas que aumentaran el poder adquisitivo de los trabajadores nacionales a través de empleos bien remunerados, a impulsar una reforma en telecomunicaciones para frenar a los monopolios televisivos, telefónicos y radioeléctricos, entre tantas otras, pero hoy, el líder nacional priísta fue muy cuidadoso en no mencionar que la propuesta era del actual residente de Los Pinos, sino que la hizo en nombre del partido político que preside, quizás para amainar el fuego que ya empezó a generarle, para empezar, de varios intelectuales y académicos de este país, no de las actrices y actores de Televisa o TV Azteca.

 
Esta postura, no de reducir el número de legisladores plurinominales o de representación proporcional, sino de desaparecerlos, inclusive; ha sido abrazada, defendida e impulsada por la derecha nacional, bajo el argumento que >nadie les dio el voto a esos diputados, senadores y hasta regidores, diría yo<. Ese es el único argumento que dan, y cada que algún mexicano mortal, como yo, los ha retado a debatir sobre la eficacia o ineficacia de estos diputados (nunca he tocado a los Senadores porque desde mi óptica, deberían desaparecer, pero ese es otro tema que sin duda, más adelante lo tocaré), rehúyen el tema, se hacen que la virgen les habla, que somos poca cosa como para discutir con nosotros sobre la trascendencia e importancia de los legisladores que llegan bajo listas, y hoy, me parece hasta demagógica la postura del PRI porque sabe que sus mejores legisladores han llegado a la tribuna de San Lázaro o del Senado bajo esa figura jurídico-electoral, por eso mismo no plantean la desaparición total, porque sus hombres y mujeres inteligentes, con experiencia legislativa, nunca llegarían por el principio de mayoría relativa, dado que bastaría que les pusiera otro partido como contrincante de esos talentos a Galilea Montijo, a Joaquín López Dóriga, a Laura Bozo, al portero Memo Ochoa o cualquier actor, actriz o cantante de las telenovelas para derrotarlos, porque todos sabemos que en México, dado el bajo nivel cultural que tenemos, debido a la basura en radio y televisión que impulsan Emilio Azcárraga o Ricardo Salinas Pliego, las masas, aunque hambrientas y desempleadas, se dejan llevar y manipular por esos medios. Por eso no plantean la desaparición total y se guardan el as bajo la manga para poder meter, dentro de los 100 diputados y 32 senadores de representación proporcional, a sus mejores cuadros, que los tienen, hay que advertirlo.
 
No hay mejor democracia que aquella que garantiza la representación de los partidos políticos en los cabildos, en los congresos locales, y en las cámaras del Congreso de la Unión, en razón del número de votos que obtienen en las urnas. A mayor votos mayor número de diputados, Senadores y regidores; a menor votos menor representación de esos institutos políticos.
 
Bajo esta fórmula los partidos políticos contendientes tienen en esos órganos de gobierno la representatividad correcta, exacta, dado que ingresará un miembro de ellos por cada determinado número de votos conseguidos por su partido, ordenados en número progresivo en razón de la experiencia legislativa, del manejo ideológico de los principios de ese partido, de la realidad municipal, estatal o nacional que conozcan, de las capacidades para el debate, del talento personal respecto a los grandes problemas que el país, el estado o el municipio tengan.

 
Si desapareciera el principio de la representación proporcional y todos los legisladores fueran elegidos bajo el concepto de >mayoría relativa<, se quedarían millones de votos inutilizados de ciudadanos y ciudadanas que votaron por las otras opciones, pero que al haber perdido por unos cientos de votos en cada uno de los distritos electorales, los tres, cuatro o cinco millones de votos obtenidos, no servirían para darles voz por conducto de los legisladores o regidores, volviendo la Cámara de Senadores, las de Diputados (federal y locales), así como en los Ayuntamientos a ser lo que hace décadas fueron: Dictaduras de partido único donde solo el partido del presidente de la República o Gobernador en turno tuvieran voz y voto, o quizás, como la historia nos ha enseñado, solo voto porque no había debate.
 
Bajo este principio se aspiraría, si bien nos va, al bipartidismo, que no necesariamente es sinónimo de democracia, dado que en México tanto el PRI como el PAN representan y defienden los intereses de la burguesía, extranjera y doméstica, los intereses de los grandes monopolios, de los banqueros (intocables por cierto en estas reformas), que son los que alimentan con dinero a esos partidos para que en las campañas salgan a “comprar los votos con limosnas”, lo que un partido del movimiento obrero del campo y la ciudad nunca podrá hacer.
 
La representación proporcional es exacta cuantitativa y cualitativamente. Cuantitativa porque a los órganos de gobierno entran el número exacto de legisladores en razón del número de votos obtenidos; y cualitativamente porque solo entran los diputados, senadores y regidores mas capaces, mas talentosos, los que realmente aportan al debate de las ideas. Y si como en cualquier trabajo es la eficacia lo que sirve de rasero para calificar a los empleados, pues entonces analicemos en la historia parlamentaria de México quienes han sido más eficaces: Los Diputados y Senadores de mayoría o los de representación proporcional.

 
Quizás, y solo quizás, por eso en la mayoría de las democracias europeas >que nos llevan años de ventaja en esa lides< se elijan a hombres y mujeres para ocupar esos cargos bajo este principio de listas, de representación proporcional.
 
Pero bueno, y dado que ahora el dirigente nacional del PRI abrió este debate, me guardo, por razones de espacio, muchos conceptos más sobre el tema, esperando que alguno de los muchos que han querido acribillar a los legisladores de representación proporcional, tanto del medio político como empresarial o periodístico (que los hay), le entren ahora sí, porque llevo años invitándolos e insisto, guardan sepulcral silencio.
 
Y una última pregunta, esta sí para los priístas mas connotados y de abolengo: ¿Por qué para desaparecer o reducir el número de senadores y diputados de representación proporcional, su partido ha decidido hacer una CONSULTA POPULAR, y por qué para LA REFORMA ENERGÉTICA NO; y por qué para la REFORMA EDUCATIVA tampoco, y por qué para la REFORMA HACENDARIA menos; y por qué para la de TELECOMUNICACIONES nada, y por qué para la reforma LABORAL cero, a pesar que existen millones de voces que las exigían?

 
Que conste que es pregunta.