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Columnas y artículos de opinión
La consulta del PRI, parte 2
Helí Herrera Hernández
1 de septiembre de 2014
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
El pasado lunes este mismo medio publicó mi artículo “¿Y porque las otras reformas no?”, donde doy mi opinión respecto a la iniciativa del Partido Revolucionario Institucional de reducir 100 diputados de representación proporcional y 32 senadores. Allí mismo lancé una convocatoria para emprender, por quien lo quisiera, un debate serio sobre el tema.
 
Al respecto, vale la pena comentar que recibí poco más de 450 mensajes en mi correo electrónico, de los cuales un 90 por ciento me felicitaban por el posicionamiento que hice en esa colaboración, y el resto criticando mi postura, lamentablemente coincidiendo todos ellos en que esos legisladores le cuestan miles de millones de pesos al erario federal, o lo que es lo mismo, a usted y a mi.

 
Les conteste como aquí lo escribo, que si el asunto es de pesos, con pesos se puede resolver ese problema. Es decir, si para estos 45 o 50 veracruzanos y mexicanos que me escribieron, la litis es el costo-diputado, pues que con esa formula resolviéramos el problema porque nadie, lo reitero, criticó la eficacia de los diputados y senadores de representación proporcional, comparados, desde luego, con los de mayoría relativa.
 
Me explico: para don Enrique Peña Nieto que es el autor de esta iniciativa, la reducción de 100 diputados y 32 senadores de representación proporcional le ahorrarían al país cientos de millones de pesos. En la exposición de motivos el Presidente de la República no precisa otro concepto sobre éstos, es decir, no afirma que son menos productivos, menos inteligentes o menos eficaces que los que llegan vía mayoría. Les da el mismo rango, argumento que yo no comparto y que lo reiteré en el pasado artículo donde afirme que “los legisladores mas talentosos en la historia legislativa de México, de todos los partidos políticos, han sido los que han llegado por la ruta de la representación proporcional”.
 
Revisando todos las opiniones que se han generado, después de lanzada esta consulta popular por el PRI, solo los voceros de televisa y patiños de tvAzteca, más uno que otro líder de una Coparmex o Canacintra estatal han dicho lo mismo de siempre: que nadie vota por esos legisladores y que le cuestan muchos millones de pesos al pueblo, y frente a las voces que se han levantado para defender a estos diputados y senadores, entre otros el propio presidente del Instituto Nacional Electoral el doctor Lorenzo Córdoba Vianello (que no es ningún tonto o iletrado), con sólidos argumentos de eficacia y productividad legislativa, la discusión se remite, como lo apuntamos al principio, en dinero.

 
Pues resolvámoslo con dinero, diría yo. ¡Rebajémosles el 50% el salario a los 500 diputados y a los 128 Senadores de la República y de esa manera la nación ya se estaría ahorrando no cientos, sino miles de millones de pesos!
 
Aunada a esa medida, propongo que aparte de la rebaja a la mitad de su salario, se les quiten todas las percepciones extraordinarias que reciben, como son: apoyos económicos por estar en todas las sesiones, para que paguen rentas de sus casas de gestión que tienen en las ciudades cabeceras de distrito los diputados, y en la capital del estado los Senadores. Que les retiren los boletos de avión a que tienen derecho para trasladarse de la capital del país a sus lugares de origen; que a los viajes al extranjero donde llevan la representación del congreso mexicano en lugar de que vayan 15 o 20 legisladores solo vayan tres, que sus aguinaldos se les reduzcan 50 por ciento también; que dejen de pagarles los desayunos, comidas y cenas a que tienen derecho en los comedores de las dos cámaras y que es un dineral ese gasto (de su propio salario que se paguen, como cualquier otro trabajador, sus alimentos), que les retiren la atención y los gastos médicos y hospitalarios privados de primer nivel que disfrutan actualmente, y los manden al IMSS o al ISSSTE y, que cuando concluyan su mandatos no les den un bono multimillonario de retiro, como sucede, aunque nos la disfracen como si hubieran ahorrados los conscriptos ese dinero.
 
Si de ahorrar dinero se trata allí esta la formula don Carlos Loret, don Joaquín López Doriga, doña Elizabeth Morales que tanto anda machacando el asunto. Hagan cuentas y verán que el dinero que el país ahorraría con estas medidas sería, como si al final nos quedáramos con 100 diputados de los 500, y 32 de los 128 Senadores.

 
Y como veo que andan muy ahorradores las personas que más dinero tienen les recuerdo, que independientemente que los legisladores ganan con exceso, sus salarios no se comparan con los que ganan los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (400,000 pesos mensuales), los miembros del Instituto Nacional Electoral (arriba de 300,000 mil pesos mensuales), los magistrados del Tribunal Electoral Federal (arriba de 350,000 pesos mensuales), así como todos los miembros de los organismos públicos descentralizados que en el papel, ganan más que el propio Presidente de la República.
 
Estos –gendarmes de México- que andan preocupados por desaparecer a los legisladores de representación proporcional porque salen muy caros, nada dicen del enriquecimiento de los presidentes de la República, Gobernadores y presidentes municipales. No conozco ninguno que entre rico y salga pobre. Al contrario, baste ver como entran los titulares de los ejecutivos federal y estatal que tenían que trabajar hasta antes de desempeñar ese cargo, y al salir se olvidan de hacerlo, viviendo de “sus rentas”.
 
Conozco a presidentes y expresidentes municipales que antes de ese cargo, les ofrecieron ser diputados locales y prefirieron ser alcaldes, porque todos sabemos que éstos no van por el salario que tienen asignado en la nómina, sino por el famoso diezmo que toda constructora les tiene que dar para que le asignen obra. Entraron con una mano adelante y otra atrás, y salieron con casas, residencias, terrenos, automóviles, joyas y zapatos de cocodrilo coqueto, que valen hasta diez mil pesos.

 
¿Por qué entonces no levantan la voz esos moralistas contra todos estos funcionarios? ¿Acaso no ven las fortunas que acumulan en la función pública? ¿Cuándo ha visto usted trabajar a Fidel Herrera Beltrán, y tiene más casas que una inmobiliaria y más dinero que muchas casas de ahorro popular?
 
Urge una reingeniería financiera pública que no sólo baje los salarios a todos los funcionarios de tercer, segundo y primer nivel, sino que los audite con lo que entran y con lo que salen, ya sea que estén los bienes a su nombre, de su esposa, de sus hijos o de sus amigas con derecho, y si las cuentas no concuerdan, que se ejerza acción penal contra ellos, pero de a de veras, porque el ORFIS parece ser solo espantapájaros.
 
Cuando en este país se aplique la ley tal y como esta escrita, entonces no habrá necesidad que surjan –ángeles de la guarda- que aprovechen los medios de comunicación para quedar bien con la sociedad, arisca por todos los palos que le han dado.