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Columnas y artículos de opinión
Todo se derrumbó
Helí Herrera Hernández
13 de octubre de 2014
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
¡Se nos cayó la fachada de país democrático, de país en vías de desarrollo, de país respetuoso de los derechos humanos que los poderes del Estado se habían construido en organizaciones internacionales!
 
Aquel premio recibido por el ministro Juan Silva Meza a nombre del máximo Tribunal de Justicia mexicano, durante la ceremonia realizada en la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, en el marco de la celebración de los Derechos Humanos el año pasado, que valió que el Presidente Enrique Peña Nieto festinara en cuanto acto presidió, como una nación respetuosa de éstos, se hizo añicos en unas cuantas horas.

 
“El premio es un logro del Estado Mexicano y lo comparte con toda la nación, pues reconoce el esfuerzo de generaciones de mexicanas y mexicanos, por tener un país justo y equitativo, en el que el respeto irrestricto a los derechos humanos de las personas, oriente la existencia y la labor de todas las autoridades” preciso el presidente de la Suprema Corte de Justicia de México al recibirlo. Hoy, parecen burla esas palabras.
 
Pero la mofa no paró allí. El pasado 21 de septiembre el organismo civil estadounidense Atlantic Council otorgó al titular del Poder Ejecutivo Federal Mexicano el premio Ciudadano Global, destacando que por primera vez éste se entrega a un mandatario latinoamericano, destacando Frederik Kempe, director ejecutivo de ese organismo al dárselo: “nuestros homenajeados encarnan diversa y dinámicamente los que significa ser un ciudadano global". Ya se imaginará usted estimado lector el revuelo que la presidencia de la república le dio a través de medios electrónicos, escritos y de redes sociales a este acontecimiento porque, según ellos, colocaba a México en el contexto de una nación en paz y con desarrollo económico.
 
Sin embargo, la cereza de ese México de ensueño la pone el Secretario de Hacienda del gobierno federal Luis Videgaray, cuando la revista The Banker lo designa –el mejor ministro de finanzas del mundo-, por las reformas estructurales aprobadas en nuestro país, según dijeron el panel de expertos de la revista mensual que forma parte del diario Londinense Financial Times (vocero de los grandes trusts), y don Luis, ni tardo ni perezoso manifestó “que el galardón es una prueba mas del reconocimiento que expertos económicos del mundo hacen al gobierno de Enrique Peña Nieto, por las reformas estructurales financieras, políticas, educativas y energéticas que han hecho que México supere la crisis económica de estancamiento que se vivía, y que potenciaran el crecimiento del Producto Interno Bruto para los próximos cuatro años”.

 
Así las cosas, los premios internacionales que el Estado Mexicano recibió marcaban a nuestro país como una nación democrática, de respeto a los derechos humanos y en pleno crecimiento, pero que, en la realidad, no contrastan con la forma en que vive la sociedad en general. Sin embargo, como el pueblo no tiene la forma de hacerse oír dado que la inmensa mayoría de los medios de comunicación están al servicio del poder público, hacia fuera, en el planeta tierra, la visión de México era la de una nación industrializada, desarrollada, segura, ejemplo para muchas otras que no despegan y/o que violan los derechos humanos de sus sociedades.
 
Y tal y como reza el refrán popular –la mentira dura mientras la verdad no llega-, Ésta arribó pero con hechos tan lamentables ocurridos la noche del 26 y madrugada del 27 de septiembre en Iguala, Guerrero, que hubiéramos preferido fueran de otra manera, pero no, tuvo que ser con la matanza y la desaparición de 43 normalistas de una escuela normal rural de Ayotzinapa, que muestra el México de a deveras, el que vivimos más de cien millones de compatriotas con violación permanente de derechos humanos, con inseguridad en las casas y en las calles, con robos, extorsiones, secuestros, asesinatos a plena luz del día, en centros comerciales o frente a los mismísimos palacios municipales o de gobierno.
 
Un México cuyos gobiernos no han generado empleo, crecimiento económico, donde los grandes millonarios siguen acumulando riqueza por su apoyo a los hombres del poder político y las masas se siguen empobreciendo, día con día, ante la indiferencia del Estado cuyos miembros reciben salarios indignantes de 300 y 400 mil pesos mensuales, como los ministros de la Suprema Corte de Justicia, o de 200 mil y más de los miembros de los otros dos poderes.

 
¡Crimen de Estado! gritan hoy millones de gargantas a lo largo y ancho de la República Mexicana en marchas multitudinarias, después que nos enteramos que fueron policías municipales de Iguala los que acribillaron a tres, y secuestraron a los otros 43, que irremediablemente son los que están en las fosas clandestinas, con la complacencia del Presidente Municipal, del Director de seguridad pública municipal, y no me cabe la menor duda, de políticos corruptos encumbrados.
 
De esta forma, los premios auto promovidos para darle una cara al mundo de una nación en paz, en desarrollo y con crecimiento económico, se derrumbaron en menos de 48 horas, advirtiendo a todas las naciones del orbe cual falaces y perversos son las personas que los recibieron, a sabiendas que la realidad, era otra.
 
El grado de descomposición social en que se halla México se mide con este abominable acontecimiento, cuando se asesinan a estudiantes de una escuela normal rural que para ingresar, el único requisito es –ser pobre-, dado que duermen en el piso y comen dos veces al día de manera racionada, chile, frijoles y tortillas como bien lo muestra un reportaje de la UNAM.

 
Pero cómo vamos a mirar, a ocuparnos de estos hechos cuando hacia fuera, decenas de jefes de Estado envidian al presidente Peña Nieto que está por estrenar (ya aterrizó la semana pasada en el aeropuerto de Toluca), un avión 787 dreamliner de 7 mil 520 millones de pesos, es el más caro del mundo, mientras no hay medicinas en los hospitales, no hay médicos suficientes para atender los pacientes, no existe la infraestructura para ofrecer salud de calidad y ya vemos como las mujeres terminan aliviándose en los baños, pasillo o patios.
 
¿Hasta cuándo despertaran la mayoría de lo mexicanos para dar un golpe de timón a estos políticos neoliberales?