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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
La miseria del salario mínimo
Hilario Barcelata Chávez
13 de octubre de 2014
alcalorpolitico.com
El salario mínimo en México fue instituido para proteger a los trabajadores de los abusos de los patrones, pero en la actualidad ha dejado de ser un instrumento con el cual se garantice un ingreso suficiente para satisfacer el conjunto de necesidades básicas del trabajador y su familia.
 
De 1977 (año en que alcanzó su máximo valor en términos reales) a 2014 ha registrado una disminución de -72%. Esto significa una pérdida brutal del poder adquisitivo del salario, lo cual ha deteriorado el bienestar de millones de familias mexicanas, en una magnitud tal que el salario mínimo actual equivale apenas al 27.7 del existente hace 37 años. Es decir, un trabajador que hoy gana un salario mínimo, apenas puede comprar una cuarta parte de lo que podía hacer quien recibía un salario mínimo en 1977.

 
 
Esta disminución del poder de compra del ingreso de los trabajadores es resultado del desigual crecimiento de la inflación comparado con el del valor del salario, pues mientras la primera acumuló un incremento de 299,746% en el período mencionado, el salario sólo creció en términos nominales, 81,975%. Esto significa que año con año la tasa de inflación fue superando la tasa de crecimiento del salario hasta crear una brecha que hoy representa una gran pobreza.


 
 
El deterioro del salario mínimo ha llegado a tal punto que en la actualidad su valor es inferior al de la Línea de bienestar. Es decir, el salario mínimo no alcanza para comprar la canasta básica general (alimentaria y no alimentaria) ya que mientras el salario mínimo promedio actual es de 1,965.90 pesos al mes, la canasta básica general es de 2,537.31 pesos mensuales. De hecho esta diferencia se ha ido ahondando en los últimos años, pues en 2004 el valor de ambos indicadores era el mismo y a lo largo de los últimos diez años, se fue incrementando la brecha entre ambos, la cual es de una magnitud tal que hoy el salario mínimo apenas puede comprar el 77.5% del total de una canasta básica, cuando en 2004 podía adquirirla en su totalidad.

 
 
Esta situación cobra una dimensión más dramática cuando se observa que el salario mínimo en México es el más bajo de todos los países de la OCDE, organización que agrupa a los países de mayor desarrollo y a la que pertenece México. Así, el salario mínimo de México en dólares (PPA) anuales es de 1,722, muy lejos del valor que alcanza en Luxemburgo de 22,128 dólares, en los Países Bajos de 21,138, en Bélgica de 20,799 y en Australia de 20,179 dólares anuales.


 
 
Esta diferencia entre países se ha ido acrecentado a lo largo de los últimos trece años debido a que México es el país en donde menos ha crecido el salario mínimo, apenas un 1.1% en términos reales, muy lejos del crecimiento observado en Estonia de 110.7%, Hungría donde creció un 99%, Corea en un 94.6 y Polonia un 65.3% en el mismo período.
 
Es urgente resolver el problema de las reducidas remuneraciones en México. Esa es la única vía para mejorar el bienestar de la población y proteger a los trabajadores que no pueden negociar un salario justo en un mercado laboral donde el patrón tiene un gran poder y en donde hay tanto desempleo. Resolver este problema es la única vía para salir del subdesarrollo.
 

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