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Columnas y artículos de opinión
Café científico
Físico, cosmólogo y soñador
Paula Ximena García Reynaldos
9 de enero de 2015
alcalorpolitico.com
“La vida sería trágica si no fuera graciosa”
-Stephen Hawking
 
 
Era jueves 8 de enero, igual que ayer, pero de 1942, –exactamente 300 años después de que muriera el astrónomo italiano Galileo Galilei-, cuando en Oxford, Inglaterra nació Stephen William Hawking. En medio todavía de la Segunda Guerra Mundial, mientras ocurrían los bombardeos de la fuerza aérea nazi a Londres, sus padres Isobel y Frank, aunque vivían en la capital, antes de que naciera su primer hijo decidieron mudarse a una ciudad más segura.
 

Stephen, cuando niño y adolescente no siempre tuvo un desempeño académico sobresaliente, pero era notable que tenía un gran interés en la ciencia: con sus amigos le gustaba construir aviones y botes a escala o hacer mezclas para realizar fuegos artificiales de diferentes colores.
 
Una de sus más grandes influencias para seguir una carrera científica fue el matemático de origen armenio Dikram Tatha: al terminar la preparatoria Stephen decidió que quería estudiar matemáticas. Su padre quiso disuadirlo y convencerlo de que estudiara medicina, como él, en Oxford. Stephen no estaba interesado en ser médico, pero accedió a estudiar en la misma universidad que había estudiado su padre, sin embargo dado que ahí no tenía la posibilidad de especializarse en matemáticas, optó por estudiar física. Cuando se graduó, fue admitido para estudiar un doctorado en Cambridge, donde ese especializó en cosmología.
 
Justamente cuando estaba terminando su doctorado, fue cuando Stephen tuvo los primeros síntomas de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad crónica y degenerativa que afecta al sistema nervioso, específicamente a las motoneuronas –encargadas justamente de los movimientos del cuerpo-, con la ELA las motoneuronas van muriendo y la movilidad de la persona que la padece va disminuyendo poco a poco. Cuando se la diagnosticaron le dieron una expectativa de vida de 2 a 3 años, afortunadamente para él –y para todos- ese pronóstico estaba muy equivocado, pues hasta ahora el profesor Hawking ha vivido más de 50 años desde ese diagnóstico.
 

Su vida definitivamente no ha sido fácil, pues la parálisis ha progresado a tal grado que desde hace varios años ya no capaz de moverse y además debido a una traqueotomía que tuvieron que realizarle en 1985 –cuando contrajo una terrible neumonía que lo tuvo al borde de la muerte-, no puede hablar.
 
Sin embargo esa complicación la ha superado utilizando un sistema de comunicación por computadora, que él controla a través de los ligeros movimientos que puede realizar todavía con su mejilla: una pantalla le muestra un cursor que escanea automáticamente un teclado y con un sensor que tiene colocado en el armazón de sus lentes, se detecta el movimiento que hace cuando el cursor se detiene en la letra que él desea usar. El programa cuenta con algo muy parecido al texto predictivo de nuestros celulares y la mayoría de las veces Hawking no tiene que “escribir” las palabras completas letra por letra, sino que escribe las primeras letras y aparecen palabras completas que él puede seleccionar, así construye frases, que una vez completas son “leídas” por la computadora, con una voz que el mismo Stephen dice que es “la mejor que ha oído, en las de su tipo”, aunque admite que le da un acento raro: “algunos dicen que escandinavo, otros que americano, otros que escocés”.
 
Aunque definitivamente la vida del profesor Hawking ha sido menos “normal” que la de muchos de nosotros, durante el transcurso de ella también ha vivido otras cosas mucho más comunes como dos matrimonios –y dos divorcios-, así como el nacimiento de tres hijos –y recientemente nietos-.
 

Y aunque Stephen Hawking ha dicho alguna vez que es “más famoso por su silla de ruedas que por sus descubrimientos”, eso no es del todo cierto, pues ha hecho contribuciones importantísimas al entendimiento del Universo: por ejemplo en lo que respecta a los agujeros negros, predijo que, a diferencia de lo que se pensaba hasta entonces, estos sí emitirían radiación –que se conoce ahora como radiación de Hawking-, además de que ha trabajado para encontrar una unificación matemática de la Teoría de la Relatividad General y la Teoría Cuántica, en lo que él llama una Teoría del Todo.
 
Además de que ha dedicado buena parte de su tiempo y su esfuerzo a la divulgación de la física y la cosmología, pues ha escrito más de 10 libros dirigidos a un público general, de entre ellos quizá el más conocido “Breve historia del tiempo”. Más recientemente, junto con su hija Lucy Hawking, ha escrito un par de libros de divulgación científica para niños, además de que ha participado en documentales e incluso a aparecido en series de televisión como Los Simpson y The Big Bang Theory, interpretándose a sí mismo.
 
Celebremos pues estos 73 brillantes años del profesor Hawking, que nos dice:
“Hola. Mi nombre es Stephen Hawking –físico, cosmólogo y también un soñador- Aunque no puedo moverme y tengo que hablar a través de una computadora, en mi mente, soy libre”.

 
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