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Columnas y artículos de opinión
Miles de rechazados
Helí Herrera Hernández
11 de mayo de 2015
alcalorpolitico.com
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Twitter: HELÍHERRERA.es
 
Esta semana más de 40 mil jóvenes y señoritas de clase media y baja van a presentar su examen para ingresar a la Universidad Veracruzana, con la esperanza de sus papás de que lo pasen, dado que es la única alternativa que tienen para que sus hijos puedan seguir estudiando una carrera profesional.
 
Esa misma esperanza es compartida por estas señoritas y jóvenes que sueñan con ser ingenieros, médicos, arquitectas, odontólogos, abogados, agrónomos, nutriólogos, astrónomos y el resto de las carreras universitarias que ofrece nuestra máxima casa de estudios, y salir con un perfil competitivo para buscar empleo, porque independientemente de que sus familiares no tienen dinero para poder comprar una educación de calidad en la escasas universidades que tenemos a lo largo y ancho del territorio veracruzano, la inmensa mayoría son de un bajo nivel académico, por no decir que nulo, y en consecuencia un fraude solapado por el gobierno y las autoridades educativas.

 
¿Por qué nuestra Universidad año con año, les niega a casi 25 mil estudiantes la posibilidad de ingresar a sus ofertas educativas, que sumados a partir del año que aplican éstos exámenes de ingreso arrojan cantidades superiores al medio millón de señoritas y jóvenes egresados de las preparatorias, telebachilleratos y escuelas técnicas? ¿Cuál es la causa o motivación para que estos suceda?
 
La respuesta es sencilla: por la aplicación de las políticas públicas educativas aplicadas desde 1985 por el gobierno del ex presidente Miguel de la Madrid Hurtado y su equipo de tecnócratas que llegaron al Estado, estudiados y egresados de universidades que impartían el modelo económico neoliberal, donde les enseñaron que sólo dejando en manos de la iniciativa privada (la que tiene dinero y es millonaria), todos los factores de la producción, distribución, cambio y consumo de todas las áreas económicas, >incluyendo desde luego el educativo<, que les da soporte para que se mantenga ese sistema, se podría construir un México con mayores oportunidades de desarrollo social y beneficio familiar.
 
Les enseñaron que El Estado debe abdicar de sus responsabilidades de brindarle a la sociedad salud y educación de calidad, como nuestra Constitución los obligaba, abriéndoles el paso a los millonarios de éste y otros países para que con sus hospitales y clínicas privadas desplazaran a los públicos, y para que la educación que surgió de la Revolución Mexicana fuera avasallada por la que hoy imparten las normales y universidades privadas, que con mucho dinero se han posicionado como las mejores de México, dejando morir a las universidades y normales que el Estado tenía que alimentar con recursos económicos suficientes para formar a los futuros profesionistas mexicanos.

 
Y así, los gobiernos neoliberales de Carlos Salinas de Gortari, de Ernesto Zedillo, de Vicente Fox, de Felipe Calderón y del que hoy gobierna desde “su Casablanca”, le han ido recortando año con año recursos a la Universidad Nacional Autónoma de México, al Instituto Politécnico Nacional y a nuestra Universidad y Normales veracruzanas, negándoles con ellos el derecho constitucional que tiene el gobierno de brindarles una educación de calidad a todos los que quieran estudiar en ellas.
 
Las universidades públicas cada vez tienen menos recursos económicos para ampliar su infraestructura y dar cabida a más estudiantes; cada vez tienen menos dinero para contratar a más personal académico y administrativo para brindarles a todos los jóvenes y señoritas que deseen estudiar en sus aulas un lugar; cada vez tienen menos dinero para adquirir equipos de cómputo, de laboratorios y de equipamiento para sus aulas y así, cada vez tienen menos espacios para los egresados de enseñanza media superior que reitero, son la Universidad Veracruzana, las normales veracruzanas y los tecnológicos veracruzanos las únicas alternativas viables y de calidad para que se formen como profesionistas competitivos, porque sus papás y mamás no tienen dinero para inscribirlos en las pocas universidades privadas con un buen nivel académico como los tec de Monterrey, la universidad de las Américas, la Anáhuac, o ya de perdido la Xalapa.
 
Los recortes presupuestales aplicados por éstos gobiernos a la educación pública en general hacen que todas las escuelas de gobierno, desde kinders, primarias, secundarias, preparatorias y escuelas superiores vivan de la limosna, de sus sorteos, de sus cuotas, de las rifas, y de la buena voluntad de alguna persona altruista que les de dinero para mejorar sus baños, sus bibliotecas, sus aulas de cómputo y hasta el techo o las butacas, porque ni los gobernadores ni los presidentes municipales les quieren dar lo elemental para que desempeñen sus funciones.

 
Vemos todos los días a decenas de maestros de los niveles de educación básica, media y media superior haciendo fila para entrevistarse con los alcaldes a fin de que les apoyen con tazas para baños, para pupitres, para pizarrones, o suplicándole ahora que son campañas políticas al candidato a diputado federal para que les done una o dos computadoras, convirtiéndose en este modelo económico neoliberal el maestro en un gestor, en un pedinche, en un gestionador ante las autoridades o gente de poder económico, en lugar de estar en el aula enseñando.
 
La reducción del presupuesto federal para la educación pública en México de los gobiernos federales está llevando no sólo a cerrarle las puertas a miles y miles de jóvenes y señoritas para estudiar alguna profesión, sino que está empobreciendo cada vez más la calidad educativa en México, porque los arroja y pone en manos de vivales que han abierto como si fueran carnicerías universidades, cuyos egresados sólo encuentran empleo en tiendas convencionales, con salarios de miseria, inclusive.
 
Por eso urge cambiar al neoliberalismo económico-educativo y quienes los aplican en México, porque sólo así se le abrirán las puertas a las decenas de miles de señoritas y jóvenes que desean estudiar en las escuelas superiores del país, con una educación de calidad y resultados.