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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
Manifiesto a la nación para reconstruir a México
Hilario Barcelata Chávez
8 de junio de 2015
alcalorpolitico.com
La semana pasada un colectivo de 300 científicos sociales, todos académicos de diversas instituciones educativas del el país integrados en el Consejo Nacional de Universitarios dimos a conocer un Manifiesto a la Nación, en el cual se plantean un diagnóstico del país y un conjunto amplio de propuestas para superar el pobre y errático desempeño mostrado por la economía mexicana durante las últimas décadas, para fortalecer la cohesión social de nuestra nación y para abrir los cauces de un desarrollo sustentable, incluyente, equitativo y democrático.
 
En el texto expresamos que quienes firmamos el documento, compartimos la indignación y el hartazgo de la ciudadanía ante la crisis de derechos humanos, la inseguridad pública, la violencia y la complicidad entre autoridades y delincuentes; ante la corrupción y los pactos de impunidad explícitos o implícitos que estimulan los crímenes y fomentan el enriquecimiento ilícito; ante la flotante casta de políticos que luchan por los cargos públicos como botín pero no conectan con las necesidades y aspiraciones de los ciudadanos; ante los privilegios que se autoasignan los altos funcionarios públicos y la vida de reyes que se dan con dinero de los contribuyentes; ante la afrentosa desigualdad que ubica al presidente de la Suprema Corte de Justicia de México como el funcionario mejor pagado del planeta (con un salario mensual de 563,417 pesos) y al salario mínimo en México (de 2,132 pesos al mes) el más bajo no solo entre los países de la OCDE sino también de América Latina; ante la creciente pobreza, marginación, polarización social y exilio de más de 12 millones de mexicanos que se han ido al extranjero durante las últimas tres décadas en busca de empleos que no encuentran en nuestra patria, debido a la obcecada aplicación de una estrategia económica claramente fracasada en términos de crecimiento del producto nacional y del bienestar de la mayoría de los mexicanos.
 
Cumplimos ya tres décadas perdidas para el desarrollo e iniciamos una cuarta en las mismas condiciones. Durante el periodo 1983-2014 el crecimiento del PIB mexicano ha sido de 2.3% anual (y en el primer bienio del gobierno de Peña Nieto fue de 1.8% anual) por lo que el PIB por persona apenas creció a una tasa media anual de 0.6% con un incremento acumulado de 22.4% en estos 32 años. En cambio, durante el periodo 1935-1982 el PIB creció a una tasa media de 6.1% anual y el crecimiento del PIB per cápita fue de 3.2% anual, un aumento acumulado de 348% en 48 años.
 

En 1982 México era la 8ª economía del planeta con un PIB de 632,000 millones de dólares (mdd) mientras que China era la décima economía, con un PIB de 51 000 mdd de dólares. Treinta y un años después China se convirtió en la 2ª economía del mundo, con un PIB de 10 billones de dólares, mientras que México descendió al 11º lugar con un PIB de 1.3 billones de dólares.
 
No sólo extraviamos el camino del desarrollo, también sufrimos un fuerte deterioro del bienestar de las mayorías nacionales. Durante el periodo 1983-2014, los salarios mínimos perdieron el 71.9% de su poder de compra, los salarios contractuales sufrieron una caída real de 64.4% y los ingresos medios de los campesinos se redujeron más de un tercio en términos reales. Asimismo se agigantó el sector informal de la economía hasta incluir al 58% de los ocupados y más de 30 millones de mexicanos cayeron en la pobreza. Nos enfilamos así hacia una grave pérdida de cohesión social cuyas manifestaciones son cada vez más alarmantes.
 
Saldremos de este túnel oscuro. El estallido de indignación emergido desde muy amplios y diversos segmentos sociales unidos en el clamor de ¡basta ya! es la expresión de la esperanza. ¿Pero qué habrá después de la oscuridad? ¿Cuál es el México posible al que aspiramos y deseamos ver a plena luz? No hay duda: la restauración de la cohesión social, de la convivencia justa y digna entre los mexicanos, exige un magno esfuerzo de inteligencia colectiva, de buena fe y de convergencia de voluntades para encontrar los caminos viables de un México mejor.
 

Precisamente cuando fundamos el Consejo Nacional de Universitarios por una Nueva Estrategia de Desarrollo nos trazamos como primer objetivo: “conjuntar nuestros esfuerzos para formular un sistema integral de propuestas de políticas públicas viables para corregir el rumbo del país. Ahora, frente a la profunda crisis que ha sacudido la conciencia ciudadana, ya las tenemos. En próximas colaboraciones serán publicadas.
 
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