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Columnas y artículos de opinión
Pagaron el pacto
Helí Herrera Hernández
15 de junio de 2015
alcalorpolitico.com
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twitter: HELÍHERRERA.es
 
Quien lo iba a pensar: a dos años y medio de haber firmado el pacto los tres principales partidos políticos en México bajo la premisa que iba a generar empleo bien pagado, crecimientos económicos superiores al 3 por ciento, educación de calidad y bienestar social, los efectos del mismo sentenciaron a los tres y a dos de sus lacayos el pasado 7 de junio.
 
El pueblo de México les cobró una a una la afrenta con su voto de tenerlo hundido en la pobreza y la miseria. Sin oportunidades de trabajo, con una pérdida del poder adquisitivo que ya genera crisis de salud en millones de compatriotas, con instituciones de salud púbica que ya no les otorgan medicinas a sus derechohabientes, con una moneda que cada día pierde valor frente al dólar, con un clima de inseguridad que raya en lo intolerable y con una clase política corrupta y ratera, que a la vista de todos se enriquece sin que nadie les ponga un alto, por lo menos.

 
Si el Partido Revolucionario Institucional, Acción Nacional, el de la Revolución Democrática y sus peleles Verdes y PANAL le apostaron al olvido, la sociedad tuvo memoria y les cobró con su repudio su acción de elevar a ley una serie de contrarreformas constitucionales que han lastimado la vida de millones y millones de mexicanos, que tuvieron en este proceso electoral la oportunidad de sentenciar a sus verdugos con la pérdida de votos que los ponen en serio predicamento para las elecciones presidenciales de 2018, dado que si las izquierdas se unen los desbarrancan del poder.
 
La sociedad juzgó y castigó a los que se negaron a realizar consultas públicas para preguntarle al pueblo si se privatizaba el petróleo; si se aumentaban impuestos y precios a los combustibles; si se cedía a los chantajes del grupo Mexicanos Primero y conculcaban los derechos de los maestros en activo y jubilados en el país, si se les entregaban todas las costas mexicanas a los extranjeros. No votó por ellos y sufrieron las derrotas más estrepitosas de los últimos años a lo largo y ancho del territorio nacional.
 
A pesar de los discursos triunfalistas de los dirigentes nacionales de esos partidos políticos la realidad es otra, y está generando una sacudida interna que hará que caigan cabezas no sólo de los dirigentes nacionales, sino de cuadros que tenían responsabilidades electorales y financieras, en el menor tiempo que nos lo imagináramos.

 
Y cómo no, si el PRI pierde las dos gubernaturas más importantes de las 9 que estaban en juego –Nuevo León y Querétaro-, por el alto desarrollo económico que ambas entidades tienen, aparte de capitales estatales donde hubo elecciones municipales como son el Distrito Federal que pensaban recuperar, ante el enfrentamiento PRD-Morena, y Guadalajara, la segunda ciudad más grande de la república.
 
El partido tricolor, para analizarlo en términos de porcentaje, se derrumbó en 12 puntos porcentuales con respecto a la elección donde ganó Enrique Peña Nieto en 2012, y lo más sospechoso de todo este análisis electoral es que sus mayores porcentajes de votos los logra en regiones donde el narco tiene dominio total o parcial de ellas.
 
El PAN pasó del optimismo desbordado de su presidente Gustavo Madero quien a finales de febrero predijo que su partido ganaría de 150 a 200 diputaciones, no ganando antiguos bastiones blanquiazules como San Luis Potosí, no reteniendo la gubernatura de Sonora, yéndose hasta el tercer lugar en Michoacán, tierra de Felipe Calderón, y en caída libre en Puebla que era imposible en teoría que ello sucediera. Su fuerza se redujo a solo 108 legisladores federales.

 
En los últimos 25 años no le había ocurrido este sismo al PAN que perdió 9 puntos porcentuales derivado de las mezquindades que hoy rondan en ese instituto político entre Madero y el expresidente Calderón. Es tal el enfrentamiento entre estos líderes y sus grupos que desde adentro suenan tambores de guerra que anuncian la caída inmediata del primero por los malos resultados, y la salida de los panistas-sinarquistas si les impiden refundar al antiguo PAN de principios e ideologías.
 
El otro chambelán de Enrique Peña Nieto que firmó el pacto, el PRD, fue el peor de todos. Fue barrido a nivel nacional y más en su principal bastión: el Distrito Federal por cientos de miles de ciudadanos que les retiraron el apoyo por judas, por comparsas, por traidores a las mejores causas de la sociedad. Caro les costó el amasiato con Peña. Su arrogancia los hizo perder la gubernatura de Guerrero, 44 diputados federales, la mayoría en la asamblea legislativa del DF; y siete jefaturas delegacionales.
 
En los tres partidos firmantes del pacto rodarán cabezas antes de las fiestas patrias, en algunos mucho antes porque el daño no sólo es por estos resultados, sino porque se han quedado sin opciones para las elecciones de 2018. Madero que buscaba ser candidato presidencial carga con la peor derrota del panismo en un cuarto de siglo; Rafael Moreno Valle, el otro suspirante fue barrido por el PRI en Puebla. En el PRI la baraja se encogió a solo dos (Videgaray y Osorio Chong), y si el país no mejora como se observa, ya están preparando el plan B con un virreycito chiapaneco dado que piensan que la película puede repetirse con la ayuda de televisa. El PRD que tenía a mancera hasta la noche del domingo 7 de junio llegó.

 
Todo indica que si los mexicanos castigaron a los partidos firmantes del pacto votándoles en contra, es del lado de los institutos que no lo hicieron los que tienen la oportunidad de tejer alianzas para postular a un candidato a la presidencia de la república, dado que fueron los que más votos recibieron en la pasada elección de los mexicanos.