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Columnas y artículos de opinión
Economía y sociedad
Más pobres en Veracruz ¿víctimas de un estado fallido?
Hilario Barcelata Chávez
3 de agosto de 2015
alcalorpolitico.com
Veracruz ocupa el segundo lugar entre los estados con el mayor número de personas en condición de pobreza, un total de 4 millones 634 mil, lo cual representa el 58% de su población total y equivale a la suma de todos los pobres de nueve estados: Durango, Tlaxcala, Querétaro, Quintana Roo, Nayarit, Aguascalientes, Campeche, Colima y Baja California Sur.

 

Este número tan amplio de personas en pobreza es resultado del deterioro de las condiciones de vida de los veracruzanos producto de la ambición desmedida de políticos y funcionarios estatales que por su frenética ansia de poder han sumido al estado en una profunda crisis económica y de inseguridad y han hecho crecer la deuda pública al grado tal de no poder pagarla, inundando a las instituciones estatales de corrupción e ineficiencia. En otras palabras, el incremento de la pobreza en Veracruz podría ser resultado de la probable existencia de un “Estado Fallido”[1].
 
Como resultado de esta perversión y voracidad institucional, el número de pobres creció en tan sólo dos años (2012- 2014) en 492 mil personas, lo que ubica al estado en segundo lugar entre los estados donde más aumentó la pobreza, lo cual contrasta con los resultados positivos que obtuvieron otros estados como Jalisco que logró sacar de la pobreza a 271 mil personas o Guerrero donde la reducción fue de 127 mil personas y Nuevo León donde el número de pobres cayó en 110 mil personas. De hecho el incremento de los pobres en Veracruz equivale a la suma de personas que dejaron de ser pobres en estos tres estados.


 

El incremento de la pobreza en Veracruz se manifiesta particularmente en el deterioro de algunas variables que forman parte de este fenómeno de pérdida de bienestar de la población. Así por ejemplo, puede observarse que en el período 2012-2014 las personas con ingreso inferior al valor de la canasta alimentaria (línea de bienestar mínimo) aumentaron de 56.6 a 63% del total de la población. Asimismo la población que padece hambre (carencia por acceso a la alimentación debido al bajo consumo de alimentos) que pasó de 24 a 29%. Otros indicadores del bienestar que se deterioraron son: el acceso a los servicios básicos de la vivienda donde la población que se encuentran en esa condición pasó de 28 a 30% y la que no tiene acceso a la seguridad social se incrementó de 39 a 40%, mientras que el rezago educativo permaneció en el mismo elevadísimo nivel que tenía de 68.5% del total de la población.

 
 
Evidentemente este deterioro ha colocado a Veracruz entre los estados en peor situación. Así, se puede observar que ocupa el segundo lugar entre los estados con el mayor número de personas con ingreso inferior a la línea de bienestar, un total de 5 millones de las cuales, casi la mitad 2 millones 400 mil, se encuentran sufriendo hambre (carencia por acceso a la alimentación). En ese rubro, el estado también ocupa el segundo lugar entre los de peor condición.


 

Asimismo la población sin seguridad social suma un total de 5 millones 469 mil, lo que ubica al estado también en el segundo lugar entre los estados en peor situación, situación que se repite para el caso del rezago educativo en el cual se encuentran 2 millones 221 mil personas, que nuevamente ubican a Veracruz en el segundo lugar entre los de mayor rezago.

 
 
Es urgente la elaboración de una estrategia de crecimiento económico acelerado y de rediseño de las instituciones políticas y económicas del estado que permita incorporar a más personas en los procesos productivos ya sea como propietarios de empresas, productores de bienes, trabajadores asalariados o trabajadores por su cuenta, y al mismo tiempo modificar los mecanismos de distribución de la riqueza que se genera en el estado.

 
Esta estrategia debe incorporar la necesaria depuración de los programas para el desarrollo social, mejorar la transparencia en el ejercicio de los recursos que destinan a tal fin y eliminar a las burocracias corruptas que los manejan y manipulan, así como anular por completo la posibilidad de estos programas sigan siendo usados como instrumentos para negociar votos y ganar elecciones ilegítimamente. [email protected]
 
[1] El término “Estado fallido” alude a un Estado soberano cuya autoridad legítima de toma de decisiones esta erosionada, se muestra incapaz para suministrar servicios básicos, presenta altos niveles de corrupción y de criminalidad y una marcada degradación económica. En general es un Estado que no puede hacer cumplir sus leyes debido a la alta criminalidad, la corrupción, un extenso mercado informal, una burocracia impenetrable y  la ineficacia judicial.