icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
El terrible costo económico y social de las Elecciones en México
Helí Herrera Hernández
28 de septiembre de 2015
alcalorpolitico.com
[email protected]
Twister: HELÍHERRERA.es
 
Con los últimos dictámenes dados por El Tribunal Federal Electoral la semana pasada, ha concluido el proceso electoral de 2015 que renovó 500 diputados del Congreso de la Unión que le costó a los mexicanos poco más de 35 mil millones de pesos, 35 mil 9 para ser más exactos. Esto, sin contar el valor comercial de la propaganda partidaria en radio y televisión que no cuesta a los partidos dado que, gracias a la reforma constitucional de 2007, la pasan obligadamente los medios electrónicos de manera gratuita dentro de los tiempos oficiales del Estado, a los que tiene derecho por la concesión que les hace por tiempos determinados.
 
Contrario a lo que millones de mexicanos piensan que esta estratosférica cantidad se la dan a los partidos políticos para su propaganda electoral, la verdad es que la mayor parte se la adjudican el Instituto Nacional Electoral, El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales de la Procuraduría General de la República (FEPADE), y el total de los Institutos y Tribunales Electorales diseminados en la Entidades Federativas, correspondiéndole solamente a los partidos políticos de financiamiento la cantidad de 5 mil 355 millones de pesos.

 
Desmenuzo los 35 mil 9 millones de pesos del costo total de las pasadas elecciones para que tenga usted una idea más clara de éste, que parece ser un barril sin fondo, el cual se ubica por encima del presupuesto de la PGR: 17 mil 254 millones de pesos; del que tienen el Congreso de la Unión: 13 mil 648 millones de pesos; el de La Secretaría de Marina: 27 mil 24 millones de pesos; del de la Secretaría de Economía: 21 mil 8 millones de pesos. También es mayor al conjunto de doce programas de Desarrollo Social: 29 mil 120 millones de pesos entre ellos el de abasto social y rural de leche; el de apoyo alimentario; el de estancias infantiles y el de pensión para adultos mayores, siendo 10 veces mayor al programa nacional de becas de educación básica: 3 mil 82 millones de pesos, y al del Seguro Popular: 3 mil 689 millones. El Instituto Nacional Electoral y todo su aparato (incluye los escandalosos salarios, bonos, gratificaciones y aguinaldos de los Consejeros: 18 mil, 572 millones de pesos; para el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación 3 mil 62 millones (también incluye los cientos de miles de pesos de salarios mensuales de todos sus integrantes), para la Fiscalía especializada para la atención de los Delitos Electorales 152 millones 300 mil pesos y los restantes 539.8 millones de pesos es la parte destinada al proceso electoral.
 
Si a esa cifra se le agregara un cálculo moderado del valor comercial de la propaganda partidaria en radio y televisión –que no le cuesta a los partidos-, el costo se elevaría a 56 mil 622 millones de pesos, costo que se toma de acuerdo al valor de los spots de los partidos políticos en radio y televisión en 2012 que fue de 21 mil 622 millones de pesos. (fuente: México Evalúa).
 
Existe otra investigación sobre el costo de las elecciones presidenciales de 2012 como el del Centro de Estudios Espinoza Iglesias e Integralia, que precisan que durante el proceso electoral 2011-2012 los partidos habrían tenido que pagar entre 132 mil 718 y 176 mil 958 millones de pesos por los spots transmitidos en campañas y precampañas, si ellos hubieran tenido que adquirirlos a los monopolios de la radio y la televisión, y que gracias a la reforma de 2007 se los dan gratuitos dentro de los tiempos que el Estado tiene derecho por ser el originario propietario del spectro. De allí que se comprenda el enojo, la molestia y la rabia de Tv-Azteca y Televisa hacia el actual sistema electoral mexicano difamándolo y desacreditándolo en sus noticiarios y programas de farándula.

 
Sin embargo existen dineros que están constituidos por el gasto oculto que realizan los grandes partidos políticos en sus campañas, pero que no lo reportan a las autoridades electorales porque tienen un origen y un destino ilegales. El origen de esos dineros está en aportaciones fuertes de empresas (contratistas, constructoras y otras), gobiernos federal y estatales e incluso de la delincuencia organizada. El destino es la propaganda excesiva que los frágiles controles de las autoridades comiciales no alcanzan a detectar (o se hacen de la vista gorda) y, lo peor, la compra directa o indirecta de votos mediante dádivas en efectivo y en especie.
 
Con esta danza de cifras de dinero es importantísimo saber el costo por votante en México, para poder compararlo con el de otras naciones y ver, realmente, si nuestra democracia es barata o cara. Veamos: el 7 de junio del año que corre sufragaron 39 millones 872 mil 246 ciudadanos. Aproximadamente el 47.71 por ciento de la lista nominal de electores. En consecuencia, el costo por votante considerando solo las cifras presupuestarias de las autoridades comiciales sería de $ 877.80 (51.63 dólares con el tipo de cambio de 17 pesos por dólar). Si a las cifras presupuestales de los comicios de 2015 se les añade el estimado por los spots, el costo por votante aumentaría a $ 1,420.00 (83.52 dólares). Comparadas estas cifras con las que arroja el análisis elaborado por la Fundación Internacional para Sistemas Electorales (IFES por sus siglas en inglés) sobre el costo de las elecciones en 14 países de América Latina con regímenes similares al nuestro (financiamiento público y privado), México gastó 18 veces más que el resto de esas naciones. Como ejemplo pondré que el costo-voto en Guatemala es de solo 28 centavos de dólar y de 29 centavos en Brasil; y si lo comparamos con el costo-voto de otros países veremos que El Salvador gasta 4.1; Liberia 6.1; Lesoto 6.9, Rusia 7.5 dólares; Chile 1.2; Costa Rica 1.8; Botswana 2.7 y Australia 3.2 dólares respectivamente.
 
Resulta evidente con este análisis que las elecciones, en México, son devoradoras de recursos públicos y privados con resultados terribles para la mayoría de nuestra sociedad, dado que las autoridades que se eligen en más del 93 por ciento son incapaces, ineficaces y corruptas.

 
Es urgente realizar una reingeniería electoral donde toda las campañas se realicen en los medios de comunicación, sin regalo alguno de por medio so pena, de a de veras, de quitarle el registro a los partidos políticos que realicen esta práctica, reduciendo al mínimo la movilidad de los candidat@s y su ostentosa publicidad, independientemente de obligarlos a participar en todos los debates para darle elementos a la población en edad de votar de que lo hagan por el talentoso, la inteligente, el serio, la responsable, los más capaces y de esa manera garantizar eficiencia y resultados en los funcionarios elegidos.