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Columnas y artículos de opinión
Tierra de Babel
Cuando el infierno nos alcance
Jorge Arturo Rodríguez
1 de octubre de 2015
alcalorpolitico.com
No recuerdo quien me comentó que Dios sigue viviendo en la comodidad de su cielo. Aquí es el infierno. Mi tocayo Arthur Schopenhauer escribió que para millones y millones de seres humanos el verdadero infierno es la Tierra. Ustedes dirán, cada quien habla como le va en la feria. Bueno, aquí les dejo parte de las respuestas que me dio el actor Joaquín Cosío cuando le pregunté sobre el infierno, en su charla de “Diálogos Interdisciplinarios por la paz”, organizado por la Universidad Veracruzana.
 
 “El infierno es esto, esta realidad diaria. Lo lamentable, desde mi punto de vista, es que ya la metáfora literaria se ha convertido en una realidad visible y palpable. Vengo de la experiencia de Ciudad Juárez que se ha trasladado de una manera curiosa a varias entidades y que se repite, y perece que pasa aquí. El infierno significa hombres colgados de los puentes, personas decapitadas en una calle, mujeres con una máscara de cerdo en lugar de su rostro o la desaparición de jóvenes estudiantes. Es decir, lo lamentable, lo que me parece triste es que esa reflexión, ese cliché literario de que el infierno es la realidad, ha dejado de ser simplemente una metáfora para ser una realidad evidente. El secuestro existe, el crimen impune existe, y como siempre, entre otros muchos factores, la gente más vulnerable (ya no llamémoslo pobres o ricos), la gente más vulnerable padece y sufre embates de este desorden y desequilibrio de poder y donde el Estado evidentemente tiene muchísimo que ver. Sabemos muy bien, o al menos si no lo podemos probar, que los mismos personajes que gobiernan o administran el país, tienen mucho que ver con los negocios ilegales de la droga y el crimen.
 
“Creo que el infierno no tiene salida. No soy optimista en ese sentido, mucho menos si estamos viendo los últimos acontecimientos que pasan en el país. No veo acciones específicas que me permitan suponer que en un futuro más o menos próximo las cosas pudieran cambiar. Soy totalmente pesimista en ese sentido, creo que las cosas se van a empeorar. La clase política, con el merecido respeto que merecerán algunos de ellos, es la peor clase política que hemos tenido en décadas. El trabajo del político mexicano es de bastante pena y vergüenza.
 

“Creo que estamos viviendo una paz simulada, en tanto simulacro en toda la construcción de una realidad a través de medios que no ves exactamente lo que pasa ni lo que sucede. Vivimos en una paz simulada desde hace muchísimo tiempo. ¿Cómo se podría irrumpir y abrir esa simulación? Es complicado, es decir, el poder político y el poder económico de pronto se emparentan y son unos eficaces constructores de esta realidad ficticia o de esta paz ficticia”.
 
De cinismo y anexas
 
Dice Tony Payán, director del Centro de Estudios sobre México del Baker Institute for Public Policy de la Universidad de Rice, en Estados Unidos, que México vive en una situación “muy precaria” por el divorcio que existe entre la sociedad civil y el gobierno federal que en lugar de escuchar las demandas ciudadanas y mostrar sensibilidad ante los problemas que presenta el país “parece que vive en mundo diferente al del resto de los mexicanos en el que no existe la pobreza, la necesidad, no entienden las condiciones de la clase baja, pero tampoco las aspiraciones de la clase media, no habíamos tenido una clase política así desde la época de Porfirio Díaz”. (sinembargo.mx/29-09-15). ¿A poco?