El hombre ve la muerte como una manera para sobrevivir, afirma Arqueólogo

Eduardo Matos Moctezuma arqueólogo e investigador del Colegio Nacional, durante su exposición “El culto a la muerte”, dijo que una constante del hombre ha sido la negación a morir, sobre todo al hacer uso de ese poder creador que tiene para evadir la muerte. No obstante, ambos conceptos a través de la historia de la humanidad han estado ligados.

“Ellos tenían un concepto diferente al nuestro, a la vida, la muerte, inclusive la enfermedad”.

El investigador indicó que el hombre acude a su intelecto, a su poder creador para hacer demonios o dioses. De esa forma, busca sobrevivir e incluso busca lugares a los cuales irá una vez que muera.

Sin embargo, actualmente impera el pensamiento católico sobre la muerte, sobre todo en la gran mayoría de la población, a diferencia de los grupos indígenas donde se ha dado una mezcla entre lo que es el mundo prehispánico y el concepto de la muerte católico.

Esto debido a que aún predomina un discurso moral que condiciona que si se ha sido bueno puede alcanzarse el gozo eterno, contrario a quienes se portan mal que deben ir al infierno para purgar sus maldades.

“Todavía predomina lo que es el ritual católico para la muerte, se entierra conforme a esa muerte; tumbas con efigies cristianas. En algunas comunidades podemos ver ya una mezcla”.

Mencionó que la dualidad vida y muerte es fundamental en el mundo prehispánico, lo cual se debe a la visión de la naturaleza que hacían día a día.

“La muerte da vida y la vida da muerte; para ellos eso ocurría en la naturaleza eternamente”.

Durante su participación en el Simposio 2013 organizado por El Colegio Nacional y la Universidad Veracruzana, Matos Moctezuma mostró diversas formas de las culturas prehispánicas para ver la muerte, así como el camino que se seguía en esta transición de la vida hacia la muerte.

Precisó que había condicionantes para referir a qué lugar se irían después de la muerte, dependiendo de su profesión así como de la forma de morir.

“Si morías en guerra, en combate, se les destinaba un lugar de privilegio acompañando al sol; si morías ahogado, al lugar del dios Tláloc”.

En situaciones de muerte fuera de la guerra, iban al Mictlán, tras un recorrido de cuatro años, mientras que si morían siendo niños, iban a un árbol que daba hojas de leche.

También mostró la forma en que las grandes civilizaciones veían a las enfermedades, ya que también las representaban con máscaras, figuras de barro y relieves.

Entrevistado posterior a su exposición, adelantó que este jueves participará en la presentación del libro “Arqueología del México Antiguo”.